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Ciudad de México, 31 de marzo.- El hacker colombiano Andrés Sepúlveda confesó que en 2012 dirigió a un equipo de hackers que “robaron estrategias de campaña y manipularon los medios sociales para crear falsas oleadas de entusiasmo y burla” contra los opositores del entonces candidato del PRI al gobierno de México, Enrique Peña Nieto.

Estos hackers, detalló, instalaron software espía en las oficinas de los candidatos de oposición para ayudar a Peña a que asegurara su victoria.

En una entrevista que concedió a la revista estadunidense Bloomberg Businessweek, Sepúlveda aseguró haber hackeado teléfonos inteligentes, clonar webs y enviar correos electrónicos masivos, además de realizar “intercepción digital, ataque descifrado y defensa”.

Reveló que su equipo de hackers instaló software malicioso en los routers de la sede del candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, lo que le permitió espiar los teléfonos móviles y los ordenadores de cualquier persona que utilizara la red, incluyendo al candidato, e hizo lo mismo contra la candidata del Partido Acción Nacional (PAN), Josefina Vázquez Mota.

“Cuando los equipos de los candidatos [de oposición] preparaban sus discursos políticos, Sepúlveda tenía los detalles tan pronto como los dedos de un redactor de discursos golpean el teclado. Sepúlveda sabía de las próximas reuniones de los oponentes [de Peña Nieto] y los horarios de campaña antes de que sus propios equipos lo supieran”, señala el reportaje de Bloomberg titulado: “¿Cómo hackear una elección?”.

“El dinero no era un problema. En un momento dado, Sepúlveda gastó 50 mil dólares en software ruso de gama alta que hizo un trabajo rápido para intervenir teléfonos de Apple, BlackBerry, y Android. También usaron los mejores perfiles falsos de Twitter que habían sido mantenidos durante al menos un año, dándoles una pizca de credibilidad”.

Sepúlveda dijo a la revista estadunidense que logró que miles de estos perfiles falsos se utilizaran para dar forma a las cuentas de la discusión en torno a temas tales como el plan de Peña Nieto para poner fin a la violencia del narcotráfico.

El hacker colombiano tenía un ejército de 30 mil robots de Twitter, así como pósters automáticos que podrían crear tendencias para atacar en especial a López Obrador.

“Casi cualquier cosa de las artes oscuras digitales se podrían ofrecer a la campaña de Peña Nieto o a sus importantes aliados locales”, señala el reportaje.

Sepúlveda aseguró que estaba en la nómina de Juan José Rendón, un consultor político con sede en Miami. Sin embargo, el consultor colombiano niega su nexo con el hacker para cualquier cosa ilegal.

El hacker contó a Bloomberg Businessweek que la noche del 1 de julio de 2012, desde su departamento en Bogotá, él se dedicó a destruir pruebas que podían incriminar al presidente electo, Enrique Peña Nieto, sobre el espionaje que su equipo de campaña realizó contra los candidatos opositores.

Detalló que hizo agujeros a unidades flash, a discos duros y a teléfonos celulares, luego metió todo a un microondas y lo rompió en pedazos con un martillo.

Además, el hacker trituró documentos que estaban ya borrados en servidores alquilados de forma anónima en Rusia y Ucrania, que fueron pagados con bitcoins, una moneda virtual no regulada.

“Él estaba desmantelando lo que dice era una historia secreta de una de las campañas más sucias de América Latina en los últimos tiempos”, dice el reportaje firmado por los periodistas Jordan Robertson, Michael Riley y Andrew Willis.

Sepúlveda está cumpliendo 10 años de prisión por cargos que incluyen el uso de software malicioso, concierto para delinquir, violación de datos personales y espionaje relacionado con la piratería durante las elecciones presidenciales de Colombia en 2014, en las que resultó electo el actual mandatario Juan Manuel Santos.

Según Bloomberg, Sepúlveda accedió a contar su historia completa por primera vez “con la esperanza de convencer al público de que está rehabilitado y recolectar ayuda para reducir su sentencia”.

Durante ocho años Sepúlveda, ahora de 31 años de edad, asegura que viajó por el continente para trabajar en grandes campañas políticas.

Pero, según narró, con un presupuesto de 600 mil dólares el trabajo para Peña Nieto fue de lejos “la más compleja” de las campañas en las que laboró.

Los trabajos “se lavaban” cuidadosamente a través de varias capas de intermediarios y consultores, aseguró el hacker colombiano.

“Mi trabajo consistía en hacer acciones de guerra sucia y operaciones psicológicas, propaganda negra, crear rumores, el lado oscuro de la política que nadie sabe que existe, pero todo el mundo puede ver”, subrayó.

“Si bien la política de Sepúlveda era destruir todos los datos cuando terminaba un trabajo, dejó algunos documentos con los miembros de sus equipos de hackers y otros terceros de confianza, como una secreta ‘póliza de seguros’”, señala Bloomberg Businessweek, revista que obtuvo del hacker correos electrónicos que muestran conversaciones entre él, Rendón y la empresa de consultoría de este último, en relación con la piratería y el progreso de los ataques informáticos relacionados con la campaña de Peña Nieto.

Rendón asegura que los correos electrónicos son falsos. Sin embargo, un análisis realizado por una firma de seguridad informática independiente para Bloomberg dijo que una muestra de los correos electrónicos que examinaron parecía auténtica.

“Una persona que trabajó en la campaña en México, que pidió no ser identificado por temor a su seguridad, confirmó sustancialmente las cuentas de Rendón y de los roles que Sepúlveda tuvo en la elección”, indica el reportaje.

Sepúlveda dijo que para la campaña de Peña Nieto reunió a unos 15 hackers que operaban en casas y apartamentos de alquiler en Bogotá. Tenía un grupo rotativo provenientes de toda América Latina. Los brasileños, en su opinión, desarrollan el mejor software malicioso, mientras que los venezolanos y ecuatorianos son “excelentes” en sistemas de escaneo y software de vulnerabilidades. Los argentinos son “artistas” para interceptar móviles.

Los mexicanos son piratas informáticos “magistrales”, en general, “si no hablan demasiado”. Sepúlveda dice que sólo los utiliza en casos de emergencia.

“En México, el dominio técnico de Sepúlveda y la gran visión de Rendón para una máquina política despiadada, llegaron a cuajar del todo, alimentada por los enormes recursos del PRI. Los años bajo el mandato del presidente Felipe Calderón y el Partido Acción Nacional se vieron afectadas por una guerra contra los cárteles de la droga […].

A medida que se acercó el 2012, el PRI ofreció la energía juvenil de Peña Nieto, que acababa de terminar un término exitoso como gobernador”, señala el reportaje de Bloomberg.

“A Sepúlveda no le gustaba la idea de trabajar en México, un país peligroso para la participación en la vida pública”.

Pero a partir de 2008, Rendón convenció al hacker de que volara en su avión privado. Sepúlveda trabajó en Tabasco, hackeando a un jefe político que resultó tener conexiones con un cártel del narcotráfico.

“Después, el equipo de seguridad de Rendón supo de un plan para matar a Sepúlveda, quien pasó una noche dentro de una Suburban blindada antes de regresar a la Ciudad de México”, indica Bloomberg.

Tras el incidente de Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, López Obrador se disparó, dice la revista.

Sin embargo, el PRI fue capaz de recuperarse después de que uno de los asesores de López Obrador, Luis Costo Bobino, fue grabado pidiendo a un grupo de hombres de negocios unos 6 millones de dólares para financiar la campaña de su candidato, en una posible violación de la ley electoral.

A pesar de que el hacker dice que no sabe el origen de esa grabación en particular, Sepúlveda y su equipo habían interceptado las comunicaciones de la consultora de Costa Bobino durante meses.

El equipo de Sepúlveda deshabilitó el sitio web personal del consultor y dirigió a los periodistas a un sitio clonado. Allí publicaron lo que parecía una larga defensa escrita por Costa Bonino, que casualmente planteaba preguntas sobre si sus raíces uruguayas violan las restricciones de México a los extranjeros en las elecciones.

Costa Bonino dejó la campaña a los pocos días. El consultor indicó a la revista que él sabía que estaba siendo espiado, pero simplemente no sabía cómo.

“Tener un teléfono hackeado por la oposición no es una novedad. Cuando trabajo en una campaña, el supuesto es que todo lo que se habla en el teléfono será escuchado por los oponentes”, dijo el consultor uruguayo al medio estadunidense.

Un portavoz del PRI consultado por Bloomberg expresó que el partido no tenía conocimiento de Rendón trabajando para Peña Nieto o cualquier otra campaña del PRI.

Sin embargo, Rendón asegura que ha trabajado en nombre de los candidatos del PRI en México desde hace 16 años, a partir de agosto de 2000 hasta la actualidad.