Por proceso.com.mx
CHILPANCINGO, Gro. (apro).- Autoridades ministeriales exhumaron 10 cadáveres y encontraron 11 cabezas humanas en seis fosas clandestinas localizadas en el municipio de Chilapa de Álvarez, donde las bandas de Los Rojos y Los Ardillos mantienen una abierta disputa por el control de esta plaza que conecta la región Montaña con el centro de la entidad.
El hallazgo se registró en las inmediaciones del poblado de Tepehuixco, ubicado al poniente de la cabecera municipal y a media hora de Chilapa, sobre un accidentado camino de terracería, según un reporte de la Fiscalía General del estado (FGE).
En un predio donde abundan los sembradíos de maíz, frijol y calabaza fueron encontradas seis fosas clandestinas, en cinco de las cuales se encontraron los cuerpos completos de 10 hombres.
Las víctimas, con huellas de tortura, estaban atadas de pies y presentaban impactos de bala.
De la sexta fosa las autoridades ministeriales extrajeron 11 cabezas humanas cercenadas, de acuerdo con el informe oficial.
Los peritos de la FGE señalaron que el estado de putrefacción de los cadáveres no es avanzado, por lo que las víctimas podrían haber sido asesinadas la semana pasada.
Precisaron, asimismo, que el estado de descomposición de las extremidades cefálicas indican más tiempo y, por tanto, podrían corresponder a los 11 cuerpos decapitados y calcinados que se hallaron el pasado 27 de noviembre sobre el camino que conduce al poblado de Ayahualulco, con una mensaje dirigido a la banda de Los Ardillos.
El nuevo hallazgo se registra en medio de la disputa que mantienen Los Rojos –que según el gobierno federal dirige un sujeto identificado como Zenén Nava Sánchez– y Los Ardillos, grupo delincuencial afincado en el municipio de Quechultenango y encabezado por Antonio y Celso Ortega Jiménez, hermanos del diputado local perredista y presidente del Congreso local, Bernardo Ortega.
En las últimas semanas se han recrudecido las balaceras en distintos puntos de Chilapa, donde los grupos criminales operan abiertamente, pese a la presencia de soldados y policías federales.
Testigos de los hechos aseguran que los tiroteos han dejado al menos cinco muertos y una decena de desaparecidos en ese lugar colapsado por la narcoviolencia.
No obstante, los familiares de las víctimas se niegan a presentar una denuncia formal ante autoridades de los tres niveles por desconfianza y temor a sufrir represalias.
Por su parte, los gobiernos estatal y municipal han hecho mutis ante la dramática situación de inseguridad y violencia que se vive en este municipio reconocido por sus tradiciones, cultura gastronómica y el tianguis prehispánico que se extingue frente a la imparable ola de violencia.