Redacción SL
Cuernavaca, Mor., 9 de julio.- Durante las visitas que realizaron sacerdotes a hospitales del IMSS para llevar consuelo divino a los enfermos de Covid-19, la primera impresión fue una sensación de abandono de pacientes que se recuperaron pero no fueron recogidos por sus familiares por temor a un posible contagio.
El 3 de junio pasado siete párrocos de la Diócesis de Cuernavaca empezaron con su trabajo de apostolado en las clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que se encuentran en Cuernavaca y Zacatepec, para acompañar en oración a los enfermos por coronavirus.
Al respecto, el presbítero y vicario de la Catedral de Cuernavaca, Heriberto Jiménez Enríquez refirió que las oraciones se realizan los miércoles de cada semana y están encomendadas a San José como el encargado de resolver las causas difíciles.
“Cuando nos acercamos y les decimos que somos sacerdotes, la cara de los enfermos cambia y conforme escuchamos su sentir, a veces de abandono, vemos la manifestación de Dios porque ellos recuerdan eso, que Dios no los abandona y el hecho de orar con ellos los llena de felicidad porque les llegan momentos de vacío espiritual”, expresó el presbítero.
El primer día que llegaron al nosocomio, abundó, se percataron de al menos cinco pacientes abandonados por sus familiares por temor a contagios o porque estaban lejos de su domicilio, ya que algunos estaban de paseo en Morelos y al contagiarse con el virus fueron internados en los nosocomios.
El vicario contó que durante sus visitas observó una situación complicada por la enfermedad pero por otro lado la pandemia dio la oportunidad de pensar en el prójimo, y en algunos pacientes encontró corazones nobles que lejos de pedir por su salud, pedían por el bienestar de su familia.
Heriberto Jiménez participó en esta actividad religiosa porque mientras reflexionaba sobre su vida, unos días después de su cumpleaños, pensó que había cosas que ajustar y aunque en un principio sintió temor, afirma, que fue un llamado del señor y quien lo cubrió con su amor para no ser contagiado de Covid-19
“Sabemos del riesgo por estar en el ambiente pero los médicos tienen todo el cuidado, hay una organización y están capacitados lo que hace falta son los equipos de protección e insumos, sin embargo, la organización es la respuesta a una vocación a la que son llamados y la respuesta al entrenamiento y búsqueda de que todos los demás estén bien”.
Al ingresar a los hospitales sintió un poco de temor porque terceras personas le decían que la enfermedad es un tema político pero dentro del hospital empezó a reflexionar y dijo: “si Dios quisiera llamarme ya me podría ir”, y mientras caminaba para llegar con el primer paciente repetía: “Señor soy tuyo”.
Los padres que participaron en esta actividad son Edgar Mabil, párroco de la iglesia de Atlacomulco, Héctor Rodríguez de Cuautla, David Zagal de Ahuatepec; Abraham Cruz de Lomas del Carril en Temixco; Mario de la comunidad indígena de Xoxocotla y Cristhian, vicario del municipio de Puente de Ixtla.