Iván Navarro / Foto: Conade
Ciudad de México. – La medalla menos esperada para la delegación mexicana sin duda alguna fue la conseguida en pentatlón moderno a través de Ismael Hernández, a quien los reflectores le han atraído la fama de manera súbita e inesperada.
Para cualquier atleta de alto rendimiento, los Juegos Olímpicos son la máxima competencia en la que se puede participar, en Río 2016, un morelense sobresalió de entre la delegación mexicana practicando un deporte desgastante, poco entendido y sin difusión.
Con una trayectoria peculiar, Ismael Marcelo Hernández Uscanga practica el pentatlón desde los 9 años debido a que sus padres le inculcaron realizar una actividad extra escolar por las tardes; como a cualquier niño, el fútbol, el basquetbol y la natación fueron deportes que probó antes de decidirse por el que a la postre fuera el que mayores satisfacciones le otorgara, el pentatlón moderno.
“En el pentatlón me inicie a los 9 años en el grupo de la secretaria de la defensa nacional, mi madre es militar, tenía acceso a las instalaciones de la defensa, mis padres siempre me inculcaron que tenía que hacer algo después de la escuela, como todo niño me gustaba el fútbol, practique natación, basquetbol, llegue a ir a clases de piano, como era muy hiperactivo me aburría muy rápido de las cosas, un día vi que un grupo de niños iba corriendo y después se metieron a nadar y me llamó mucho la atención, pregunte, me dijeron que era un grupo de pentatlón, me explicaron lo que era, me gustó y desde entonces me quede”.
Ismael nació el 23 de enero de 1990 en Cuautla, Morelos, actualmente licenciado en economía por el Tecnológico de Monterrey, vivió sus primeros años en casa de los abuelos ya que sus padres estaban terminando su carrera profesional, una vez que encontraron un trabajo estable con el que pudieran solventar los gastos de la familia, decidieron llevarlo a la Ciudad de México.
“La verdad agradezco siempre a mi familia que me han apoyado, económicamente es imposible mantenerse en este deporte sin apoyo, hay muy pocos lugares para poder practicar y los que hay son muy caros, durante 3 años solamente me dedique a nadar y correr de lunes a viernes de 4 a 6 de la tarde, todavía me acuerdo, los fines de semana era de 10 a 12, a veces nos prolongábamos hasta la una de la tarde”, recuerda el morelense.
Los padres de Ismael fueron quienes lo alentaron para no claudicar, ellos, lo seguían apoyando, incluso, le compraron una pistola con la que perfecciono su técnica en el disparo.
“En el momento en el que mis papás me dieron más aspiraciones decidieron comprar una pistola lo que provocó que me emocionará más, la pistola era un poquito cara pero la situación económica de la familia era ya un poquito mejor, vieron que realmente me interesaba el deporte y decidieron apoyarme con la pistola”.
Una vez que la pistola llegó a sus manos, el joven pentatleta decidió solicitar su inclusión al Comité Olímpico Mexicano, lugar en donde conoció a los entrenadores que le ayudaron a lograr sus objetivos.
“En ese momento me vine a entrenar al Comité Olímpico Mexicano con el profesor de tiro, Rosario Álvarez, el me ayudó muchísimo, posteriormente empecé con la esgrima y la equitación, en donde tomaba clases particulares y con el apoyo del ejército ya que podía entrar por mi mamá que es militar, ya en la actualidad no me preocupo tanto por eso, ya tengo un equipo de trabajo que lo absorbe la secretaría de la defensa y el estado mayor presidencial lo que hacen más ligero todo el trabajo”, asegura Hernández.
Con la mirada fija en un punto, distraída de las preguntas, Ismael recuerda la primera competencia en la que participó, también, reconoce que su carrera en un inicio, no tuvo la constancia requerida para lograr cosas más importantes.
“Mi primera competencia internacional fue en el 2008 en el campeonato mundial juvenil, en ese momento tuve la novena posición, posteriormente me incorporé a primera fuerza, fui a mundiales juniors y los resultados se iban dando.
“Una vez que termine la carrera, me dedique al 100% al deporte y los resultados se dieron de mejor forma, en el 2014 fueron dos medallas de oro en centroamericanos, en el 2015 la medalla en panamericanos, mi trayectoria ha sido larga, con sus altibajos, con sus tropiezos, pero todo eso me ha formado el carácter para poder llegar hasta este momento”, asegura Hernández.
En cuanto al apoyo que le han otorgado las instituciones, el medallista de bronce en Río refiere que siempre lo ha recibido por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, así como de la Federación Mexicana de Pentatlón.
“Tuve mucha ayuda de toda la gente que creyó en mí, de mis padres, de las instituciones como la CONADE, la secretaría de la defensa, la federación de pentatlón, es todo un grupo de trabajo complicado, mis entrenadores están barbaros, un atleta maduro a pesar de las diferencias que tiene siempre debe corresponderles a todos con lo mejor que tiene, soy bastante terco y perseverante para lograr lo que yo quiero y eso me ayudó y me empujó a lograr y llegar hasta donde hoy he llegado”, recalcó.
El doping
En el año 2010, Ismael Hernández participó en los Juegos Centroamericanos de Mayagüez, Puerto Rico donde ganó la medalla de plata individual y el bronce por equipos junto a Oscar Soto, mismas que tuvo que regresar debido a que en el examen antidopaje resultó positivo por clembuterol.
“En Mayagüez competí, gané plata en individual, desgraciadamente en el examen salí positivo y tuve que regresar la medalla. Esto trastocó mi vida de manera increíble, me hizo hacer crecer como ser humano y como atleta, tuve que aprender a la mala, a partir de ahí tengo que cuidar lo que como, lo que ingiero y todas esas pequeñas cosas que los deportistas profesionales hacen las replico”, rememora con un semblante de tristeza en el rostro.
Debido al escándalo por dopaje, la WADA (Asociación Mundial Antidopaje) lo suspendió por un año lo que le impidió participar en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011.
“No me quisieron creer que fue por la alimentación debido a la contaminación de la carne, en ese momento se dio el caso del doping con los futbolistas en la selección y me dijeron tal vez si fue verdad. ¿cómo pasó? No lo sé, simplemente me avisaron ´estas dopado y tienes que regresar todo´ los medios de comunicación fueron un poquito agresivos y violentos conmigo, tuvimos que salir a dar la cara, hicimos una rueda de prensa donde explicamos lo que pasó, cual fue la situación, cuáles fueron las experiencias y que se podía hacer para mejorar”.
Una vez cumplido el castigo y tras regresar a la alta competencia, sufrió una lesión mientras practicaba equitación, situación que lo alejo de los Juegos Olímpicos de Londres en el 2012, posteriormente, realiza los clasificatorios rumbo a los Juegos Panamericanos de Toronto quedando como el mejor mexicano clasificado, competencia en la que obtuvo la medalla de plata.
“Saque lo mejor de esa mala experiencia y trate de seguir creciendo y madurando, esto es así, puedes tener problemas y no puedes estar echándole la culpa al otro de lo que te pasa, debe haber algún aprendizaje como ser humano”, asegura.
“Los medios de comunicación te suben o te bajan, te enaltecen o destruyen, a veces son muy crueles con los deportistas, el ser positivo en una prueba es muy complicado no solo para el deportista sino para la familia, los entrenadores, la federación y llega un momento en el que llega a tocar fondo no solo el deportista, también la familia y el entorno que lo rodea, es un momento muy difícil, siempre necesitas el apoyo de mucha gente para poder salir adelante”, recrimina el morelense.
Una vez concluidos los Juegos Olímpicos, el medallista buscará una beca en el extranjero donde desea estudiar una maestría, en un futuro, se visualiza ser su propio jefe y tener un negocio propio ya que no le gustaría trabajar para alguna empresa o para un jefe, en su andar por el deporte no ha tenido que realizar ningún sacrificio ya que simplemente prioriza sus necesidades.
Durante los años que ha practicado el pentatlón, el representante del estado mayor ha indicado que los Juegos Olímpicos son la justa máxima a la que un deportista desea y aspira, está en sus sueños, se trabaja para hacer la mejor competencia de su vida, aseguró que el 20 de agosto fue el día de su vida.
Ismael solo tiene una petición a los dirigentes del deporte nacional, que volteen a otros deportes que no son tan comerciales y no son tan conocidos y que también son increíblemente satisfactorios, confirma que es un orgullo para él y para su familia representar a México, agradece infinitamente a todos sus entrenadores, a su familia, su grupo de trabajo y a todos los que han puesto su granito de arena para llegar hasta donde ha llegado, lo único que quiere es seguir haciendo historia y poner su nombre y su huella en el pentatlón moderno mexicano.