Por elinsurgente.mx

En la reunión plenaria bianual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), Japón propuso la derogación de la prohibición de la caza de ballenas.

“Queremos una cuota para aquellas especies de ballenas cuyas poblaciones se consideran saludables por el Comité Científico de la CBI”, dijo Hideki Moronuki, de la Autoridad de Pesca de Japón, al diario “The Japan Times”.

En su lugar, el país asiático propone derogar la prohibición para cazar ballenas.

Los nipones aseguran que hay ciertas especies de ballenas cuyas poblaciones son saludables lo suficiente para ser aprovechadas con sustentabilidad. Por lo anterior, “Japón propone establecer un Comité dedicado a la cacería sustentable de las ballenas (incluida la comercial y la destinada a la subsistencia de comunidades indígenas)”.

La propuesta de Japón también cambiaría el funcionamiento del organismo internacional, lo que refleja su molestia con una organización que, dice, se ha vuelto “intolerante” y un “simple foro para la confrontación”.

Aunque Japón afirma que las poblaciones balleneras se han recuperado lo suficiente para permitir su pesca comercial, los ecologistas afirman que la experiencia muestra la dificultad de controlar la caza en altamar.

“Una y otra vez, especie tras especie ha sido llevadas al punto de la extinción”, dijo Patrick Ramage, director de conservación marina con el Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW por sus siglas en inglés).

Japón ha cazado ballenas durante siglos como una fuente alterna de carne. Su captura ha disminuido en los últimos años debido en parte a la declinación de la demanda interna de carne de ballena y los desafíos que supone su cacería.

De acuerdo a los convenios internacionales Japón tiene una cuota actual de 333 especímenes, aproximadamente un tercio del número que cazaba antes de que la Corte Internacional de Justicia fallara en 2014 que el programa del país carecía de naturaleza científica. Japón revisó el programa y reanudó la cacería en 2016.

Sin embargo, el programa de investigación mantiene su carácter polémico y algunos sostienen que es una fachada para la caza comercial debido a que la carne de ballena se sigue vendiendo como alimento.

El intento de reanudar la caza comercial podría generar más oposición. Brasil ha entregado una propuesta según la cual la captura de ballenas “ya no es una actividad económica necesaria y ha reducido las poblaciones de ballenas a niveles peligrosamente bajos”. Estados Unidos coincide en que la prohibición es necesaria para la conservación.

Con información de Agencia AP.