Por Moisés Sánchez

Ayala, Mor., 04 julio. – Sentada hasta atrás, cerca de la entrada del estacionamiento del pabellón turístico Emiliano Zapata, donde nadie le prestaba atención, Rosario Ramos, de 25 años, escuchó con sus tres hijos los beneficios de los que su familia no gozará.

El evento de entrega de credenciales a nuevos beneficiarios de Liconsa, el cual encabezó el gobernador Graco Ramírez y el director general de Liconsa, Héctor Pablo Ramírez Puga, comenzó una hora tarde, sin embargo, Rosario llegó puntual.

Hace un par de días se enteró de que no fue beneficiada, pero acudió al evento con la esperanza de que se tratara de un error y pudiera ser favorecida. Eso no sucedió.

Deseaba, dijo, estar en las listas, pues eso la ayudaría a alimentar a sus tres hijos, de ocho, seis y cuatro años. Su esposo trabaja en el campo y ella de ama de casa, sus ingresos son pocos y la impotencia por no darle de comer correctamente a sus hijos, grande.

«Yo vengo de Tenex y el haber venido por nada me causó gastos que no debí hacer», lamentó.

Graco Ramírez fue a Ayala para la entrega simbólica de tarjetas a los nuevos beneficiarios del programa, así como para la inauguración de dos lecherías más, con lo que el municipio cuenta ahora con 10 lecherías. Además, anunció en Morelos habrá 10 lecherías más, por lo que su gestión cerrará con 179.

Mientras el gobernador Graco Ramírez exponía que en Ayala se distribuyen cerca de seis mil litros de leche a 2700 familias, así como los efectos negativos de que los menores consuman bebidas azucaradas en lugar de leche, Rosario cubría su rostro con las manos, con la intención de ocultar su tristeza, ya que hace semanas que no compra leche, le da jugos y refrescos a sus pequeños, no le alcanza el dinero para más.

Es la segunda ocasión que queda fuera del programa y desconoce las razones, nadie le explicó el porqué. El año que viene volverá a presentar sus papeles y espera que por fin la seleccionen.

Samantha Muñoz, coordinadora de los jornaleros de Tenex, sostuvo que hay gente que queda fuera del padrón de beneficios por una cuestión meramente aleatoria, no obstante, tarde o temprano es favorecida.

El gobernador aún hablaba, pero Rosario no quería saber, no tenía sentido, comentó. Se marchó. Antes de salir del recinto, miró hacia el templete donde Graco Ramírez daba su discurso, posó sus ojos sobre él unos segundos y después bajó la mirada. Apremió a sus hijos a salir, pero al verlos, su cara, como durante todo el evento, fue de preocupación.