Familias no tendrán pollo, ni carnes en el menú.

Redación SL

En la mesa de Martina se espera una suculenta cena de navidad, pero sin pavo, lomo o pierna de cerdo porque los precios de carnes, frutas y verduras están por las nubes. De la ensalada de manzana ni hablar; el kilo de la fruta, de segunda calidad, esta entre 25 y 30 pesos el kilo, además de las pasas y la crema, cuyo bote de a litro ronda los 60 pesos.

Ese escenario esta cancelado desde ahora dice Martina, una mujer que habita en la zona precaria de los Patios de la Estación, situada en la línea de contraste con los fraccionamientos residenciales de la avenida Teopanzolco, en Cuernavaca.

En su casa, precisa, no acostumbran a comer carne de res o pavo por los precios que alcanzan en esta temporada, y optan por el pollo rostizado, el bistec de res con cebollitas y nopales fritos, o el adobo de puerco que prepara su hija. Eso resulta más económico que la pierna, el lomo o el pavo relleno, dice Martina.

“Ni hablar de carne. Nosotros casi no consumimos porque esta caro y somos entre cuatro y cinco, y un kilo no alcanza. Tenemos que gastar unos 200 pesos para que nos toque un pedacito, pero realmente carne ya no compró”, comenta.

En su casa prefieren el pollo, aunque sea un kilo de alas para que alcance para todos, dice, guisado con calabacitas para que abunde más.

Martina descansa en un rincón del mercado Adolfo López Mateos junto con su bolsa de mandado. Ahí carga la cebolla que consiguió en cinco pesos el kilo, pero lo compró en los puestos de afuera del mercado, donde alguna mercancía es de segunda calidad.

Por los pasillos del mercado más grande de Latinoamérica camina una marchante de unos 65 años de edad.

Busca verduras para la cena navideña. Esta navidad, adelanta, habrá comida típica mexicana en su mesa, como romeritos, porque es bastante económico y en su opinión los precios de ahora siguen siendo accesibles para una cena navideña con pocos integrantes de familia. Ella compró alrededor de 300 pesos de verdura, pero anticipa que no habrá pollo ni carnes en el menú.

Un vendedor de carne enlista los precios de sus productos para esta temporada: pollo entero tiene un costo de 50 pesos el kilo, el pavo ahumado en 145 el kilo, pavo natural en 128. También vende pechuga, pierna y muslo, pero lo tradicional es llevarse un pavo o pollo relleno, dice.

Contiguo a ese negocio hay otra carnicería cuya dueña entrega obsequios a sus clientes más frecuentes y al mismo tiempo oferta lomo, costilla y pierna de cerdo, además de carne de res para barbacoa.

“Tenemos ventas elevadas, por lo menos mejor que en la pandemia. Vamos con todo. La pierna con hueso, de unos 10 kilos, te sale entre 900 y mil pesos. La carne de res para barbacoa está en 120 pesos el kilo.

Ventas de incertidumbre

Ángel Quiroz Ríos es secretario general de la Unión de Comerciantes en el mercado Adolfo López Mateos y representa a alrededor de 2 mil 500 vendedores de distintos productos, y la mayoría de ellos, dice, atraviesan un momento de incertidumbre económica porque las ventas no levantan como otros años.

“He caminado por el mercado en los diferentes ramos y productos, y desde los compañeros que venden frutas y legumbres hasta los que venden ropa y zapatos, todos están angustiados porque ha bajado bastante la venta en un 30 y 40%”, afirma.

Calcula que en otros años y para estas fechas sus socios registraban ventas altas, porque las familias ya habían recibido el aguinaldo, pero este año no ha sido así.

El líder de comerciantes asegura que desafortunadamente están cerrando este año con precios muy elevados, pero es un tema que comienza desde el campo por el alza de los fertilizantes, los incrementos de los insumos y ahí empieza la cadena.

“La economía está en una pésima condición, vamos saliendo de una pandemia la cual nos dejó muy lastimados y eso nos viene a complicar los precios. Honestamente estamos cerrando con una canasta básica a precios muy elevados, y creo que hasta los artículos de primera y segunda necesidad están por los cielos”, afirma.

Productos como el frijol aumenta cada semana, el huevo, las alas de pollo, todo está por arriba de las nubes, remarca.

Quiroz Ríos afirma que la carestía se refleja en las compras de los clientes porque antes compraban hasta para almacenar una semana, y ahora se llevan lo necesario para salir. “Si antes se llevaba tres kilos de jitomate y le sobraba uno, no había problema, pero hoy se lleva dos para no echar a perder nada. Compra lo justo porque además ya no alcanza”, refiere.

Pacic, sin resultados

Humberto Bahena Rodríguez, presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope) en Cuernavaca, considera que el alza en los precios de los productos es resultado del fracaso del Paquete contra la inflación y la carestía (Pacic), creado por el gobierno federal para bajar los precios de la canasta básica.

“Desgraciadamente el Pacic no ha dado resultados, los precios siguen al alza de forma desmedida; cada día están más altos y eso repercutirá en la cena de muchos de los hogares mexicanos”.

Bahena señala que el incremento de los precios ha sido más contundente en la carne y los lácteos, así como algunos frutos como el jitomate, que presenta un aumento del 30%, mientas que el pollo amaga con elevar su precio en los próximos días.

“Lo que más se vende en estas fechas es el pollo para la cena de Navidad porque el pavo se considera para una cena especial dirigida a cierto tipo de hogares”, afirma.

Todo está caro

Martina, una mujer que ronda los 66 o 67 años de edad, espera a su hija de la Ciudad de México para planear la cena, aunque la costumbre es hacer bisteces a la mexicana o asados, con nopales asados, pero todo es muy caro, como el jitomate, dice.

“El kilo de nopal lo compraba a 15 pesos, ahorita está en 22 pesos; el jitomate entre 22 y 25 pesos; hace un año estaba a 18 pesos. La cebolla estaba cara, pero comenzó a bajar, la encontré a cinco pesos el kilo.

“Me subieron el litro de aceite porque lo compraba entre 28 y 32 pesos, pero ahorita está a 48 pesos el litro de aceite económico y no son ni litros. El aceite 1,2,3 está a 58, es el más caro.

“Será una cena de los más austero, y tal vez compremos un pollo rostizado o también tenemos pensando comprar dos pollos rostizados y combinarlo con arroz. No estamos pensando en pavo o lomo porque está muy caro”, cuenta.

¿Y para recibir el año nuevo?

“Pues lo que sobra de la cena de navidad lo recalentamos y compramos dos o tres pollos rostizados, lo completamos con una sopa de arroz”, expresa.

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