Por Antonella Ladino

 

Temixco, Mor., 19 de julio.- Una veintena de coronas de flores bordearon la explanada del palacio municipal de Temixco, en el centro una mesa con un mantel amarillo esperaba la urna donde fueron colocadas las cenizas de la presidenta Irma Camacho García, quien falleció la tarde del martes víctima de un paro cardiorespiratorio.

 

Cerca de las 14:00 horas los familiares, amigos y trabajadores se congregaron en las instalaciones del ayuntamiento de Temixco donde rindieron un homenaje en memoria de la presidenta Irma Camacho.

 

El Lábaro Patrio fue izado a media asta luego de rendirle honores en el municipio de gobernó después de que un grupo armado le arrebató la vida a la alcaldesa electa para el trienio 2016-2018, Gisela Mota Ocampo, un día después de tomar protesta.

 

Su esposo el doctor Manuel Hiromoto, sus hijas Marita Tuyuko, Manuel y Mayumi Hiromoto Camacho y sus nietas se enfilaron a la derecha de la profesora Irma Camacho, nacida en Tiripetio Michoacán.

 

Su hijo Manuel Hiromoto Camacho, expresó “vida nada te debo, vida estamos en paz; misión cumplida mamá”.

 

En su mensaje el secretario de gobierno, Matías Quiroz Medina, dijo que si bien es cierto se ha perdido un ser humano extraordinario, un ser humano que abrazó en la docencia el amor y el cariño en la educación para formar mejores mexicanos, también es cierto que ha dejado en la memoria de los temixquenses el ejemplo más claro, más concreto de que la democracia se abraza con amor, con amor a su pueblo.

 

Por ello, abundó Quiroz Medina, donde se encuentre la profesora Irma Camacho García será recordada por su pueblo con el mismo cariño, con el mismo amor, con la misma pasión que ella abrazó a cada temixquense.

 

El regidor Heriberto Roa Ahumada leyó una semblanza de la presidenta municipal, Irma Camacho García y después el síndico Gerardo Hurtado de Mendoza, tomó el último pase de lista.

 

Posteriormente sus cenizas fueron llevadas a la iglesia de la Asunción ubicada a unos metros del palacio municipal. En el lugar el sacerdote pidió perdón por sus pecados y el descanso eterno.