Foto: Tony Rivera/CiudadanosMx

Por Justino Miranda

CUERNAVACA, Mor.- La disputa entre del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cartel del Sur por el territorio morelense, provocó una incursión policial en el municipio de Temixco con un saldo de seis personas muertas entre ellas cuatro mujeres, un adolescente de 14 años y un bebé de un año.

Ninguna de las víctimas accionó un arma de fuego y murieron porque estaban en el mismo domicilio donde se refugiaba José Antonio Valdez, “El Señor de la V”. De acuerdo con el Comisionado Estatal de Seguridad (CES), Jesús Capella Ibarra, el hombre disparó contra los policías durante dos horas hasta que fue repelida la agresión.

Los fallecidos son la madre, hija, y otros familiares directos de José Antonio Valdez, un hombre que, según la CES, opera para el Cártel del Sur y presuntamente está implicado en el homicidio del oficial Iván González Peñaloza, asesinado en diciembre de 2015.

La Policía Morelos realizó dos operativos en la colonia Rubén Jaramillo de Temixco, distante 7 kilómetros de la capital de Morelos, y primero detuvieron a José Manuel, primogénito del “Crispín”, supuesto líder del CJNG y en otros sitio a José Antonio Valdez.

El Comisionado Capella Ibarra afirmó que lamentablemente Morelos esta rodeado de ‘caimanes’ de Guerrero, Estado de México, Puebla, cuya “frontera se desbordó” y gente que viene de la Ciudad de México.

En el segundo operativo, realizado después de las 3:00 horas, la Policía Morelos buscaba a El Crispín porque así lo habían detectado los cuerpos de inteligencia pero cuando lograron rescatar a dos niños por heridas de bala, supieron que otro de sus objetivos estaba en la casa.

¿Quién esta en la casa? le preguntaron a los niños cuando los metieron a una patrulla para resguardarlos.

“Esta mi papá”, contestaron.

¿Y quién es tu papá?

“José Antonio Valdez”, respondieron.

En ese momento los efectivos policiales buscaron en los archivos y supieron que tenían cercado a “El Señor de la V”, implicado en el homicidio de un policía preventivo y otros dos efectivos heridos, en un enfrentamiento en diciembre de 2015, en Cuernavaca.

Los antecedentes marcaron que Valdez fue detenido en otro hecho delictivo y puesto a disposición del Ministerio Público pero tres meses después obtuvo su libertad.

“Estaré pendiente y cuestionar porqué con tantos antecedentes salen con una facilidad impresionante”, dijo Capella en tono molesto.

Afirmó que la baja de homicidios en Morelos es gracias a este tipo de trabajos y sostuvo no cambiará la política de investigación y ofensiva a menos que el gobernador se lo ordene.

“Tenemos que seguir haciendo ese esfuerzo y que este hecho tan lamentable, en donde menores pierden la vida, que es lo que mas me impacta, no tiene porque cambiarnos la estrategia si esta dando resultados en términos operativos”, expuso.

El seguimiento

Temixco es foco de atención por las autoridades policiales desde enero de este año cuando fue asesinada la alcaldesa Gisela Mota Ocampo, horas después de rendir protesta al cargo. Una grupo armado irrumpió en su domicilio y la acribillaron frente a sus madre Juana Ocampo, actual alcaldesa luego del fallecimiento natural de Irma Camacho. En su toma de protesta Juana Ocampo dijo que seguiría los postulados de su hija pero el crimen organizado sigue campeando en Temixco.

Con esos antecedentes la Policía Morelos incursionó durante la madrugada en la colonia Rubén Jaramillo, porque su equipo de inteligencia fue alertada sobre un posible enfrentamiento entre los carteles de Jalisco y Del Sur.

En una primera acción detuvieron a José Manuel “N” en un vehículo compacto, con un arma de fuego calibre 9 milímetros y envoltorios con marihuana. José Manuel es hijo de “El Crispín”, considerado por la CES como líder de una célula delictiva del Cártel Jalisco Nueva Generación en Temixco, Emiliano Zapata, Jiutepec, Puente de Ixtla y Xochitepec.

Otra denuncia ciudadana movió a las fuerzas policiales hacia la calle Venustiano Carranza del municipio de Temixco, donde supuestamente se encontraba una casa de seguridad y se presumía la existencia de personas secuestradas, pertenecientes a un grupo delictivo antagónico.

Dice el comandante Capella que los policías fueron recibidos con disparos de arma de fuego pero los oficiales buscaron persuadir a los pistoleros para su entrega voluntaria “pero las agresiones del grupo delictivo subieron de tono y se tuvo que actuar”, informó.

Un elemento recibió un impacto de bala en el chaleco balístico y otro en el escudo de metal, por lo que seis elementos policiacos accionaron sus armas para repeler la agresión.

“En virtud de que los gritos del interior señalaba la existencia de una mujer, se optó por lanzar gas pimienta, momento en el cual se entregaron  Gilberto “N”, Carlos Alberto “N”, José Antonio “N” y Brenda Elena”, informó el Comisionado.

Sucede en todo el mundo

Capella Ibarra afirmó que la muerte de cuatro mujeres y dos niños no surgió por iniciativa de los policías por querer vulnerar a personas relacionadas con presuntos delincuentes. “Creo que es parte de lo que sucede en cualquier parte del mundo cuando hay una actitud agresiva como la del sujeto que fue detenido principalmente”, dijo.

El Comisionado planteó como hipótesis sobre la muerte de las mujeres, la bebé y el hombre, que en el ángulo donde estaba disparando el pistolero los policías alcanzan a observar en la oscuridad únicamente la pólvora de la detonación del arma de fuego. “Entonces ellos repelen la agresión detonando probablemente 50 veces y logrando salvar la vida, salen, cuando escuchan el grito de una mujer ‘ya no disparen’, entonces ya nadie dispara, pero el personaje principal sigue disparando a los elementos policiacos.

Le dura unas dos horas el parque hasta que se toma la decisión de aventar gas pimienta para salvaguardar la integridad de las personas que estaban ahí que lograron salir y es cuando se detiene a este sujeto.

“La Fiscalía con sus periciales tendrá que determinar qué fue lo que sucedió. Voy a estar muy respetuoso de lo que la Fiscalía determine y por lo mientras los elementos están a disposición, como es el protocolo, con las armas, con todo lo necesario y no me queda mas que darles todo el apoyo moral y jurídico que sea necesario porque estaban haciendo su trabajo”, afirmó el jefe policiaco.

“Evidentemente nos afecta muchísimo el que menores de edad pierdan la vida, sea quien sea, vengan de la familia que vengan, eso nos pega muchísimo pero es parte del riesgo de lo que tenemos que hacer. Esta tierra no va a ser tierra nuevamente de delincuentes, por lo menos durante el tiempo que estemos aquí con esta responsabilidad. Así de sencillo”, sostuvo Capella Ibarra.