Por Uzziel Becerra
El Subsecretario de Salud lo anunció enérgicamente: es nuestra última oportunidad para prevenir que el covid-19 se propague con rapidez, teniendo como consecuencia la superación de la capacidad de los hospitales y distintos centros de salud, por lo que debemos de acatar las medidas sanitarias del gobierno. Sin embargo el Ejecutivo Federal manda un mensaje confuso y contradictorio a la ciudadanía con su ejemplo, al no detener sus actividades públicas a lo largo del país, por lo que es tiempo de que seamos los ciudadanos los protagonistas de esta lucha para prevenir la propagación masiva del coronavirus. Pero, ¿qué pasará con aquellos que no cuentan con las condiciones económicas para solventar una cuarentena obligatoria? ¿Cómo responderán los gobiernos a la crisis?
El Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, en conferencia de prensa envió un mensaje preocupante y enérgico para todos los sectores de la población mexicana, tanto sector público y privado, que puede sintetizarse en una frase “quédate en casa”. Acompañado del Secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, y del secretario de Relaciones Exteriores, Marceo Ebrard, puntualizó medidas de prevención y control diseñadas por un grupo de especialistas que presentó, al tiempo de asegurar que dichas medidas tienen fundamento legal y se ajustan a las recomendaciones internacionales de la Organización Mundial de la Salud.
De esa manera el Subsecretario llamó a la población a respetar cabalmente las medidas sanitarias con el objetivo de reducir la velocidad de transmisión del coronavirus con las palabras siguientes: “Reitero para que quede muy claro, no es posible, ni aquí ni en ninguna parte del mundo, evitar la epidemia, no es posible. La vamos a tener en la fase 2, que ya estamos viviendo, y en la fase 3 que se avecina y es la fase más difícil, y esta fase difícil conlleva el peligro grande de que se saturen los hospitales, y la saturación de hospitales con casos graves puede implicar el riesgo de que no sea posible atenderlos y tengamos muertes que de otra manera serían evitables. Regreso al mensaje enfático. La única manera de reducir hoy la transmisión es quedándonos en nuestras casas en forma masiva todas y todos durante un periodo estipulado de un mes”.
Es claro que la fase 3 llegará, inevitablemente. La fase 2 de contagios locales, cuyas medidas siguen siendo de contención puntual y voluntaria, pasará a la fase de etapa máxima de transmisión, con medidas drásticas para contener al virus, con repercusiones sociales y económicas adversas al decretarse una cuarentena obligatoria para la población. Habrá muertes y acaparamiento de las capacidades hospitalarias y de atención médica por los casos graves. Lo imprescindible ahora es reducir la velocidad de transmisión de este virus para que pueda prevenirse de la mejor forma y dotar de insumos al sector salud para afrontar o al menos mitigar el escenario más drástico que se aproxima. Hasta el domingo pasado los registros datan 933 casos positivos y 20 muertes a lo largo del país por coronavirus.
Por su parte, López Obrador no pierde la oportunidad de hacer política, buscando contener su legitimidad social y que, en la correlación de fuerzas, su autoridad no se vea trastocada. El presidente anunció que no se guardará, es decir, que no evitaría acudir a las giras programadas en distintos puntos del país, en contacto con la gente y con autoridades municipales de latitudes alejadas de la metrópoli, con la justificación de que debe dirigir el país. Al menos hemos observado la disminución del contacto físico con las personas, a la forma de besos y abrazos.
Asimismo anunció que la petición de su resguardo proviene (como acostumbra diagnosticar), de los “conservadores”, quienes buscan que él desaparezca,que exista un vacío de poder que puedan llenar, ante lo cual señaló: “No podría irme a cuarentena porque se requiere que haya conducción en el país, los conservadores quisieran que desapareciera, que fracasara la 4T pero pues no les vamos a dar el gusto, ayer salgo de Tijuana y en el aeropuerto, salgo y me toman la temperatura y salgo bien, 36 de temperatura y paso como cualquier persona”, explicó.
En realidad la idea de que el presidente atienda las medidas sanitarias que su propio gobierno impulsa, y que él mismo reitera a través de las redes sociales, no es de menospreciarse. Contario a lo dicho por el presidente, no existiría un vacío de poder con su resguardo voluntario, puesto que los instrumentos comunicacionales con que cuenta y la coordinación jerárquica que ha establecido institucionalmente le permitirían trabajar, ordenar, mandar y ejecutar, desde el despacho de Presidencia de la República. El problema no es el vacío de poder sino la imagen pública, la percepción y aprobación popular que se le escapa de las manos.
Según la encuesta de Consulta Mitofsky, la popularidad de Amlo se ubica hoy en el 49.6 por ciento, cayendo por debajo del 50 por ciento por primera vez desde el inicio de su gobierno. Lo anterior se da en el contexto de la gestión de la crisis sanitaria por el coronavirus, los pobres resultados en materia de seguridad pública y las decisiones de carácter económico. En el mismo sentido, el modelo Poll of Polls de Oraculus registra una caída de 23 puntos porcentuales en la aprobación del presidente del 81 por ciento en febrero del 2019 a 53 por ciento en marzo del 2020. Las variables de liderazgo político y la política fiscal pueden explicar la progresiva caída de la aprobación presidencial en la coyuntura más reciente, puesto que el Servicio de Administración Tributaria ha definido que no condonarán impuestos a particulares ni a personas morales a pesar de la crisis económica y sanitaria.
Regresando con el presidente, contradictoriamente explica que tiene conocimiento de que la enfermedad afecta más a hombres que a mujeres, y que afecta más a los adultos mayores, personas que tienen diabetes, hipertensión, padecimientos renales entre otros, a lo que llamó a cuidar a esa población vulnerable, a los ancianos y adultos mayores, pidiendo que los llevara a casa y a cuidarlos. A todas luces es contradictorio ¿Acaso el presidente ignora su edad o su condición física? ¿Habrá interiorizado el discurso de las juventudes al tiempo de pretender convertirse en uno? ¿Creerá que su “fuerza moral” o liderazgo político podrán salvarlo de un padecimiento médico que no cuenta con vacuna? Mientras tanto dos gobernadores, el Gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, y el Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, han dado resultado positivo al coronavirus, lo que se suma a la larga lista de mandatarios, Secretarios de Estado, Ministros y líderes políticos que han resultado infectados por el coronavirus en el mundo.
Como lo hemos señalamos en este espacio con anterioridad, los mecanismos comunicacionales creados por el gobierno actual han hecho que lo que haga y diga el presidente sea replicado por una gran cantidad de personas sin la menor búsqueda de verificación de la información. ¿Qué incentivos tiene el ciudadano para prevenirse ante una pandemia con riesgos inminentes cuando el presidente pasea por todo el país sin atender las indicaciones sanitarias de confinamiento?
Es tiempo de que las personas, los ciudadanos, tomemos la batuta al respecto, puesto que, como lo señaló López-Gatell, es responsabilidad de todas y todos actuar con prudencia ante el enorme riesgo de propagación que representa el coronavirus. Es nuestra última oportunidad para atender el llamado. Pero, ¿qué pasará con aquellos que no tienen las condiciones económicas necesarias para establecerse en confinamiento voluntario de un mes? ¿Qué hará el 56.2 por ciento de la población que labora en el sector informal y que no tiene asegurado el sustento económico a corto o mediano plazo? ¿Qué pasará con aquellos que trabajan para buscar alimento en el día a día?
Los grandes retos que habrán de librar los gobiernos municipales, estatales y el federal iniciarán respondiendo a esas interrogantes, buscando proteger a los sectores vulnerables y reaccionando a la crisis económica y sanitaria que se aproxima con velocidad. ¿Podrá asegurar el derecho a la salud el INSABI a todas las personas que no cuentan con seguridad social? ¿Las políticas sociales, los programas de bienestar y becas federales podrán solventar las necesidades económicas de la población más afectada por la pandemia? ¿La crisis sanitaria y económica sacará a la luz la solidaridad social o el temor egoísta de la población?
*Consejero Universitario de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAEM. Secretario de Asuntos Políticos del Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública Sección Morelos. Representante del CEA de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas en Morelos.