Por Uzziel Becerra
El viernes 4 de septiembre el Consejo General del Instituto Nacional Electoral sesionó para deliberar sobre el registro de nuevos partidos políticos nacionales, concediendo registro solo al PES, ahora con el nombre de Partido Encuentro Solidario, lo cual provocó el rechazo de diversos liderazgos políticos a la decisión del INE y que buscarán impugnar la decisión ante el Tribunal Electoral para competir en el proceso electoral federal que inicia el lunes 7 de septiembre con un partido de reciente creación. ¿Por qué el INE no otorgó el registro a los demás partidos a nivel federal? ¿Qué entidad federativa enfrentó polémicas similares por el registro de partidos locales?
En los medios se anunciaba que el INE perfilaba otorgar el registro como partidos políticos al menos a tres organizaciones: Libertad y Responsabilidad Democrática (México Libre), Encuentro Solidario (antes PES – Partido Encuentro Social), y Grupo Social Promotor de México (antes Nueva Alianza), pues la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos aprobó un dictamen en ese sentido, porque sus obligaciones como comisión son funcionar como filtro para observar qué organizaciones sí cumplieron con los requisitos exigidos por la Ley electoral. Los que se quedaron en el camino, desde el filtro hecho por la Comisión, son Redes Sociales Progresistas, organización ligada a Elba Esther Gordillo, Fuerza Social Por México, ligada al sindicalista Pedro Haces; Súmate a Nosotros, liderado por Manuel Espino, y Alternativa, del expriísta César Augusto. Por lo que, de las siete asociaciones políticas nacionales que buscaron su registro como partidos políticos, al final seis de ellas fueron rechazadas.
Los criterios y argumentos que brindaron los Consejeros del INE para no otorgar el registro, para el caso de México Libre fue el no haber comprobado el origen del 8.18% del dinero que utilizó para movilizarse, pues el límite es menor al 5% de recursos que no fueron debidamente identificados, y esto sucedió porque la organización utilizó el mecanismo de CLIP (una terminal móvil para realizar pagos en tarjeta) para recibir aportaciones ciudadanas, pero que impiden identificar plenamente los datos de los aportantes y, así, impidieron a la autoridad fiscalizadora el despliegue de sus facultades de verificación del financiamiento.
Por otra parte, a los partidos que la propia Comisión les negó el registro en su dictamen, el argumento principal fue por haberse comprobado que diversas asociaciones sindicales e intereses corporativistas estaban impulsando los movimientos políticos a través de sus asambleas, aunado a que también superaron el límite de aportaciones irregulares en más del 20%. Sin embargo (y aquí es donde está el punto más endeble del argumento para otorgar el registro al PES), pese a que la organización del Partido Encuentro Solidario es un partido cuya base militante es comunidad cristiana-evangélica, e incluso Consejeros Electorales del INE dieron cuenta de que ministros de culto estaban involucrados en la
organización, financiamiento y administración de asambleas para lograr su registro, lo cual es inconstitucional, decidieron otorgarle el registro como nuevo partido nacional. Lo ideal, a nuestro juicio, hubiera sido negar el registro a todas las organizaciones que solicitaron, por las irregularidades encontradas, pues al igual que la falta de comprobación del financiamiento y la intervención de sindicatos, la intervención de ministros de culto está prohíba, pero en votación mayoritaria el INE se decantó por dejar pasar la irregularidad por no poderse comprobar fehacientemente.
De esa manera, la negación del registro a la mayoría de las asociaciones políticas generó un rechazo generalizado hacia la forma en que el INE toma decisiones. Y es que el hecho de que los medios difundieran que la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE había dictaminado a favor, y luego el pleno del Consejo General del INE les negara el registro a México Libre y Grupo Social Promotor de México, generó la sensación (infundada pero sospechosa para la opinión pública) de que la decisión reconsiderada fue discrecional; pareciera que respondió a un criterio de negociación política al interior del (corrupto, según los agraviados) INE, y no a un proceso imparcial con votación “justa”, al menos así lo ven quienes guardan intereses en que dichas organizaciones políticas adquieran el registro.
Lo anterior solo se agravó con la desafortunada declaración del presidente López Obrador, al señalar en conferencia mañanera que la decisión del INE para no otorgarle el registro a México Libre era “un triunfo del pueblo”, fortaleciendo la narrativa de intervención o negociación de intereses entre el órgano autónomo y el gobierno federal, cuya relación en realidad ha sido ríspida y complicada, por las recíprocas acusaciones de intervención, corrupción y gestión ilegal de procesos (al INE por fraude y al gobierno por la irregularidad de las consultas públicas). Si se hubiera concedido el registro “se acaba el INE, si de por sí están totalmente desacreditados…”, remató el Presidente.
Por su parte, José Fernando González Sánchez, líder de Redes Sociales Progresistas y yerno de Elba Esther Gordillo, manifestó ante los medios “desconcierta que algunos consejeros del INE pretendan negar el registro a RSP con criterios facciosos… de ser necesario, acudiremos al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación”. Asimismo se manifestó Felipe Calderón y Margarita Zavala en redes sociales, por lo que, con toda seguridad, recurrirán ante el máximo órgano de justicia electoral en el país para dirimir este conflicto, alegando, también con seguridad, que el INE actuó con distingos e irregularidad de criterios para tomar la decisión, incluso siendo una autoridad colegiada.
Eventualidades como la votación del INE para otorgar y negar registro de partidos pone en tela de juicio la actuación del máximo arbitro electoral del país, el cual carga con un estigma social de corrupción y fraude, promovido por el presidente de la República, por lo que la relación entre el INE y la ciudadanía, que de por sí ya era preponderantemente de desconfianza, con este hecho ha venido a recrudecer dicha relación. Más aún cuando todos los actores políticos se pronunciaron contra la decisión del INE, por parecer complaciente con el gobierno federal y contrario a quienes decididamente compiten para ser oposición.
En cualquier escenario, el INE sigue viendo minada su legitimidad, lo cual es sumamente peligroso en términos democráticos, pues las elecciones ya iniciaron formalmente y se enfrentará un proceso electoral federal con un órgano electoral débil en esos términos.
A nivel local, en el estado de Morelos, en sesión extraordinaria de la Comisión Ejecutiva Permanente de Organización y Partidos Políticos del Consejo Estatal Electoral, del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (IMPEPAC), otorgó el registro de ocho nuevos partidos políticos locales: Sumando Voluntades Podemos Construir; Más Más Apoyo Social; Morelos Progresa; Movimiento Alternativa Social (MAS); Bienestar Ciudadano; Renovación Política Morelense; Fuerza, Trabajo y Unidad por el Rescate Oportuno de Morelos y Fuerza Morelos, lo anterior en medio de acusaciones sobre la posibilidad de que el CEE haya actuado con opacidad. Y es que, a nivel local, Morelos es la entidad cuyo OPLE (Órgano Público Local Electoral), el IMPEPAC, ha otorgado el mayor número de registros de partidos políticos en el país.
Los once partidos que en Morelos ya contaban con registro, con derecho a financiamiento, representación proporcional en regidurías y diputaciones, es decir, MORENA, PES, PRI, PAN, PRD, MC, PVEM, PANAL, PT, PH (Partido Humanista, el que perdió el registro federal a l igual que el PES) y PSD (Partido Social Demócrata, por el que contendió Cuauhtémoc Blanco cuando fue Alcalde de Cuernavaca), aunado a con ocho partidos más, finalmente serán 19 partidos políticos los que disputarán en Morelos 328 cargos políticos en toda la entidad: la renovación de la Cámara de Diputados local y Alcaldías.
El conocimiento politológico (las categorías para entender los fenómenos políticos construidas con un método científico) dedicado a los sistemas de partidos políticos, aplicable al caso concreto de Morelos, señalaría que el registro de ocho partidos podría implicar una transición de un sistema de partidos de competencia centrípeta y multipartidista con pluralismo moderado hacia un sistema tendiente a las dinámicas centrífugas (extrema polarización ideológica), multipartidista de sistema atomizado (más de diez partidos en competencia).
En un sistema partidista con estas características la idea de representación política se fragmenta y polariza, haciendo cada vez más compleja la posibilidad de negociación política tendiente a producir resultados de gobernabilidad positivos, a su vez dificultando la idea de gobernanza o inclusión de la ciudadanía en la gestión pública. Lo anterior es así porque la ciencia política ha determinado que el sistema de partidos es el resultado de las interacciones resultantes de la competencia político-electoral y de la arena legislativa entre los partidos, es decir, es el análisis de su comportamiento sistémico en sentido amplio. Por lo anterior, esa transición del sistema de partidos morelense se verá reflejada en las próximas elecciones, pues existen tendencias dirigidas a formar coaliciones de facto (impedidas legalmente por ser partidos de reciente creación) que podrían favorecer a un grupo o partido y no necesariamente polarizar el sistema.
Al final la lucha por el registro de una Asociación Política Nacional o Local que busque llegar a ser un partido político corresponde a la renovación, fractura y rotación de las élites políticas que, tras el triunfo o fracaso electoral antecedente, buscan reincorporarse en la vida pública como actores preponderantes, y no así a una intención clara de ofrecer alternativas reales a la ciudadanía, respecto de lo que los partidos tradicionales pudieran ofrecer a la población. Si ese fuera el caso veríamos que, al menos uno de ellos, tendría un programa de acción, declaración de principios o bien ideales que puedan diferenciarse plenamente de los que ya compiten por el voto popular. Sin embargo, cabe aclarar que, independientemente de la diferenciación político-ideológica, constituir un nuevo partido político es legítimo en términos del ejercicio del derecho de asociación con fines políticos, es decir, fortalece la idea de los derechos políticos del ciudadano.
No obstante, difícilmente se verá en el futuro próximo que el sistema de partidos políticos comience a institucionalizarse, puesto que las variables para determinar el grado de institucionalización son 1) la estabilidad de los patrones de competencia interpartidista, 2) la fortaleza de los vínculos de los partidos políticos con la sociedad, 3) la legitimidad de los partidos y las elecciones entre la ciudadanía como la principal vía de acceso al poder, y 4) la fortaleza de las organizaciones partidistas en relación con las reglas y estructuras internas tendientes a la estabilidad. En torno a lo anterior, la alta volatilidad electoral, identidad partidista débil en términos ideológicos y la poca estabilidad de los partidos para asegurar su permanencia inhiben la institucionalización del sistema de partidos, de todo ello da cuenta la ciencia política.
Pero no podríamos negar que existen diversos incentivos para registrar un partido político, como el financiamiento público anual, prerrogativas, representación proporcional, reincorporación a la vida pública, entre otros, por lo que la ciudadanía les observa con recelo y desconfianza, incluso celebrando que algunos no obtuvieran el anhelado registro, pues no han construido una narrativa tendiente a ofrecerse como una opción legítima de elegibilidad. En efecto, el reto para los que sí obtuvieron registro será ganarse la confianza de la ciudadanía a pulso de elecciones y trabajo intra y extrapartidista. ¿Estarán a la altura de las expectativas ciudadanas?, ¿lograrán consolidarse, estabilizarse y estructurarse en el largo plazo con la idea de fortalecer los niveles de institucionalización?
Notas finales: Hoy, siete de septiembre, inicia la primera etapa del proceso electoral del 2021, correspondiente a la preparación de la elección, la más grande y compleja en la historia de México. A partir de hoy, todo lo que suceda en el escenario público debe leerlo (observarlo, analizarlo) con lupa político-electoral.
*Representante del CEA de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas en Morelos. Secretario de Asuntos Políticos en el Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública Sección Morelos. Consejero Universitario de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAEM. Representante de Morelos en el Congreso Nacional Universitario. Auxiliar Jurídico en el Corporativo Paredes.