Por Uzziel Becerra
Tras el proceso de elección para Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el cual concursó Angélica Cuéllar Vázquez, Directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Pedro Salazar Ugarte, Director del Instituto de Investigaciones Jurídicas y, para un segundo periodo Enrique Luis Graue Wiechers, Rector en funciones, la Junta de Gobierno determinó elegir a Graue para continuar con sus planes de trabajo y la consecución de las metas que propuso ante el cuerpo colegiado.
Lo complicado de la reelección de Graue radica en las luchas, protestas y expresiones que se encuentran en el fondo de la Universidad Nacional, mismas que cobran visibilidad como los problemas más graves de la institución: inseguridad, violencia, venta de narcóticos, violencia de género, bullying académico, acoso sexual e inestabilidad al interior de los campos.
Respecto al plan de trabajo que Graue presentó ante la Junta de Gobierno, este enfatiza la garantía de seguridad para la comunidad Universitaria, la igualdad de género y la posibilidad de convertir a la UNAM en una universidad sustentable. Se propone la participación de la comunidad universitaria en programas de seguridad y protección civil, además del fomento a la cultura de la denuncia de grupos violentos o delictivos; formar comisiones de seguridad que tengan una participación equilibrada entre estudiantes, académicos y trabajadores administrativos ,así como mantener estrecho contacto con autoridades federales y locales para garantizar la seguridad del campus.
En materia de sustentabilidad, propone disminuir el consumo de energía eléctrica a partir de la implementación de fuentes de energía renovable, creando un fondo especial que financie la inversión de éstos mecanismos. En materia de equidad de género y violencia género, propuso difundir campañas que difundan y consoliden los valores de los derechos humanos, la equidad y el rechazo a la violencia de género, así como visibilizar el programa universitario de derechos humanos realizando acciones encaminadas a colaborar con organismos nacionales e internacionales en la materia que puedan dar recomendaciones e implementar propuestas para favorecer la equidad de género.
En el fondo, la administración de Graue ha sido favorable para la Universidad Nacional: se han iniciado 14 licenciaturas y 16 especialidades nuevas, se han incorporado cinco nuevas escuelas, un instituto de investigación, dos centros de investigación, tres unidades académicas multidisciplinarias, dos geoparques, nueve laboratorios nacionales, cuatro laboratorios universitarios, cuatro unidades de apoyo a la investigación y varias sedes de la UNAM en el extranjero, así como un museo universitario y 10 cátedras extraordinarias, entre otras.
Asimismo se ha reconocido la capacidad de Rector en cuanto a la defensa de la autonomía universitaria y presupuestal, ya que tanto en la administración de Enrique Peña Nieto como en la actual administración de López Obrador, se ha pronunciado públicamente en contra de los mandatarios, el primero contra la reforma educativa y el segundo contra la disminución presupuestal y en contra de la eliminación de los exámenes de ingreso para los aspirantes a estudiar en la universidad.
También ha disentido contra López Obrador al expresar en una entrevista para Milenio que en el país no se necesitan más médicos sino que se necesitan más plazas en el sector salud, puesto que cada año hay al menos 2,0000 médicos egresados que no tienen cabida en el sistema de salud por la falta de plazas.
Sin embargo, los problemas al interior de la Universidad Nacional son expuestos también por diversos liderazgos. Entre las voces de la disidencia respecto a la reelección de Graue para la rectoría de la UNAM se encuentran miembros del Consejo Universitario y representantes estudiantiles, quienes consideran que el trabajo realizado por el Rector ha sido insuficiente, pues no ha podido garantizar la seguridad de los miembros de la comunidad universitaria y que ha demostrado su incapacidad para salvaguardar la integridad de los estudiantes sobre todo de mujeres.
Asimismo, la disidencia considera que el método de elección del rector resulta antidemocrático puesto que solamente es la Junta de Gobierno, integrada por 15 personas, las que toman la decisión de 356 mil estudiantes 41 mil académicos y 27mil trabajadores administrativos. También relataron que la directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Angélica Cuéllar, pese a haber competido abanderando la inclusión de las mujeres, los alumnos rechazan su gestión al interior de la unidad académica por la discriminación a los estudiantes e incluso represión cuando éstos denuncian el acoso y la violencia.
Por lo tanto, la lucha por causa de la dirigencia de la UNAM se ha realizado desde sectores estudiantiles y organizaciones cuya naturaleza es difusa. Recientemente han marchado hacia la Torre de Rectoría del campus Ciudad Universitaria para protestar por el acoso y la violencia sexual de que han sido víctimas los estudiantes. Los alumnos exigen la instalación, reparación y mantenimiento de botones de pánico, la creación de prácticas, talleres y cursos sobre violencia de género, así como la incorporación de materias de tronco común para bachillerato respecto a la violencia y equidad de género, así como una sección en la gaceta de la UNAM para dar seguimiento a las denuncias contra profesores y personal universitario.
Actualmente la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán y Aragón, facultades de Ciencias Políticas, Filosofía y Letras, 8 planteles de la Escuela Nacional Preparatoria y el Colegio de Ciencias y Humanidades ha entrado en paro debido a las manifestaciones violentas al interior de sus instalaciones.
Luego de la marcha hacia la Torre de Rectoría, grupos encapuchados prendieron fuego a las instalaciones de Rectoría y a la biblioteca que se encuentra a un costado, también resultó dañado el mural de David Alfaro Siqueiros, lo cual provocó que los alumnos se organizaran en defensa de las instalaciones y en colaboración con las autoridades universitarias para regresar los libros saqueados. En ese sentido, se desconoce el monto de los daños causados por los manifestantes.
Lo lamentable del asunto es que la violencia de género, el acoso sexual, la discriminación por género y la violencia hacia los miembros de la comunidad universitaria no son un fenómeno exclusivo de la UNAM. En la Universidad Autónoma del Estado de Morelos se han registrado diversos acontecimientos en los que la integridad física de los universitarios se ha visto en riesgo, así como denuncias por acoso sexual, violencia de género, discriminación por la preferencia sexual, entre otros.
Lo anterior pone en manifiesto que las universidades son un reflejo de las circunstancias y problemáticas del país, pues atraviesan diversas crisis al interior que ponen en riesgo las labores académicas de las instituciones de educación superior y media superior. Si las autoridades universitarias no buscan mecanismos de solución para estos conflictos que incluyan la participación de los sectores involucrados, el ataque a las causas profundas de corrupción e impunidad dentro de sus instituciones y sistemas o protocolos de vigilancia que ataquen las conductas violatorias de derechos, la profesionalización y formación académica de los estudiantes universitarios se verá comprometida, en perjuicio de la sociedad mexicana.