Por Uzziel Becerra
Como cada año los gobiernos hacen sus proyecciones sobre la captación de ingresos con una ley y un presupuesto de los egresos. La ley de Ingresos está dedicada a proponer la forma en la que se recaudarán los recursos públicos y el segundo plantea cómo ejercerlos. Así, el domingo fue presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público al Congreso de la Unión el llamado Paquete Económico 2020, con una perspectiva macroeconómica que ha sido calificada de realista y conservadora por la propia dependencia, poniendo énfasis en la disciplina fiscal, la austeridad y el apoyo al sector energético. Sin embargo, como en todos los ejercicios fiscales, éstas son debatibles y susceptibles de modificación por el Legislativo.
En realidad el Paquete Económico 2020 contempla: los Criterios Generales de Política Económica, la iniciativa de Ley de Ingresos y el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación correspondiente al ejercicio fiscal del 2020, así como adiciones y reformas a la Ley del Impuesto Sobre la Renta, del Impuesto al Valor Agregado, del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios; del Código Fiscal de la Federación, la Ley Federal de Derechos, la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos entre otras. De tal manera que este instrumento de proyección económica gubernamental es amplio y muy técnico en cuanto a la materia fiscal.
Tras las dificultades en las que el gobierno de la república se ha encontrado por el escaso crecimiento económico del primer semestre y la falta de contextos inversión que generan confianza para los mercados, esta es la primera respuesta para impulsar su proyecto de crecimiento y desarrollo económicos. Y se debe advertir que el contexto internacional es adverso por el incremento en las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, acortado el margen de maniobra de la proyección económica así como de la prospectiva de la estabilidad en la política monetaria, pues existe una desaceleración económica global vigente.
Respecto a los Criterios Generales de Política Económica, el gobierno plantea una estimación de crecimiento de entre el 1.2% y el 2.2%, con una inflación de 3.2% y un tipo de cambio promedio de $20 por dólar. Sobre el precio de la mezcla mexicana de petróleo, este se redujo a 49 dólares por barril. Según el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio 2020, las dependencias de gobierno que disminuyeron sus recursos de operación ordinaria son: Secretaría de Gobernación, Secretaría del Turismo, Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, la Oficina de la Presidencia y la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. En cambio, a las dependencias que se les aumentará el presupuesto ordinario son: la Secretaría de Energía, Secretaría de la Función Pública, la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal, el Inegi y las entidades no sectorizadas como el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas entre otras.
En materia de gasto público, el Presupuesto de Egresos contempla ejercer casi 6.1 billones de pesos para el 2020, contra los 5.8 billones de pesos aprobados para el año 2019; un presupuesto dedicado a financiar los programas sociales y a alcanzar las metas del Gobierno Federal respecto a la distribución de la riqueza en las diversas regiones. Al menos así está plasmado en el documento, pues su comprobación dependerá de los indicadores/evaluaciones a realizar. Respecto a los proyectos de infraestructura, el paquete económico contempla un presupuesto total de 52, 367 millones de pesos para la construcción del Tren Maya, el corredor del Istmo de Tehuantepec, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería Dos Bocas. Lo anterior de hecho implica la reducción de 19,593 millones de pesos con respecto al presupuesto anterior sobre los mismos proyectos.
Un aspecto muy controversial es la propuesta del pago del IVA en el tratamiento de los servicios en plataformas digitales como Netflix, Uber, Spotify, etc. respecto de los cuales el gobierno plantea que las empresas de tecnología como las mencionadas estén obligadas a cumplir con un registro simplificado ante el SAT para ofertar y cobrar el precio de sus servicios, y dichas empresas calculen y retengan mensualmente el IVA correspondiente a las importaciones de contenido digital. Asimismo para las personas que se dedican a la venta por catálogo, la Secretaría de Hacienda propone un esquema simplificado de retención qué consiste en determinar el ISR a pagar sobre la diferencia entre el precio de venta sugerido y al precio de compra. En ambos casos, supone un gravamen mayor dirigido a quienes ofertan los servicios, sin embargo, encarecerían potencialmente los precios al consumidor final.
Sin duda, este es el instrumento más amplio para medir y posibilitar el avance en los objetivos del gobierno federal, plasmados ya en el reciente Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024. El Congreso de la Unión debe debatir, ajustar y en su caso aprobar en los próximos meses el Paquete Económico 2020, a más tardar el 15 de noviembre del presente año. Observaremos los detalles y las negociaciones respectivas por las diversas fuerzas políticas para su modificación, puesto que ahí es donde comulgan los intereses más diversos y se aseguran los compromisos de carácter político, económico y sociales más importantes del país. ¿Será suficiente la fuerza parlamentaria de MORENA y sus aliados para aprobar el Paquete Económico 2020 sin modificaciones sustanciales, en favor del Presidente? ¿Podrá articularse una oposición firme, capaz de hacer frente a los aspectos más incómodos del Paquete Económico?