Por Uzziel Becerra

En el noticiero estelar de Tv Azteca, conducido por Javier Alatorre, se pidió a la ciudadanía dejar de hacer caso al Subsecretario de Salud respecto del número de casos confirmados en las entidades del país, lo cual pone en evidencia el rechazo de Ricardo Salinas Pliego a las indicaciones del gobierno federal, pero el antecedente de relación entre su grupo financiero y el Presidente hacen que la lectura de un conflicto permanente sea improbable. Lo que sí prosperará es el cuestionamiento a la metodología del gobierno para procesar las cifras que presentan a la población como oficiales.

El pasado viernes por la noche el periodista Javier Alatorre, conductor del noticiario principal de Tv Azteca, llamó a la población a no hacer caso al Subsecretario de Salud con las siguientes palabras: “…pero sus cifras y sus conferencias ya se volvieron irrelevantes, es más, se los decimos con todas sus palabras: Ya no haga caso a Hugo López-Gatell. Gobernadores de distintas entidades desmintieron las cifras del Subsecretario de salud e incluso el propio López-Gatell se fue de luces en una entrevista con el Wall Street Journal y aceptó sus falsedades”. Y por si no fuera suficiente, en la cuenta institucional de Tv Azteca en Twitter se posteó la cita de las palabras dichas en cadena nacional por Alatorre, dejando en claro que sus declaraciones forman parte de una posición oficial del medio y no una apreciación particular del conductor.

La disyuntiva entre las disposiciones gubernamentales y los criterios de la televisora recuerdan la antigua relación entre el régimen hegemónico mexicano y Televisa, una relación que se benefició recíprocamente durante el periodo moderno de nuestro país, uno afianzando el control social a través de la información y el otro su aspecto comercial y comunicacional monopólico. Dicha remembranza se da también por el antecedente de la relación cercana entre López Obrador y Ricardo Salinas Pliego, puesto que ha sido parte del grupo de asesores comerciales del Presidente, incluso desde su paso por la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal. “Ricardo Salinas tiene dinero, pero tiene dimensión social”, ha expresado López Obrador para defender al empresario en el pasado.

Salinas Pliego ya había expresado a sus setenta mil trabajadores que no se atendería a la cuarentena voluntaria, a través de un comunicado con el título “Hoy, más que nunca, México nos necesita”, señalando que Grupo Salinas (cuyos negocios se encuentran en el área financiera, comercial, de seguridad, energía y telecomunicaciones como TV Azteca, Banco Azteca, TotalPlay, Elektra, entre otros) seguirían laborando con normalidad, recalcando su escepticismo sobre la enfermedad. Su intención, dijo Salinas, sería quitarse el miedo por el nuevo coronavirus y luchar para evitar que la economía se desfonde: “la vida debe continuar”. El pronunciamiento del dueño de la segunda televisora más grande del país fue claro, hacer caso omiso a las recomendaciones sanitarias a favor de sus intereses económicos, pero la subida de nivel a través del noticiario tuvo como consecuencia que diversos personajes públicos buscaran distanciarse de Grupo Salinas, como el politólogo y comunicador César Ulloa en Nuevo León, por la posición irresponsable de la televisora.

Un punto central del conflicto es la relación que guarda Salinas Pliego con López Obrador, puesto que, como lo ha publicado recientemente El País, Grupo Salinas tiene una lista amplia de licitaciones con el gobierno federal para otorgar servicios de telefonía e internet, sistemas de videovigilancia, pólizas de seguros, entre otros que se dan a través de las empresas del regiomontano reconocido como el segundo hombre más rico de México. La adjudicación directa a Banco Azteca sobre la gestión del pago de subsidios a través de los programas de seguridad social y la triangulación de seguros por Esteban Moctezuma Barragán (actual Secretario de Educación y que fue Presidente de Fundación Azteca de Salinas Pliego) es lo más representativo de dicha relación.

No obstante lo anterior, el análisis que hace David Marcial Pérez y Luis Pablo Beauregard en El País es contundente: el vínculo más fuerte entre el político y el empresario es la compatibilidad de sus mercados: los pobres, como clientes y como votantes. “Es difícil encontrar la dimensión social de un negocio que aprovecha los agujeros de la bancarización y la informalidad de un país con casi la mitad de su población viviendo bajo el umbral de la pobreza para ofrecer créditos personales muchas veces por encima del 50%”. En esa lógica se explica que el Presidente cuide su relación con Grupo Salinas, pero en esta ocasión el empresario aprovechó para atacar directamente al Subsecretario de salud.

Aunque Hugo López-Gatell ha pedido en reiteradas ocasiones a la prensa que no se politice su actuación y que no lo incumban en conflictos de carácter político, la realidad es que su papel preponderante, dispuesto por el Presidente en la coordinación y comunicación de las medidas gubernamentales para contener la crisis sanitaria, hacen que su función pública como Subsecretario de Salud tenga incidencias en la correlación de fuerzas políticas. Tan es así que gobernadores de los estados como Jalisco y Baja California lo han acusado de ser omiso, mentiroso e irresponsable, buscando una reacción que los ponga en la palestra de la opinión pública nacional. En el primer caso, buscando posicionarse como el liderazgo de oposición más fuerte, y en el segundo caso por razones de incongruencia en los datos sobre casos confirmados y defunciones por covid-19, lo que utilizó Salinas Pliego a través de Javier Alatorre como pretexto para pronunciarse contra las medidas de salud del gobierno federal.

Una vez que México reconociera la fase 1 en la escala de contagios, se inició la vigilancia de los casos confirmados y defunciones a través del método centinela, que consiste en recoger información de 475 unidades monitoras de enfermedad respiratoria, de entre las más de 26 mil unidades de salud en el país, como una especie de muestra representativa para calcular el estimado total de personas

contagiadas en el país. El Dr. Lopez-Gatell presentó dicho modelo públicamente en conferencia de prensa de fecha 8 de abril en el que, de forma clara y precisa, explicó las implicaciones metodológicas de este modelo, argumentando a favor de los datos arrojados, entre las que podemos destacar que estos son fenómenos inconmensurables (que no se pueden medir con exactitud), señalando que “es un error metodológico supone que lo que se ve (en la estadística) existe y al revés, que lo que no se ve, no existe”. Es decir, hay un reconocimiento de las limitaciones que tienen las autoridades sanitarias para dar la información con exactitud.

Así lo reconoció López-Gatell en sus entrevistas con el periódico estadounidense Wall Strett Journal, el periódico español El País, entre otros medios de comunicación del extranjero, explicando que los datos publicados son estimaciones con rangos o margen de error (comunes en cualquier modelo estadístico) que nos permiten aproximarnos con la mayor precisión posible a la realidad, pero que no son datos absolutos. Aunado a lo anterior debemos señalar que el método centinela actualiza sus datos semanalmente, por lo que puede contrastar con los datos procesados diariamente por los gobiernos estatales. La cuestión de fondo es la falta de coordinación de las autoridades federales y estatales respecto de la actualización de datos, así como las limitaciones de la metodología para anunciar y prospectar escenarios epidemiológicos, no sobre la falsedad de declaraciones o la omisión a la verdad, lo cual sería malicioso y sancionable por la ley. No obstante dichas limitaciones, el papel del Subsecretario de salud ha sido valioso y mayoritariamente positivo, con las reservas que tiene la capacidad de respuesta gubernamental ante una crisis sanitaria internacional, con repercusiones en lo social y económico que tendrán efectos políticos a posteriori.

Por otro lado, dejando de lado el calor del debate en la opinión pública, el contexto en el que se expresaron las palabras de Alatorre fueron en torno a los datos, no a las medidas de salud. La nota aludida en el noticiario fue sobre la disparidad de las cifras entre los gobiernos estatales (que en ese caso fue Baja California) y las cifras reiteradas por el subsecretario, por lo que el argumento fue dejar de tomar a López-Gatell como fuente confiable respecto de las cifras presentadas al público. Sin embargo la formulación de la oración por Alatorre fue tan abierta que la interpretación de primera mano (descontextualizada por decir lo menos) es dejar de tomar en cuenta las medidas difundidas por la Secretaría de Salud, razón por la que la Secretaría de Gobernación decidió emitir un apercibimiento a Tv Azteca.

No obstante, mediante el “Mensaje Sabatino al pueblo de México”, emitido a través de la plataforma Youtube, el Presidente López Obrador aprovechó para invitar a que se continúen atendiendo las indicaciones de los expertos en la materia hablando del Dr. López-Gatell y su equipo, continuando: “…por eso creo que se equivocó mi amigo Javier Alatorre anoche, que llamó a no hacerle caso a el Doctor Hugo López-Gatell; creo que fue una actitud no bien pensada, porque Javier es una persona buena, creo que cometió un error como cometemos errores todos y además hizo uso de su libertad. No debe haber de ninguna manera linchamiento político por alguien que no comparta nuestro punto de vista, inclusive que pueda decir algo, en estos tiempos difíciles, que afecte a la colectividad…” “…pero sí aclarar que no está bien llamar a no hacerle caso a el Doctor López-Gattel, él es una autoridad…”.

Apelar a la amistad con Javier Alatorre y buscar que no halla linchamiento mediático fue una decisión prudente del Presidente para evitar el aumento del conflicto entre Grupo Salinas y el Gobierno Federal. No se pueden poner en juego las concesiones y licitaciones que otorgó el gobierno de López Obrador a Salinas Pliego, así como los intereses que guardan en común (económicos y políticos), por lo que se buscó atenuar la tensión, primero en los medios y seguramente se hará en lo económico. Lo anterior pese a la actitud irresponsable de la televisora y la presión de la opinión pública para sancionar a Tv Azteca.

Por otra parte, la Secretaría de Gobernación hizo público un oficio de “Apercibimiento público a Televisión Azteca”, en el que se le conmina a la televisora a cumplir con las disposiciones que el Consejo de Salubridad General ha emitido como autoridad en el marco de la emergencia sanitaria por covid-19. “De conformidad con la Constitución y la legislación aplicable, se le APERCIBE a manifestar públicamente su respeto a las disposiciones sanitarias contenidas en la Declaratoria de Emergencia Sanitaria, sumándose al frente común convocado por la Secretaría de Salud”, manifestó el documento. La naturaleza del apercibimiento es la de una llamada de atención, previa a iniciar sanciones o procedimientos de naturaleza administrativa, como también lo señaló el documento público. Esto es así porque la Secretaría de Gobernación es la encargada de vigilar el cumplimiento de la Ley Federal de Radio y Televisión conforme a las facultades que le otorga la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.

Durante la conferencia de prensa de esta mañana en Palacio Nacional, López Obrador señaló que su recomendación a la Segob es no sancionar a Tv Azteca, señalando que aunque se trate de un exceso o una irresponsabilidad, debe de estar por encima el derecho a la libertad de expresión, suavizando el conflicto mediático. Así se demostró también en el caso de dos medios locales del estado de Chihuahua que publicaron información falsa (El Diario de Juárez y El Diario de Chihuahua) difundiendo una fotografía de cuerpos envueltos en bolsas de basura, supuestamente fallecidos a causa del covid-19. Aunque hubo apercibimientos por la Segob y se analizaba iniciar los procedimientos administrativos sancionadores correspondientes, el Presidente anunció el desistimiento de la medida sancionadora, apelando a la solidaridad de los medios ante la crisis sanitaria para informar con veracidad.

La decisión de no proceder contra la televisora y contra los medios locales ante la difusión de información falsa e irresponsable es sensata, puesto que en medio de una crisis sanitaria y económica no se podría tolerar el desgaste que implica una lucha entre el gobierno y los medios de comunicación, más aún cuando el grupo financiero involucrado forma un poderoso bloque económico que guarda intereses y clientelas comunes con el Presidente. Sin embargo, el terreno en donde el debate pudiera expandirse es sobre la metodología y el procesamiento de datos que difunde oficialmente el gobierno, puesto que aún hay incongruencias e inexactitudes que pudieran limarse si la 4T fuera proclive a la gobernanza o incorporación de la sociedad civil en el proceso de la toma de decisiones públicas bajo el paradigma del gobierno abierto.

* Consejero Universitario de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAEM. Auxiliar jurídico en el Corporativo Jurídico Paredes. Secretario de Asuntos Políticos del Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública Sección Morelos. Representante del CEA de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas en Morelos.