Por Oswald Alonso
CUERNAVACA, Mor., 5 de Noviembre.- Los feligreses se reunieron en la catedral de la diócesis de Cuernavaca para orar y exigir a quienes mantengan cautivos a los normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos desde el 26 de septiembre en Iguala, a regresarlos con vida, inmediatamente.
A la misa acudieron familiares y amigos de José Luis Luna Torres, normalista morelense que se encuentra entre los desaparecidos de la normal rural “Raul Isidro Burgos”. Previo a la misa, se reunieron los familiares en privado con el obispo Ramón Castro Castro.
Le expresaron su indignación porque acusaron que si José Luis Luna Torres fuera hijo de un senador o político reconocido, seguramente ya habría sido localizado por el gobierno federal, pero como se trata de un joven de campo, no le importa al gobierno.
También dijeron que los sueños de los 43 normalistas quedaron truncados y que tuvieron que morir 6 personas, entre ellos algunos normalistas, y desaparecer los estudiantes de Ayotzinapa para encontrar fosas clandestinas. “Eso no es justicia”, dijeron al obispo.
Ya en la misa activistas sociales colocaron una manta con el rostro de los jóvenes desaparecidos, además de cartulinas con mensajes: “Dios mueve el corazón de quien los tiene y los devuelvan vivos”, decía un mensaje.
Además colocaron bordados con otros mensajes: “Una persona fue desmembrada y sus restos fueron dejados a una cuadra del palacio municipal de Jiutepec”, decía.
En su mensaje a los creyentes, el obispo acusó que los hombres que están en el poder manipulan la verdad a su beneficio por ello pidió que en la lucha por la paz los católicos se coloquen al lado de las víctimas porque el sistema social y político esta diseñado para la ventaja de unos pocos.
“Donde lo político viene reservado para unos cuantos allí hay una situación de pecado, por lo tanto existe un rechazo a la paz”, expresó el obispo, quien además dijo que si en México no hay verdad, no habrá paz ni justicia
Con este panorama pidió “no echar al saco roto” lo que pasa en el país y en Morelos, por lo tanto sugirió leer los signos de los tiempos para ser activos participantes de una nueva sociedad; «no se resignen, nunca”, dijo.
Antes de concluir, todos oraron: “Dios…mira nuestra patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad. Consuela el dolor de quienes sufren. Da acierto a a las decisiones de quienes nos gobiernan. Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte”.
Al término de la misa se volvió a reunir con los familiares y amigos del morelense desaparecido, quienes a pesar de no ser católicos aceptaron estar en la catedral. Hicieron una breve oración, les dio su bendición y se tomó fotografías con ellos.