Por Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 16 de noviembre.- El secretario de Gobierno, Matías Quiroz Medina, pidió a los diversos cultos religiosos ser el eje de la tolerancia en cuanto al tema del matrimonio igualitario y el aborto, en el marco del Día Internacional de la Tolerancia Religiosa.

El responsable de la política interna del estado expuso que la democracia lleva a la apertura de nuevos criterios y formas de ver la vida pública para construir nuevos escenarios en la sociedad, “escenarios que en muchas ocasiones confrontan la fe, la ciencia y al Estado, como sucedió en los recientes meses cuando fue aprobado el tema de los matrimonios igualitarios en Morelos”, subrayó.

Ello, abundó, significo una oportunidad para la tolerancia, que es un factor primordial de desarrollo del ser humano; sin tolerancia nos hubiéramos topado con situaciones críticas como la que enfrenta la Unión Americana, donde como consecuencia de la decisión democrática hoy surgen actos de racismo que violentan la tranquilidad y que fracturan de manera violenta una sociedad.

El discurso del secretario de Gobierno causó un silencio entre los presentes, ya que en la víspera de la aprobación del matrimonio igualitario, diversos cultos realizaron manifestaciones multitudinarias en contra por considerarlo antinatura.

Pero no fue el único tema álgido que Matías Quiroz abordó. Previo a su discurso inaugural, fue presentada una plática sobre el tema del derecho a la vida en la que la ponente, una mujer médico, aseguró que quienes han sufrido o practicado un aborto “presentan cuadros psicóticos,   de depresión y de un estrés severo por el rompimiento violento que causa la pérdida de ese ser. El 98% de esas mujeres, asegura la ciencia –dijo-, sufren o están a punto de sufrir una enfermedad mental”.

La respuesta del funcionario fue contundente. “Déjenme compartirles una experiencia. Cuando fui legislador este tema me confrontó como hombre de fe, de ciencia y como padre de familia porque en ese momento debí asumir una postura de partido de izquierda, establecer un posicionamiento como tal y no personal, y entendí que hay  problemas de estado que deben visibilizarse, máxime  cuando se convierten en problemas graves de salud”, y de nueva cuenta el auditorio guardó silencio.

Matías Quiroz cerró su participación con un llamado a las distintas manifestaciones religiosas a las que comprometió, al menos en el discurso, a jugar un papel imprescindible en la generación de la tolerancia y en el fortalecimiento del núcleo familiar, “en el contexto de la situación del país, la violencia social tiene que ver de manera directa con la integración del ser humano desde la familia”.

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