Por Antonella Ladino

Cuernavaca, Mor., 4 de febrero.- Familiares de Gustavo Salgado y activistas plantaron un árbol en el zócalo, a un año de su asesinato, como recordatorio de que el crimen sigue impune y no se ha hecho justicia.

Durante la misa por el primer aniversario luctuoso del activista, el padre Ángel Sánchez hizo un llamado a las autoridades para que éste y otros crímenes no se olviden. El oficio religioso se celebró frente a la Ofrenda de las Víctimas, ubicada en las puertas del palacio de gobierno. En el lugar se concentraron familiares y amigos del activista, quienes recordaron a Gustavo como un hombre con sueños y metas por cumplir.

En su homilía, el sacerdote de la iglesia de San Miguel Acapantzingo, instó a la Fiscalía a que procedan las líneas de investigación para que los responsables del crimen del líder estatal del Frente Popular revolucionario no quede en el olvido.

“Fue un hombre que siempre luchó para el bien de los demás,  apoyó a los campesinos y a todos los que no tenían”, recordó Susana Díaz, integrante del Centro de Derechos Humanos “Digna Ochoa”.

Entre lágrimas, familiares y amigos exigieron justicia para el activista bajo la consigna de “Gustavo vive, la lucha sigue”, “Gustavo no murió, el gobierno lo mató”.

Al término de la ceremonia, los ahí reunidos plantaron un árbol primavera de flor rosa en una de las jardineras del zócalo, ubicada detrás del “Árbol de la Memoria”, obra del artista Hugo Ortiz. Al carecer de las herramientas para hacer el hoyo, lo cavaron con las manos.

“Estos árboles suelen ser muy altos como los sueños que tenía el activista”, expresó  Susana Díaz, quien comentó que los integrantes de la asociación y familiares harán una colecta para colocar una placa alusiva.

Gustavo  Salgado Delgado, era líder estatal del Frente Popular Revolucionario y presuntamente fue asesinado –mutilado de manos y cabeza-, por ayudar a desplazados de Guerrero y Oaxaca en la comunidad el Chivatero, municipio de Ayala, el 3 de febrero de 2015.