Por Antonella Ladino
Cuernavaca, Mor., 9 de junio.- Frases como “no puedes, eres un inútil, no sirves para nada”, reciben diariamente personas con discapacidad, y más del 85 por ciento sufren algún tipo de discriminación, además de que solo entre tres y cuatro empresas las incluyen en el ámbito laboral.
Carlos Enrique De Saro Puebla, es un hombre con síndrome de down y director general de la empresa grupo Systemsol, la cual ofrece capacitación a empresas así como a los sectores para dar inclusión laboral a personas con discapacidad.
Desde muy temprano acude a su lugar de trabajo en las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) Morelos, donde recibe a personas en busca de apoyo y orientación para ingresar en un puesto de trabajo, ya que por su condición no son aceptados.
En las empresas morelenses hace falta esta inclusión como se practica en la Ciudad de México donde constantemente hay reclutamiento de personal con discapacidad, aseguró Enrique De Saro. En los últimos años, dijo, solo ocho personas obtuvieron un trabajo pero en empresas privadas porque en instituciones públicas, como los Ayuntamientos, argumentan que no hay un lugar donde se puedan desarrollar laboralmente.
De Saro Puebla se convirtió en un empresario morelense desde hace nueve años y a través de su conocimiento adquirido mediante la web y la lectura, mantiene la convicción de hacer valer los derechos y las obligaciones de las personas con algún tipo de discapacidad.
Lamentó que las empresas no ven esa capacidad “de hacer las cosas, de sentarse frente a una computadora y aprender las herramientas y desempeñarnos en la vida social, convivir con esa misma gente que muchas veces discrimina», expuso.
Por eso las personas buscan un lugar de capacitación porque las empresas les niegan un trabajo. Entonces acuden a grupo System quien hace convenios con las empresas para que estas personas sean incluidas en áreas administrativas, como archivadores, sacar copias, recibir y hacer oficios.
Grupo System ofrece las herramientas y proporciona información necesaria para que una vez que los participantes concluyan su aprendizaje de computación se sientan seguros de ellos mismos y empiecen su vida laboral. El único requisito son las ganas de aprender y de hacer la diferencia, expresó.
«En la web encontré que hay mucha información, misma que estoy explotando para que se dé a conocer y que las empresas y la sociedad estén enteradas de que las personas con discapacidad somos seres humanos comunes y corrientes y que podemos desempeñar el mismo trabajo que los demás», comentó.