Por Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 12 de diciembre.- Los hermanos Hernández Solano viajaban a bordo de un automotor la madrugada del 6 de diciembre. A la altura del Tecnológico de Zacatepec, sobre la vialidad Tejalpa-Jojutla de la colonia Plan de Ayala del municipio cañero, fueron detenidos por elementos policiacos quienes les marcaron un alto para realizarles una revisión “de rutina”.

Los tres hermanos y Hugo, el hijo de uno de ellos, accedieron a ésta. Al no encontrarles nada sospechoso les indicaron que podían seguir su camino pero los hombres se dieron cuenta que fueron despojados de sus teléfonos celulares por lo que reclamaron a los oficiales.

Estos negaron el atraco y emprendieron la marcha, unos metros adelante, la unidad oficial dobló en una esquina, los miembros de la familia Hernández Sotelo viraron tras de ellos.

Lo que ocurrió en ese callejón es incierto pero los hermanos Omar y Ramón resultaron muertos a balazos presuntamente por el oficial Edmundo “N” de 44 años. El tercer hermano, Raymundo,  fue sometido, golpeado y baleado por el oficial Gerardo “N” de 42 años cuando intentó detener al otro oficial que asesinó a sus consanguíneos. Hugo resultó ileso.

La Fiscalía General del Estado publicó sobre la detención y formulación imputación de ambos elementos policiacos, acusados por el delito de homicidio calificado en agravio de Omar y Ramón, y por lesiones calificadas contra Raymundo quien permanece hospitalizado.

Los deudos de los hermanos Hernández Sotelo exigieron en rueda de prensa que el caso se lleve con estricto apego a derecho.

“Mi mamá está discapacitada, mis hermanos son menores de edad y yo me quedé como responsable de sacar adelante a mi familia por el asesinato de mi papá”, dijo con voz entrecortada Esther, hija de Omar.

Su tía Vianey y su prima Daniela, esposa e hija respectivamente de su tío Ramón, apenas pudieron articular palabras durante su encuentro con la prensa. “¿De quién tenemos que defendernos? ¿De los delincuentes o de la policía? ¿De dónde sacó un medio que nuestros familiares eran narcotraficantes? ¿Qué pruebas tiene de ello? Mi esposo y uno de sus hermanos eran carniceros, llevamos 20 años de vivir en Xochitepec y ahí está nuestro local, mi otro cuñado transportaba agua…”, detalló.

Esther dijo que los sobrevivientes no han querido dar detalles del ataque, hasta que se realice la audiencia de vinculación a proceso de los dos agentes policiacos adscritos al Mando Único de Zacatepec, la cual se llevará a cabo mañana en el municipio de Jojutla.

De acuerdo a uno de los abogados de la familia, Juan Carlos Catarino, hay un video en el que se muestra la patrulla cuando entra al callejón seguida del automotor de los hermanos Hernández Sotelo, sin revelar más.

Este ataque perpetrado por los policías se suma a dos detenciones ilegales realizadas por elementos policiacos adscritos a Temixco en el que presuntamente detuvieron a dos sujetos (en hechos separados) en posesión de marihuana y de un arma de fuego.

Los señalados y familiares denunciaron, en testimonios idénticos, la irrupción violenta de sujetos encapuchados, armados, vestidos de negro, en sus domicilios, el amago hacia sus hijos con armas de fuego, que a ambos sujetos los sacaron de sus domicilios ubicados en los límites de Cuernavaca y Temixco esposas, semidesnudos y además sacaron de las casas sus vehículos.

Un video de seguridad de un domicilio registrado a las 3:43 horas del día señalado muestra el paso de ambas camionetas escoltadas por dos camionetas blancas usadas en operativos especiales.

Ambos sujetos “aparecieron” en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado acusados de delitos contra la salud y portación ilegal de un arma, sin que los elementos se hayan identificado en sus domicilios o mostrado orden de cateo o de detención.  Además, la detención en ambos casos fue firmada por oficiales a borde de la unidad 00256 a las 7:23 y 8:06 horas del 30 de noviembre.

El tercer caso es el relacionado al multihomicidio de la colonia Rubén Jaramillo, donde cuatro mujeres adultas, una bebé y un adolescente fueron asesinados a balazos en un presunto fuego cruzado, sin esclarecer, entre los integrantes de su familia y agentes de un grupo táctico al interior de su propio domicilio, ocurrido también la madrugada del 30 de noviembre.