Por Oswald Alonso

En el colectivo circulan dos ideas sobre el gobernador Graco Ramírez: que construyó un nuevo estadio de futbol en Zacatepec para beneficiarse a sí mismo, pues es socio o dueño del club deportivo Zacatepec, que en realidad es Cruz Azul Hidalgo.

Y que, el embellecimiento de la calle Ricardo Linares, en el centro de la capital morelense, que costará más de 11 millones de pesos, es producto de su ambición por crearle mejores condiciones al restaurante exclusivo Las Mañanitas, al que hace ya muchos meses lo rescató de la quiebra al prestar –gobierno-, unos millones de pesos. Quizá este hecho fue lo que detonó la versión viral en el pueblo.

Ahora, ¿qué tan cierto es lo que se escucha en todos los niveles de la población? ¿De dónde surgen estas versiones?

Lo cierto es que tan fuertes son los dichos que el mismo mandatario salió a parar la noticia popular. Dijo que nada más le andan buscando “chichis a las culebras” que se trata de una “pinche mentira” y que son los taxistas los que han expandido la infamia.

En su defensa dejó ver que no se ha enriquecido, lo que puede comprobarse con su declaración patrimonial dónde aparece desde hace 30 años la misma “casa y la misma esposa”.

Los dos temas anteriores son importantes de reflexionar pues hasta ahora no hay pruebas legales que acrediten que efectivamente Graco es de los empresarios que invirtieron su dinero en el equipo, que por cierto, es un desastre al no avanzar en la tabla de descenso.

Tampoco existen, por lo menos hasta el momento, documentales que confirmen que el gobernador adquirió uno de los restaurantes más lujosos de Morelos. Nadie lo ha probado.

Lo que sí está probado es qué en el caso del estadio Agustín “Cocuro” Díaz se utilizaron por lo menos 500 millones de pesos que habían impactado en el presupuesto estatal. Lo que nos lleva a debatir: ¿Qué impacto social tuvo la construcción del estadio? ¿Verdaderamente habrá una explosión económica en la zona? ¿Recibiremos los morelenses algún beneficio más que sólo un equipo y los conciertos que ahí se pretenden organizar?

500 millones no es poco dinero, por eso la importancia del tema, pues, no es suficiente en el debate público quedarnos sólo con el argumento de que con un estadio ya tenemos un equipo de futbol que probado es, ha sido un fracaso como negocio para los inversionistas.

También tenemos que agregar otros elementos al análisis como por ejemplo, si será más el beneficio de la inversión, ya que la pretensión de hacerlo también un centro de espectáculos no suena mal pero ¿habrá planeación, prospección o un plan de negocios para el “Coruco”?

El otro elemento es, no quedarnos con el argumento de que “cumplí” la promesa de un nuevo estadio. En sentido estricto, un gobernante debe probar la efectividad de sus acciones y políticas públicas, con sistemas de auditoría que prueben el impacto social; de lo contrario las inversiones son inútiles.