Por Moisés Sánchez

El Área Natural Protegida de “El Texcal” alberga en su interior un balneario pero la ciudadanía ya no acude como antes. Su entrada está descuidada: la pintura se está cayendo, el óxido manchó paredes y sus estructuras parecen no aguantar más.

Se fundó a finales de 1980 y en este 2017 volvió a nacer. Permaneció cerca de 12 años cerrado, ahora las personas comienzan a ir de nuevo, recibe entre 50 y 60 visitantes cada fin de semana, lo cual no es suficiente para mantenerse por sí solo.

No sólo el balneario fue olvidado también la zona que lo alberga. Por muchos años la gente la ocupó, contaminó el entorno y el agua que ahí nace, hasta que los comuneros de Tejalpa y las autoridades estatales los desalojaron, hace tres años.

“El Texcal” está siendo saneado y para ello la Secretaría de Desarrollo Sustentable y los comuneros desarrollaron proyectos para preservar la naturaleza y fomentar el ecoturismo. Además pretenden limpiar la Laguna de Hueyapan, que da de beber a más de 40 mil familias de varios poblados de Jiutepec.

Genaro Exiquios, comunero de la región, recorre a paso lento los senderos que llevan a la laguna, a sus 74 años no puede ir más rápido. Una vez ahí, mira el nacimiento de agua, se acerca y con cuidado de agacha con el propósito de beber.

“En nuestras prioridades está remediar la zona, también aprovechar el balneario, la infraestructura ya está y debe servir de algo, pero es muy difícil sacarlo adelante, necesitamos un capital enorme y la comunidad no tiene el dinero, se trabaja con lo que hay y en la medida de lo posible”, acusó.

Genaro afirma que los comuneros no esperan ganar dinero, sino que sólo quieren proteger el agua y los animales que coexisten en el área, “nos satisface y es un privilegio que vivamos cerca de ‘El Texcal’, es un espacio que nos brinda muchos beneficios y por eso debemos cuidarlo”.

En la actualidad “El Texcal” parece reverdecer, su laguna está siendo remediada y cuenta con una ciclovía de nueve kilómetros para el ciclismo de aventura, las partes arboladas que fueron arrasadas serán reforestadas.

“El Texcal” cuenta con un territorio de 250 hectáreas, de la cuales 40 están en tratamiento a fin de que se pueda realizar ecoturismo y se conserve el nacimiento de agua que ahí existe. Genaro sonríe y comenta que su felicidad la comparten sus compañeros: esperan que la situación no haga otra cosa más que mejorar.