Por Justino Miranda

Cuernavaca, Mor., 13 de mayo.- “Artemio” llegó a su casa en la cabecera municipal de Jonacatepec, oriente del estado, pasada la media noche del lunes. Llevaba consigo tres litros de aguardiente. “Estuve con los compadres, tu sabes”, le dijo a su esposa a manera de justificación.

¿Pero dónde compraste eso?, inquirió su cónyuge quien de reojo revisó las botellas, lisas, sin marca ni sellos.

“Fuimos donde ‘Bético’, ahí lo compramos”, respondió Artemio -nombre ficticio a petición de las autoridades- mientras se llevaba a la boca el alcohol, una especie aguardiente de olor muy fuerte, según contó la esposa a las autoridades municipales.

Tres horas después de beber el último trago el jefe de familia registró fuertes dolores de abdomen, luego vomitó en exceso y enseguida gritó por ayuda porque comenzaba a perder la vista. Su familia intentó auxiliarlo pero murió la mañana del lunes.

Al paso de las horas el teléfono móvil del edil de Jonacatepec, Israel Andrade Zavala, sonaba insistentemente con datos de hombres muertos por la ingesta de alcohol presuntamente adulterado, pero también recibía informes de los municipios de Axochiapan y Tepalcingo, todos situados en la zona oriente del estado y los dos últimos colindantes con el estado de Puebla.

Hasta el martes el alcalde de Jonacatepec contó 11 víctimas en su municipio y las autoridades de Axochiapan le enviaron un reporte con 16 fallecidos en la comunidad indígena de Telixtac, y por la noche trascendió el deceso de una mujer y un masculino en el municipio de Tepalcingo. En total se contaban 29 muertos.

Pero la Secretaría de Salud difirió de las cifras aportada por las autoridades municipales y contó un total de 18 defunciones, aunque mencionó que había otros seis pacientes en condiciones clínicas graves.

El asunto, dijo en su oportunidad el edil Israel Andrade, es que hay pacientes que se fueron a clínicas privadas y otros murieron en sus hogares, pero la confusión sobre el número de muertos creció asimismo porque el municipio de Axochiapan bloqueó toda información.

Hasta ahora se desconoce oficialmente el número de cuerpos sepultados en el panteón de la comunidad indígena de Telixtac, perteneciente a Axochiapan, porque el pueblo hizo valer su condición de régimen por usos y costumbres e impidió el traslado de los cadáveres al Servicio Médico Forense.

Buscan al proveedor

Las últimas palabras de “Artemio” sobre la persona que le vendió el alcohol fue rescatado por la Dirección de Licencias municipal y con el apoyo de la Fiscalía Regional Oriente comenzaron las investigaciones para localizar al proveedor o los proveedores.

Primero encontraron la “tienda” del ‘Bético’, una casa de dos pisos con venta clandestina en la calle “Jiménez Villagrán” del centro de Jonacatepec, pero el tendero ya se había dado a la fuga así como otros dos vendedores del aguardiente en la cabecera municipal.

El hermano del ‘Bético’ deslindó a su hermano de la producción del aguardiente, sólo lo vende, dijo, pero huyó porque tuvo miedo.

Temeroso de cualquier acción legal contra su familia, el hermano del ‘Bético’ sacó un recibo de compra del aguardiente donde figura una empresa del estado de Puebla, y como posible proveedor aparece el nombre de Francisco Armando “N”.

Más tarde la Policía de Investigación Criminal cateó una casa en el Barrio San Francisco, de Jonacatepec, donde aseguraron garrafas de plástico con capacidad de 19 litros, tres botellas plásticas, una jarra, un embudo plástico y diversas notas de venta.

Po su parte personal de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Mroelos (Coprisem), detectó en la comunidad de Telixtac una casa con venta de alcohol de dudosa procedencia y decomisó 86 litros de bebida alcohólica que no presenta etiquetado ni alguna identificación sobre su origen.

El producto asegurado quedó bajo resguardo de la autoridad sanitaria estatal a efecto de que el Laboratorio Estatal de Salud Pública analice algunas muestras y determine  presencia de metanol y porcentaje de alcohol en volúmen.

Puebla, posible origen

Con lo datos que obtuvo la Fiscalía Regional Oriente surgió la hipótesis de que el alcohol fue introducido a Morelos por un proveedor del estado de Puebla, cuyo estado reportó la muerte de 17 personas por la ingesta de alcohol (refino) presuntamente adulterado, casi en los mismos tiempos que las víctimas de Morelos.

Mientras tanto en la comunidad indígena de Telixtac, donde se reportó el mayor número de decesos, los deudos de las víctimas sepultaron a sus familiares sin velorios.

“Hubieran venido en la mañana, enterraron como a 10 de un jalón; hay otro para la seis de la tarde”, dijo un hombre montado en una motocicleta que vigilaba la llegada de personas ajenas a la comunidad.

Hacia la tarde una columna de hombres y mujeres caminó hacia el panteón con una cruz de madera. Con ellos iba un mariachi que cantaba justamente la canción Cruz de madera”. Los reporteros tomaron fotos y videos pero enseguida fueron reconvenidos por los deudos.

Una mujer de piel morena, quemada por el sol, protegida por su rebozo, se dirigió molesta. “No vayan a decir que murió por coronavirus, fue muerte natural, fue el alcohol adulterado”, exigió.