Por Atracción 360

Conducir es estresante. Hasta la persona más estable logra perder la paciencia en cualquiera de los medios en los que nos transportamos.

Vivimos a un ritmo en el que todos queremos llegar primero, y no nos importan los demás.

Sin embargo, hay personas que no solo sufren estrés que es hasta cierto punto, muy común; también existe la amaxofobia.

De acuerdo con algunos datos, cerca del 30 por ciento de las personas que conducen a nivel mundial, sufren amaxofobia.

Pero, ¿qué es? ¿por qué surge? o más importante, ¿cómo sé si tengo? ¿cómo se controla?

Vamos por partes; es necesario establecer la definición. Se trata de una fobia de carácter situacional antes y durante la conducción de un vehículo. Este miedo, puede trasladarse a otros niveles, de acuerdo con el País.

Este miedo generalizado, produce que quien la padezca, sufra ataques de ansiedad, taquicardia, temblores, vértigos e incluso histeria y ataques de pánico.

Se convierte en un problema mayor, pues obliga a las personas a no manejar, e incluso no salir de sus casas; las consecuencias van desde sufrir depresión, hasta afectar su vida social y profesional.

Pero, ¿cuáles son las causas?

Como comúnmente ocurre con las fobias, no es tan fácil situar la causa, pues cada caso es particular. Puede darse gracias a un suceso traumático como un accidente, incluso si solo se presencia, pero no es la única razón, en ocasiones puede ser el simple hecho de que no te guste manejar.

Algunos de los factores que hacen a los conductores tener ansiedad, es la cantidad abrumadora de elementos a tomar en cuenta al manejar: control del auto, atención a otros conductores, señales, calles y avenidas, personas y otros actores de la vía.

Aunque resulta conveniente hacer un ejercicio para saber qué es lo que lo puede causar, el tratamiento puede darse de forma equilibrada y la aproximación a superar el problema es similar en muchos casos.

Teniendo esto en cuenta, prácticamente cualquier conductor es propenso a sufrir amaxofobia; ya sea conductores inexpertos, experimentados o con alguna experiencia traumática.

Un detalle importante, es que aunque los datos sugieren que son mujeres las que marcan una mayoría en este padecimiento, se debe en parte a que los hombres les cuesta trabajo admitirlo. Manejar vehículos sigue siendo una práctica machista y los hombres sufren de ello.

¿Cómo se trata?

Del mismo modo que muchas padecimientos, la amaxofobia no es algo que se ‘cure’. Se puede hablar más bien de un problema superado.

De acuerdo con Ignacio Calvo, psicólogo consultado por El Motor, para poder mejorar, se debe hacer un tratamiento cognitivo-conductual, el cual consiste en los siguientes pasos: pensamientos anticipatorios, técnicas que permiten controlar reacciones fisiológicas y una programación de enfrentamiento gradual.

La primera aborda la capacidad de afrontar problemas SOLO en caso de que se presenten sin necesidad de preocuparse antes, la segunda busca evitar el estrés y la tensión, y la tercera involucra salir a la calle a enfrentar la situación.

Si padeces amaxofobia, recomendamos acudas con un experto para poder enfrentarlo.