Por Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 21 de junio.- Llegó a la sala de juicios orales acompañada de su abogado defensor, el quinto en el proceso que enfrenta. Él, al otro extremo, estaba junto a su abogado, un asesor jurídico y las fiscales que llevarían su caso.

Aquella sala de juicios orales sería testigo de cómo dos personas que antaño se casaron y procrearon dos hijos hoy se los disputan, con una demanda por retención de menores de por medio, una defensa y fiscales deficientes.

La joven madre de los pequeños, una joven de 28 años con nacionalidad española y mexicana, enfrenta una denuncia por retención de los menores interpuesta por su exesposo, un hombre de edad madura que casi le dobla la edad, cuyo gesto adusto siguió todos sus movimientos mientras se llevó a cabo la audiencia de vinculación a proceso.

La pareja contrajo matrimonio pocos años atrás, nació su primer hijo que hoy tiene apenas dos años siete meses. La relación fracasó y en 2016, tras algunos meses separados, él promovió el divorció necesario cuando ella cursaba su segundo embarazo.

Ni el nacimiento de su segunda hija, de apenas año y medio, pudo subsanar la relación desquebrajada.

La custodia fue otorgada en primera instancia a la joven pero en junio del año pasado el padre de los menores promovió un incidente para que él fuera quien tuviera la custodia que fue concedida, la madre sólo podría ver a sus hijos en visitas custodiadas, las cuales fueron modificadas a ser sin supervisión pocos meses después.

El padre solicitó, a finales de enero pasado, que se regresara al esquema supervisado y se le indicó entonces a su exesposa que sólo podría ver a sus hijos los días martes y miércoles así como los fines de semana, sólo por lapsos de cuatro horas cada día.

El 6 de junio pasado, la madre no regresó a los menores con su padre, hecho que quedó constatado por una actuaria. El exesposo la denunció ante la Fiscalía General del Estado y un juez autorizó que se emitiera la Alerta Amber y una Alerta Migratoria para que ninguno de los tres pudiera salir del país.

Los siguientes días se hizo la ampliación de declaración y la Policía de Investigación Criminal se avocó a la localización tanto de la joven como de sus pequeños. La camioneta en que viajaba, marca honda color verde con placas del estado de Guerrero fue localizada dos días después de su desaparición presuntamente abandonada en un domicilio en Cuernavaca de quien se identificó como Edgar Montalvo.

Según los alegatos de la Fiscalía, el sujeto declaró que la joven madre acudió a su domicilio a pedirle dinero para irse de México.

 

Defensa carente de conocimientos: juez

El quinto abogado de la mexico-española, quien desconoce el sistema de Justicia Oral, no llevó una defensa adecuada, lo cual fue expuesto  por la juez Nancy Aguilar. El litigante entregó una documental en un momento inadecuado por lo que juez hizo constar su falta de pericia y manejo técnico del caso y declaró la nulidad, ordenó su relevancia inmediata y asignó un juez defensor de oficio, quien solo tuvo escasos 20 minutos para hablar de forma privada con su representada.

La audiencia reinició con los mismos alegatos expuestos y al final de la presentación del caso una de las fiscales acusó el dolo con el que presuntamente se condujo la joven, ya que a su decir ésta fue advertida sobre las consecuencias de no entregar a sus hijos con su padre en los horarios especificados.

La imputada, quien la mayor parte de la audiencia lloró, se reservó el derecho de declarar y su abogado solicitó una ampliación de 72 horas, las cuales se redujeron a 20, ya que será este viernes que se reanude dicho proceso.

La Fiscalía solicitó como medida cautelar prisión preventiva en contra de la imputada, “una medida excesiva pero necesaria porque puede abandonar el país, por no ser localizada en su domicilio y por poner en peligro a los menores”, fueron los argumentos.

Exhibe juez deficiencias de Fiscalía

La juez hizo notar las deficiencias de la fiscal al recordarle que la medida cautelar solicitada es la más gravosa del sistema penal, con un catálogo de delitos específicos que la sin que la retención de menores esté contemplada.

Hizo alusión de que la imputada puso en peligro a los menores sin ofrecer una sola prueba de ello, observó, además, es improcedente, está prejuzgando que por el solo hecho de tener la doble nacionalidad huirá del país, violenta el principio de presunción de inocencia, sin ningún dato objetivo que acredite la sustracción, además, la imputada dio un domicilio y un número telefónico para su localización, señaló.

Incluso, exhibió que la medida solicitada fue contradictoria ya que su homóloga del juzgado familiar ya había decretado medidas cautelares como la Alerta Amber, que se emite cuando hay menores desaparecidos, así como la alerta migratoria.

También hizo constar que si bien el interés superior del niño debe ponderarse, no es causal para violentar los derechos de la imputada y de nuevo reprendió a la Fiscalía por no fundar ni motivar su solicitud, sólo invocó artículos.

La Fiscalía reformuló la medida cautelar, que fue aceptada, para que la mujer ni los niños no puedan salir del país el tiempo que dure el proceso y deberá acudir a firmar de forma bimestral al juzgado.

El llanto de la joven cesó mientras la juez exhibió las deficiencias de la parte acusatoria al tiempo que dedicó un par de miradas gélidas a su exesposo, quien apenas pudo disimular su enojo ante la negativa de la juez de dictarle prisión preventiva, además de que pidió a una de las custodias del lugar que no le colocara las esposas a la imputada y ésta podía salir en libertad para acudir de nueva cuenta al sitio para la audiencia este viernes.

El hombre, alto y delgado, apenas escuchó que la audiencia, en esta etapa, abía concluido inició en contra de su expareja, mientras.

Ella se arregló el blazer que colocó sólo sobre sus hombros, se soltó el cabello y su espigada figura desapareció en compañía de la mujer de seguridad.

Él, un hombre alto y complexión delgada, se incorporó de inmediato, aventó la pequeña reja de madera que separa al público del lugar asignado tanto para la parte acusada como la acusatoria, salió aprisa con el gesto aún más endurecido, celular en mano y realizó una breve llamada.

Instantes después reingresó a la sala donde sostuvo una discusión acalorada con su abogado y el asesor de su caso.