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Por Justino Miranda/Video: Marco Barberi

JOJUTLA, Mor.- Al pié del palacio municipal todavía se encuentran los escombros que aplastaron a una mujer embarazada. Su muerte fue tan terrible que provocó el infarto y fallecimiento de una trabajadora que salió corriendo del inmueble histórico y vio el cuerpo destrozado por el peso de las rocas.

Otra trabajadora murió también en esa zona, víctima del colapso en los laterales del ayuntamiento de Jojutla, el municipio más golpeado por el sismo del martes 19 de septiembre.

Un video que circula en redes sociales muestra el cuerpo de Mónica Martínez Quiroz tendida al suelo, quien esperaba el nacimiento de su segundo hijo, con seis meses de gestación.

Su precaria condición económica la obligaba a limpiar casas para mantener a su primer hijo de seis años porque estaba recién divorciada. Tenía 30 años de edad y quienes la conocieron la describen como una mujer que sorteó todos los obstáculos que le puso la vida.

Pero la tarde del 19 de septiembre fue presa del sismo de 7.1 de intensidad, con epicentro en Axochiapan, Morelos, y murió en la explanada del zócalo municipal. Con ella falleció su bebé y ambos tenían su domicilio en el municipio sureño de Tlaquiltenango, el más grande de la entidad morelense.

El martes, cuando se conmemoraron los 32 años del sismo de 1985, se realizaron simulacros en todo el país y el sur de Morelos no fue la excepción. Después del mediodía, una vez pasado el trajín oficial, Mónica acudió al ayuntamiento a realizar un trámite. Sus familiares dicen que salió confiada hacia Jojutla para realizar con rapidez el trámite, puesto que la conocían muy bien en el ayuntamiento.

A las 13:14 horas Mónica salió del palacio municipal pero la tierra vibró con tal coraje que colapsó el reloj de la torre municipal. El peso del crónometro arrastró una parte de la fachada principal y los escombros cayeron sobre Mónica que se encontraba justo debajo del reloj, al centro de la fachada del ayuntamiento.

El sismo resquebrajó la vieja estructura del edificio histórico, la echó abajo y cayó sobre la futura madre. El brutal impacto provocó la expulsión del bebé, su pequeño cuerpo fue encontrado a un costado de su madre.

Del palacio municipal salió corriendo la trabajadora municipal Jequelia Cuevas Álvarez y en su trayecto se topó con el cuerpo destrozado de Mónica. La impresión le provocó un infarto fulminante. Sus compañeros de trabajo trataron de reanimarla y pensaron que estaba sólo desmayada. La tomaron de la cabeza pero su cuerpo estaba débil, sin fuerza, y alejaron a las personas que rodearon el cuerpo.

“Atrás, atrás, no le quiten el aire. Hey, hey, no graben eso, no tomen fotografías”, gritaron los hombres que ayudaban a Jequelia pero al mismo tiempo cuidaban que el cuerpo de Mónica no fuera grabado en imágenes de video o fotografía.

En una calle contigua al ayuntamiento, un par de reporteros acudieron al recinto oficial para realizar una entrevista, pero el temblor los tomó por sorpresa en plena vía pública.

Así atestiguaron la destrucción que causó el terremoto pero también el pánico dibujado en los rostros de sus vecinos. Era la hora de la salida de los niños de primaria del turno matutino, la entrada del vespertino; las señoras realizaban sus compras en el mercado local y los trabajadores del corredor comercial de Jojutla se aprestaban a buscar un lugar donde comer.

Cientos de personas estaban en la calle cuando el centro se vino abajo.

Los periodistas vieron los escombros sobre un par de cuerpos femeninos y junto a ellos la bandera que ondeó por los festejos patrios. Dicen que la tomaron y la colocaron cerca de los cuerpos.

En la parte superior del palacio, un regidor trató de ponerse a salvo bajo el marco de una puerta pero al dar un paso el piso se hundió bajo sus pies. Luego dio un salto y llegó hasta una parte firme, enseguida bajó las escaleras a toda prisa hacia el exterior.

Su instinto lo hizo salir a toda prisa y pasó a un costado de su compañera, de Mónica y del nonato sin verlos. Un par de días después supo la historia. Lo primero que pensó fue que su compañera de trabajo murió por los escombros pero el cuerpo no tenía lesiones serias, sólo un leve raspón en la cabeza. El parte médico confirmó la causa: infarto al miocardio.

El movimiento telúrico cobró la vida de 17 personas en Jojutla, causó estragos en las 19 colonias de la ciudad y gran parte del centro debe ser demolido porque unas 300 edificaciones se vinieron abajo y 2 mil viviendas tienen daños serios en su estructura.