Redacción SL

Cuernavaca, Mor.-  Al recibir las llaves como huésped distinguido de Cuernavaca, la embajadora de buena voluntad de la UNESCO, Rigoberta Menchú, manifestó su descontento por las agresiones que diariamente sufren las mujeres y que en algunos casos llegan hasta el feminicidio.  

“Estamos muy entristecidos por lo que pasa con las mujeres, no es un caso; son muchos y cuando revisamos cada uno de ellos todavía nos nace la esperanza de que la ley de feminicidios sea utilizada, aplicada y que los tribunales hagan todo lo posible para la investigación y tipificación de los delitos”, expresó.

Rigoberta Menchú es una líder indígena y activista guatemalteca y hace 30 años recibió el Premio Nobel de la Paz, que se confiere a las personas que han trabajado a favor de la fraternidad entre naciones.

Desde el Museo de la Ciudad de Cuernavaca, donde fue reconocida por el alcalde José Luis Urióstegui Salgado, como huésped distinguido, la activista dijo que 30 años pasaron rápido, pero son tiempos de mucha lucha, de mucho trabajo y de esfuerzo.

“El premio se me dio no en lo personal, sino en la memoria colectiva de los pueblos indígenas, se dio a la resistencia, a esa resiliencia que traían los pueblos indígenas; era un tiempo en que todos queríamos romper un silencio y el silencio de una humanidad diversa y plural, esa humanidad que podía encaminar su futuro en el respeto mutuo, en la complementariedad y la diversidad y en generar los caminos de prosperidad”.

En estos 30 años, explicó, han pasado muchas cosas y por eso rindió homenaje a las lideresas y dirigentes de pueblos que han trabajado arduamente para tratar de participar en la determinación de su destino.

De igual manera homenajeó a los defensores de derechos humanos y afirmó que ha trabajado de la mano con las organizaciones para tipificar los crímenes que ofenden la conciencia humana, como la desaparición forzada y la tortura; estos crímenes que denigran al ser humano.

La ganadora del Premio Nobel de la Paz y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional afirmó que han ejercido presión en algunos espacios para que se tipifiquen los delitos, para la creación de más tribunales y al mismo tiempo se juzguen estos delitos.

De igual manera se pronunció porque las nuevas generaciones tengan conciencia de que ninguna guerra trae cosas bunas.

Sostuvo que las guerras no se pueden justificar por ningún motivo porque traen dolor y sufrimiento y quienes más sufren las condiciones de una guerra son los ciudadanos, la población que no tiene recursos para salir adelante y que no tiene decisión.

“Digamos no a la guerra y hagamos un esfuerzo por recuperar nuestra armonía y nuestra paz”, dijo.