Texto publicado en nexos.com.mx

Para la primavera de 1886, el movimiento en favor de la jornada de ocho horas había crecido. El primero de mayo, la American Federation of Labor (Federación Americana del Trabajo, AFL), ya con cinco años de existencia, llamó a huelgas en todo el país en cualquier lugar en el que se rechazara la jornada de ocho horas….

350 mil trabajadores y 11, 562 centros de trabajo se fueron a la huelga. En Detroit, 11 mil trabajadores marcharon en una manifestación que duró ocho horas. En Nueva York 25 mil formaron una procesión con antorchas a lo largo de Broadway, encabezada por 3 mil 400 integrantes del sindicato de panaderos. En Chicago 40 mil se fueron a la huelga ya que a 45 mil se les redujo la joranda laboral con tal de que no se sumaran. Todos los trenes en Chicago se detuvieron, y la mayor parte de la industria en la ciudad se paralizó…

Un “Comité Ciudadano” de empresarios se reunía diariamente para mapear una estrategia en Chicago. Se convocó a la milicia estatal, la policía estaba lista, y el Chicago Mail, el primero de mayo, pidió que se observara a Albert Parsons y a August Spies -los líderes anarquistas de la Asociación Internacional de Trabajadores. “Manténganlos a la vista. Háganlos responsables de cualquier problema que ocurra. Hagan un ejemplo de ellos si ocurre algún problema”.

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El tres de mayo, una serie de eventos pusieron a Parsons y a Spies exactamente en la posición que el Chicago Mail había sugerido. Ese día, enfrente de McCormick Harverster Works, donde huelguistas y simpatizantes peleaban con rompehuelgas, la policía disparó en contra de una multitud de huelguistas que huían del lugar, hiriendo a muchos de ellos y matando a cuatro…

Se convocó a un mitin en Haymarket Square en la tarde del cuatro de mayo, y se reunieron alrededor de 3 mil personas. Fue un mitin silencioso, el cielo se nubló  y la hora se prolongó, la multitud se reducjo a unos cientos. Un destacamento de 180 policías apareció y avanzó hacia la plataforma del orador, ordenando a la gente que se dispersara. El orador dijo que el mitin estaba por terminar. Una bomba explotó en medio de la policía, hiriendo a sesenta y seis policías, de los cuales siete murieron más tarde. La policía disparo en contra de la multitud, matando a varios e hiriendo a doscientas personas.

Sin evidencia alguna de quién aventó la bomba, la policía arrestó a ocho líderes anarquistas de Chicago….La evidencia contra ellos eran sus ideas, su literatura; ninguno había esta en Haymarket ese día excepto uno que estaba hablando cuando la bomba explotó. Un jurado los declaró culpables y los sentenció a muerte…

Un años después del juicio, cuatro anarquistas sentenciados…fueron colgados.

Sesenta mil personas firmaron una solicitud para el nuevo gobernador de Illinois, John Petere, Altgeld, quien investigó hechos, denunció lo que pasó y perdonó a los últimos tres prisioneros. Año con año, alrededor del país, reuniones conmemorando a los mártires de Haymarket Square se llevaron a cabo…

Tomado de La otra historia de los Estados Unidos escrita por Howard Zinn