Por Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 11 de julio.- El sismo del pasado 19 de septiembre causó estragos en la zona arqueológica de Teopanzolco, en el templo dedicado a Tláloc y Huitzilopochtli. La tierra se deslavó y dejó al descubierto restos de un templo interior que reveló una antigüedad incluso anterior al basamento de Tenayuca, considerado como el más antiguo del país.

Así lo dio a conocer Bárbara Konieczna, del Instituto Nacional de antropología e Historia (INAH) Morelos y responsable del lugar al explicar que para verificar los daños que dejó el sismo en la zona arqueológica se abrieron dos pozos de sondeo, uno al interior del templo de Tlaloc y otro en el pasillo que separa los oratorios.

Con antelación se hizo uso del georradar para medir los niveles de humedad pero que también arrojaron “anomalías” que luego resultaron en los descubrimientos.

La arqueológa Gerogina Bravo detalló que a dos metros por debajo del nivel superior de la pirámide se localizaron los vestigios cuyo patrón arquitectónico es similar al del templo actual, con muros de doble fachada recubiertas de estuco y una banqueta que no es continua.

El hallazgo fue datado en el periodo Posclásico Moderno (1150-1200), que coincide con la llegada de los tlahuicas y xochimilcas al estado de Morelos.

De acuerdo a la arqueóloga Konieczna el descubrimiento cambia la idea que el sitio de Teopanzolco se construyó a semejanza de Tenochtitlán (1325) y de la primera fase del Templo Mayor (1390).

Aquí tenemos una construcción anterior, si la comparamos con Tenayuca que está considerado como el primer basamento con escalinata doble y dobles templos, fechado en el año 1200 de la era moderna, tenemos que primero se construyó este sitio, y no a la inversa como se pensaba, porque la subestrutura visible de Teopanzolco data del año 1350, explicó.

Estos trabajos fueron parte de la consolidación e intervención en una de las más áreas más afectadas, como fue el deslave interno y el colapso del piso entre ambos templos que dejó al descubierto el templo interno en el cual se descubrió una gran cantidad de carbón, sin que pudieran determinar si fueros rastros de algún rito o por siniestro.

Los pozos abiertos deben ser rellenados ya que en caso de dejarse al descubierto podría causar un colapso de toda la estructura por lo que a partir de mañana procederán a dicha labor, que se realizó con fondos federales administrados por el estado, a través de la Secretaría de Turismo.

La cara posterior de la pirámide, justo detrás de los pozos, será intervenida con recursos del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) aproximadamente en un mes, y la apertura del sitio es imprecisa, aunque de manera tentativa el INAH espera que a finales de año pueda ser reabierto al público de manera parcial.