Por Antonella Ladino

Cuernavaca, Mor., 7 de agosto.- Por primera vez en Morelos se realizó una ceremonia del programa “Soldado por un día” que impulsa la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y entre los reconocidos se encuentran dos menores que luchan para combatir la enfermedad que les impide desarrollarse de manera normal.

El general Armando Gómez Mendoza, comandante de la 24ª Zona Militar y autoridades educativas también entregaron reconocimientos a estudiantes que ganaron en olimpiadas de conocimiento.

Guadalupe García padece el síndrome de “Turner”, una afección genética que afecta únicamente a las mujeres provocada por la ausencia de un cromosoma, y Julián sufre convulsiones en la parte derecha de su cuerpo lo cual le impide caminar largos trayectos.

Lupita se dijo orgullosa de ser soldado por un día y aunque padece una enfermedad que le impide el desarrollo de su crecimiento dice que le gustaría ser enfermera militar, porque le atrae operar, además de ser soldado. A Lupita le inyectan hormonas desde los cuatro años de edad para combatir su enfermedad.

Hilda Morales García, su madre, procreó a Lupita a los 43 años y considera que es la causa de la enfermedad de su hija porque los médicos le dijeron que a esa edad existe mayor riesgo de que un bebé muera y en caso de nacer sería con alguna malformación.

En agosto de 2005 Delfina Soto Zarza descubrió que por las noches Julián, du hijo, sufría hasta 12 convulsiones y era tanto el dolor que por la mañana no podía caminar. Lo llevó al hospital del Seguro Social y los médicos diagnosticaron que contrajo la bacteria de un perro la cual afectó la mitad de su cuerpo.

“Estaba dormido y me daban las convulsiones y luego sentía que no podía caminar y me llevaron al hospital, que ya era como mi casa porque ahí me la pasaba todos los días, o mi papá también ahí se la pasaba en el hospital”, contó Julián Nieves Soto.

El último ataque de epilepsia que sufrió fue en abril pasado luego de que le recetaron un medicamento anticonvulsivo “levetiracetam” el cual le ayudó y ahora las convulsiones que tiene son cada vez menores.

“Antes el Seguro era nuestra casa con uno y con otro sino era yo era mi papá, ahorita gracias a Dios ese medicamento me hizo bien y me siento mejor”, dijo.