Por Oswald Alonso
CUERNAVACA, Mor., 14 de julio.- El legislador del Partido Humanista (PH) Jesús Escamilla Casarrubias fue citado en el edificio de Cataluña, sede alterna del Poder Legislativo, la noche del jueves para la sesión del pleno. Le pusieron una condición: no debía llevar a ninguno de sus colaboradores de confianza a la sesión que se desarrollaría en privado, bajo fuertes medidas de seguridad.
Escamilla Casarrubias cuenta que se trató de una sesión de un club de diputados que evitaron testigos por la “canallada” que cometerían.
“No es posible que 24 diputados aprobaran una ley que atenta contra los trabajadores de los tres Poderes. Le dije a mis compañeros diputados ‘es un error desaparecer el Instituto de Crédito para los Trabajadores y hacerlo banco’, pero no me escucharon, me tiraron de loco”, recuerda el legislador.
Sugiere que algo raro pasó antes y durante la sesión que se realizó en la sede alterna del Congreso Local ubicada al norte de la ciudad, porque eran 12 legisladores que se oponían a la iniciativa del diputado Jaime Álvarez Cisneros, cuyo contenido, de acuerdo con los inconformes líderes sindicalizados de los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, aumenta la tasa de interés a los créditos, convierte al Instituto en banco con la posibilidad de entrada de capital de la baca privada y concede atribuciones al gobernador para utilizar sus fondos a discreción.
En ese bloque de 12 diputados opuestos a la modificación de la Ley del Instituto de Crédito para los Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado se encontraban los perredistas Francisco Navarrete, Anacleto Pedraza, Ricardo Calvo; los panistas Alicia Popoca, Carlos Alanís, Alberto Mojica, Víctor Caballero y Manuel Tablas; de Morena Manuel Nava; de Nueva Alianza Francisco Santillán y Edith Beltrán, pero repentinamente cambiaron de opinión.
“No hubo debate, nadie quiso decir nada, la ley que hace banco al Instituto de Crédito fue aprobada al igual que la posibilidad de endeudamiento al Poder Ejecutivo, incluido el de Morena. Le dije al diputado de Morena ‘no la apruebes’, pero participó en la arbitrariedad”, acusa el único legislador del Partido Humanista.
Sospecha que los diputados recibieron un soborno para aprobar también una reforma que posibilitará al Poder Ejecutivo contratar empréstitos a su discreción. “No aprobaron un crédito, aprobaron algo peor, que el gobernador Graco Ramírez contrate los créditos que él quiera”.
Y agrego: “Esa práctica del soborno, usted sabe, no es nueva y se viene utilizando desde siempre, pero no se vale que atentes contra los derechos de miles de trabajadores, eso es corrupción”.
Los legisladores aprobaron el jueves por la noche la ley que modifica el funcionamiento del Instituto de Crédito de los Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado, que cuenta con 21 mil afiliados y un patrimonio de aproximadamente 3 mil 500 millones de pesos.
Una primera versión que se difundió fue que los diputados también aprobaron dos empréstitos a favor del gobierno del estado por un monto de mil 600 millones de pesos. También se difundió que los diputados aprobaron al ayuntamiento de Cuernavaca el cambio de luminarias en la ciudad mediante un esquema de inversión privada. En los tres casos, el Congreso del Estado no ha informado los detalles de los dictámenes aprobados.