Por Antonella Ladino

Cuernavaca, Mor., 1 de junio.- “Después de que la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS) decía que no sabía dónde estaba mi hijo, le digo que aquí está, aquí lo traigo” expresó Fabián Tlalapango padre de Tona.

Tonatiuh Tlalapango Flores, un estudiante de ingeniería de 21 años de edad, salió de su casa la tarde del viernes 7 de octubre para acudir con un grupo de amigos a la inauguración de un bar, pero en el trayecto cambiaron de planes y se dirigieron al Centro de Espectáculos Carranza en el Estado de México. Fue la última vez que lo vieron salir de su casa en la colonia Antonio Barona.

Tres días después su padre Fabián Tlalapango recibió una llamada telefónica de los presuntos secuestradores para pedir 3 millones de pesos como rescate, sin embargo nunca tuvo comunicación con su hijo, y en diciembre pasado los elementos de la UECS detuvieron a tres jóvenes por su presunta autoría en el secuestro por lo que el rescate no se concretó.

A finales de abril sus padres, un ingeniero y una juez del Tribunal Superior de Justicia del estado, fueron avisados sobre la localización de un cuerpo, en una fosa clandestina, y al parecer tenía características similares a las de Tona, por lo que exigieron los exámenes de genética para comprobar que se trataba del cadáver de su hijo.

Fabián Tlalapango y Efigenia Flores, padres de Tonatiuh, están separados desde hace 15 años y cada quien por su lado buscaron que las autoridades estatales aceleraran los estudios de genética aunque fue hasta hace una semana, aproximadamente, que conocieron el resultado y que arrojó positivo.

Fabián participó en movimientos sociales para exigir a la Fiscalía General del Estado (FGE) que aplique todo el peso de la ley contra los tres detenidos en calidad de presuntos responsables, pues hasta la fecha se han negado a declarar y Fabián teme que pudieran quedar en libertad debido a que dos de los tres procesados trabajaban en el Poder Judicial hasta antes de su captura y el tercero, al parecer, era auxiliar de Ministerio Público.

Esta tarde amigos y familiares esperaron por más de dos horas el arribo del cuerpo de Tona. Sus seguidores portaron playeras blancas con la leyenda “buscando a Tona”, también volaron globos blancos en forma de corazón.

El arribo estaba programado para las 17:30 horas pero se retrasó y dos horas después una carroza negra que bajaba a la altura de la Paloma de la Paz al norte de la capital, anunció su llegada y de inmediato los familiares y amigos se incorporaron a la avenida Domingo Diez mientras un grupo de música entonó melodías como “Mi gusto es”  y los presentes siguieron su paso hasta llegar a una funeraria donde será velado su cuerpo.

Durante el trayecto un ambiente desolador inundó el ambiente y la tristeza cobijó el rostro de Edith Flores, madre de Tona, en cambio su padre quien encabezó la marcha se mostró fuerte pero exigió castigo para los responsables de la privación y muerte de Tona.

Fabián Tlalapango señaló que faltan dos mujeres y dos hombres quienes también participaron en el secuestro pero que no han sido detenidos porque son gente de poder y que además reciben la protección de las autoridades estatales.

También acusó que después de que localizó el cuerpo de su hijo, las autoridades han tratado de descalificarlo al acusarlo que se dedica a lavar dinero y que su hijo Tona frecuentaba reuniones con narcotraficantes.

“Después que la UECS me dice ‘no sé dónde está tu hijo’ hago un programa de ¡Buscando a Tona’ y fui a muchos lugares en Guerrero y varios estados, en muchos. Hice una investigación muy grande y ofrecí una recompensa y la gente me fue dando pistas a cambio de la recompensa”, expresó Fabián Tlalapango.

Por eso mandó un mensaje al gobernador Graco Ramírez: “Le diría que Morelos es un área muy crítica, todos dicen que no pasa nada, pero sí pasan. Todos los días me entero de robos, asaltos, de todo, pero no sé por qué no quieren hacer público esto. En el caso de mi hijo muchas veces me dijeron ‘no hagas nada, quédate tranquilo, nosotros lo vamos a resolver’ y no hubo nada, por eso les digo a las autoridades que aquí está mi hijo, decían que no sabían dónde estaba pues aquí está viene conmigo”.

También responsabilizó a las autoridades estatales de cualquier cosa que le pase a él, su familia o trabajadores.

El pasado 11 de enero Tona cumplió 22 años y la fecha sumió en la nostalgia a su padre y colocó un pastel de chocolate, una veladora y una fotografía sobre una mesa dentro de su cuarto, en ese espacio también permanece su cama tendida, sus zapatos y varios sombreros tipo tejano.