Por Antonella Ladino
Cuernavaca, Mor., 12 de enero.- Tona un joven de 21 años salió de su casa en la colonia Antonio Barona, en Cuernavaca, para acudir a un bar con sus amigos que conoció en un gimnasio pero no regresó.
Fue visto por última vez el 7 de octubre de 2016 cuando unas cámaras ubicadas afuera de su domicilio captaron su partida. El 2 de junio regresó en un ataúd para despedirse del lugar donde vivió por varios meses con su padre Fabián Tlalapango Flores.
Ayer cumpliría 23 años de edad y por eso su padre le ofrendó un pastel con su nombre y en su tumba, en el panteón La Paz, al sur de la capital, llevó mariachi para cantar las mañanitas.
Este día Fabián visitó la ofrenda de las víctimas ubicada frente al palacio de gobierno, y desde ese lugar manifestó su indignación a las autoridades porque, dijo, si se hubiera actuado de inmediato y con la pericia requerida, Tona estaría con vida.
Fabián reclamó a las autoridades y señaló que no han agotado todas las líneas de investigación para detener a todos los responsables; indicó que falta mucho trabajo por hacer ‘pero se limitan a decir que tres personas están detenidas’ y de acuerdo a Fabián faltan más detenidos que participaron en los hechos.
“Cada vez que analizo las cosas mi indignación es mayor, mi decepción es mayor tanto de las dependencias investigadoras como dependencias por parte de la impartición de justicia. Hoy lo veo de esta manera y me parece que si hubieran actuado inmediatamente con la pericia requerida había posibilidad de encontrarlo con vida”, expresó.
Su abogado Hebert Gerardo Flores Escobar recordó que existe un recurso de apelación contra el fallo de la juez porque desechó algunas pruebas como teléfonos celulares, objetos que fueron asegurados cuando ejecutaron la orden de aprehensión, sin embargo hasta el momento no hay avances.
La defensa legal presentó 120 pruebas contra los procesados pero la juez oral Gabriel Acosta Ortega sólo admitió 30 elementos de pruebas para desahogar en la etapa siguiente.