Por Leticia Villaseñor

Cuernavaca, Mor., 24 de febrero.- El robo de combustibles en el municipio de Huitzilac y parte de Cuernavaca proliferó en los últimos dos años, lo que derivó en 80 tomas clandestinas registradas en 2017 y al menos una veintena más en el presente año, por lo que el alcalde de Huitzilac Antonio Cruz Mendoza urgió a Petróleos Mexicanos (Pemex) cambiar el trazo del ducto y prohibir el desarrollo habitacional sobre éstos.

El edil admitió que el robo de hidrocarburos es el delito que más se comete en el municipio colindante a la Ciudad de México, sobre el delito de homicidio doloso y del robo a casa habitación, éste último, dijo, a la abaja por la presencia constante de la policía Morelos.

Pero para Cruz Mendoza, las tomas clandestinas y el constante peligro para los ciudadanos no cesará hasta que la petrolera cambie el trazo del ducto, que comprende 17 kilómetros en tierras morelense y que proviene de la capital del país.

También pidió que no se permita el cambio de uso de suelo que permita la construcción de casas-habitación o de negocios a lo largo del  trayecto, tal y como ocurrió en el pasado con el oleoducto que atraviesa los poblados de Tres Marías y la cabecera municipal de Huitzilac, como la parte norte de Cuernavaca en Ocotepec y Ahuatepec, hasta llegar a la colonia Flores Magón y Tulipanes, enclavadas en una zona densamente poblada, entre los límites con el municipio de Jiutepec, donde se ubican la mayor parte de las industrias del estado.

De acuerdo con el coordinador estatal de Protección Civil, Francisco Javier Bermúdez Alarcón, alrededor de 6 mil personas viven sobre los ductos de Pemex, a pesar de que por ley no deben existir construcciones a menos de 50 metros del paso de los ductos.

Consciente del riesgo, el alcalde Cruz Mendoza refirió que será sólo a través de la intervención de la federación y la petrolera que se reduzca el robo de gasolina, la presencia de huachicoleros que, señaló, no han sido reconocidos como vecinos de su municipio, así como el riesgo de explosiones, contaminación de mantos acuíferos, tierras y barrancas así como intoxicaciones por los olores y ases despedidos por el combustible.

En abril del año pasado, la ordeña del combustible ocasionó un incendio en los ductos. Desde una casa situada detrás de los contenedores de Pemex, en la colonia Tulipanes, fue detectada como el sitio desde donde operaban el robo del hidrocarburo.

Más de 500 personas fueron desalojadas del lugar por dos días sin que se registraran personas lesionadas o daños mayores.