*Anoche se desgajó nuevamente el paredón del panteón La Paz y solo hubo daños mínimos.

Por Antonella Ladino
Enrique Gática señala que desde hace más de tres décadas vive en Los Pilares, Cuernavaca, y aunque reconoce que es una zona de riesgo de deslave por el paredón del panteón La Paz, se niega a dejar su patrimonio.

Es padre de familia de dos hijas y afirma que ni por ellas ha pensado abandonar sus casa, pero admite que vive con miedo desde hace dos años cuando su cuñada perdió la vida, tras el desprendimiento de una roca que cayó sobre la casa que rentaba.

Enrique acusa que el Ayuntamiento de Cuernavaca no hace algo para evitar más desprendimientos del paredón y aunque fue notificado para utilizar temporalmente la Ayudantía de Chipitlán, se rehúsa a mudarse porque no quiere compartir casa con otras personas.

Lejos de buscar un refugio temporal ha pedido al Ayuntamiento autorización para derrumbar un poco del paredón y así, asegura, evitarán mayores problemas.

«Todas las noches estamos con miedo. Tal vez sí tenemos la culpa de haber comprado en zona de alto riesgo, pero los ejidatarios tuvieron los permisos para vender en esta zona», señala.

Dijo que por el miedo algunas personas abandonaron su casa en esa zona, pero algunas siguen en renta.