Por Moisés Sánchez
Cuernavaca, Mor., 31 de octubre.– Fue a principios de este año cuando Alma Delia Camacho Vargas, de 61 años, comenzó a ver menos con su ojo derecho, pero no le dio importancia y pasaron cuatro meses y perdió la vista por completo. Padecía de cataratas y no lo supo hasta hace poco. Hoy cumplió 61 años y a manera de regalo, afirma, recuperó la vista.
En abril Alma estaba resignada, las fuerzas la habían abandonado y la depresión se apoderó de ella, tres malos diagnósticos le predijeron un futuro sin solución y la perdida de vista a causa de una malformación en el ojo. Alma dejó de trabajar de costurera y hacer cosas de la vida diaria.
“Dejé de hacer muchas cosas, entre ellas coser. Entré en depresión, fue feo, fue muy fuerte”, cuenta. Fue en mayo que Alma supo que en realidad tenía cataratas, pero la operación para sanarla le costaba 25 mil pesos y debido a que dejó de trabajar y el ingreso de su esposo, Juan Carlos Román, comunicador social, no era el suficiente para costear la intervención quirúrgica.
Hace unos días, una campaña del Instituto Mexicano de Seguro Social de operación gratuita de cataratas pasó por Ocotepec, donde vive Alma; ella preguntó, le dieron informes, pero no tenía esperanza.
“Después asistí, pero no tenía nervios ni miedo, porque no esperaba que fuera cierto. Vine por venir, nada más”, asegura.
Pero gracias a esa campaña organizada por el IMSS, llamada Encuentro quirúrgico en oftalmología, recuperó la vista, al igual que otras 270 personas. En dos días, un grupo de médicos de Morelos practicaron 271 operaciones de retiración de cataratas; de acuerdo con Mikel Arriola Peñaloza, director del IMSS, ese número de intervenciones se suele realizar en seis meses.
“Todavía no lo creemos”, sostiene Carlos, esposo de Alama, quien agrega que lo que siente es inefable, “es una emoción muy grande, no ver y luego volver a hacerlo, quería llorar cuando terminaron de operarme, pero me aguanté, porque dije se va a echar a perder todo”, admite entre risas.
Alma espera integrarse de nueva cuenta a sus labores cotidianas y trabajar de nuevo, sin embargo, sabe que tendrá que buscar una nueva operación, porque su ojo izquierdo también está siendo invadido por las cataratas.