Por Antonella Ladino
CUERNAVACA, Mor., 16 de julio.-Mucho se habla sobre los pueblos mágicos, pero ¿quién ha visitado uno?
Tepoztlán es una localidad al norte del estado de Morelos, un lugar mágico por sus calles empedradas, el mercado y su gente. Por la mañana un recorrido entre piedras y árboles hasta llegar a la pirámide del Tepozteco.
El acceso desde la ciudad de México es por la Autopista del Sol tomando la desviación a Cuautla después de La Pera. En el poblado de Tepoztlán basta seguir los señalamientos para iniciar el ascenso a la pirámide.
La subida no es fácil para la gente que no está acostumbrada a hacer ejercicio, sin embargo hay muchos puntos para descansar.
Después de más de una hora de recorrido se llega a la pirámide donde la vista es magnífica. La emoción de estar en la cima y esa inmensa paz que se siente al sentarse para cargarse de energía es inigualable. Es, si duda, el mejor disfrute del sol y la mejor vista de Tepoztlán.
Para desayunar hay diversos lugares pero el restaurante Los Colorines es emblemático; se trata de un lugar con más de 30 años de sazón. Su carta incluye platillos como la sopa de hongos, sopa de lentejas con plátano macho, huauzontles y cecina de Yecapixtla, un ambiente totalmente familiar.
Al caminar por el tianguis artesanal se pueden admirar las originales creaciones que toman forma en diversos materiales como madera, tela, semillas y piedras. Coloridos collares y pulseras además la ropa de manta y joyería, artesanías que expresan la peculiar visión de los tepoztecos.
Durante el recorrido no se deben olvidar las famosas “tepoznieves”, de frutas naturales como tejocote, limas y la nieve del chinelo; fresa plátano, chocolate y más.
Después de pasar una tranquila tarde caminando por las calles empedradas de este pueblo, el pulque, bebida espesa y de sabores exóticos como higo, maracuyá, zarzamora o fresa.
Para finalizar el día se recomienda un baño de relajación con hierbas medicinales para la desintoxicación del cuerpo, ayudando a generar un bienestar en el cuerpo.