Por Leticia Villaseñor
Cuernavaca, Mor., 24 de octubre.- “Esto no se olvida, no nos da tranquilidad, ¡nos mataron en vida!», expresó Elías Hernández Rivas, padre de Israel, un empresario de materiales secuestrado y asesinado a mediados de 2012, cuyo cuerpo fue localizado a un mes de su desaparición en el municipio de Cuautla. Su cadáver fue inhumado por la entonces Procuraduría General del Estado de la región Oriente, sin las pruebas genéticas obligadas, en las fosas irregulares de Tetelcingo, en marzo de 2014, en calidad de desconocido; sus restos fueron entregados esta mañana a sus deudos.
La diligencia fue dolorosa, larga, extenuante. Alrededor de las 7:00 horas de este lunes se abrió la fosa E con la gaveta 41 del panteón Jardines del Recuerdo en Cuautla. Después de más de 4 años, la familia Hernández Torres encontró a su hijo, un hombre de 34 años que era propietario de una empresa de materiales del poblado de Santa María Ahuacatitlán, al norte de Cuernavaca, de donde fue privado de su libertad.
Horas después, recibieron la llamada de rescate. Tan solo un par de meses antes, el padre de Israel, Don Elías, fue víctima del mismo delito por lo que realizaron la denuncia en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la Procuraduría General de la República (PGR), donde se tomaron las muestras biológicas.
Transcurrido un mes de la desaparición de Israel, en agosto de 2012, al oriente de la entidad, en Cuautla, fue localizado el cuerpo de un hombre con un disparo en la sien que permaneció en calidad de desconocido en la fría plancha del Servicio Médico Forense (Semefo), hasta el 28 de marzo de 2014.
La fiscalía regional no realizó las pruebas periciales de ley por lo que no se logró la coincidencia con las realizadas por la dependencia federal, declaró Roberto Villanueva, coordinador del programa de Atención a Víctimas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
Ese 28 de marzo de 2014, mientras el gobernador Graco Ramírez decretó el día estatal de las Víctimas –en conmemoración al tercer año del asesinato de Juan Francisco Sicilia, hijo del activista Javier Sicilia, y otras seis personas-, en una ceremonia fría en la que el mandatario expresó: “Estamos aquí para aceptar nuestra responsabilidad y ofrecer una disculpa pública por las víctimas”.
A la par el entonces procurador del estado Rodrigo Dorantes autorizó la inhumación irregular de 119 personas en las fosas de Tetelcingo, y un número indeterminado aún en el municipio de Jojutla. Entre los cadáveres se encontraba Israel.
Unos días después de vaciar los frigoríficos del Semefo, otra familia emprendió una batalla legal que reveló la serie de irregularidades en dichos procedimientos. Los deudos de Oliver Wenceslao, un comerciante de Cuautla privado de su libertad a mediados de 2013, asesinado y cuyo cuerpo fue abandonado en un barranco, fue plenamente identificado por su madre tras una prueba genética del 99% de coincidencia luego de unas cuantas semanas de su desaparición.
A pesar de ello, el cuerpo fue retenido e inhumado ilegalmente ya que las autoridades no informaron a la familia del proceso a realizarse. A finales de 2014, en diciembre, el cuerpo de Oliver fue exhumado junto al de una maestra, presunta víctima de secuestro, lo que ‘destapó’ el escándalo.
En noviembre del año pasado, el caso se dio a conocer de manera masiva el mismo día que el actual fiscal general Javier Pérez Durón tomó protesta en el Congreso; la familia dio una rueda de prensa en las fosas para denunciar las anomalías cometidas.
El caso lo arroparon varias organizaciones civiles y la propia UAEM, emprendieron una batalla legal para lograr la exhumación y una digna reinhumación de los cuerpos, los cuales fueron arrojados sin ningún protocolo en el camposanto, lo que valió incluso una recomendación por la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Así, a finales del pasado mes de mayo y principios de junio se realizó la diligencia de donde fueron extraídos 117 cuerpos.
“La familia de Israel estuvo presente durante los trabajos de exhumación, tuvo acceso a los expedientes de Tetelcingo pero al no haber un perfil genético en ese momento no hubo coincidencias”, explicó Roberto Villanueva.
Fue hasta que se concluyeron los perfiles genéticos de las 117 víctimas que se hizo el cruce de datos que Israel fue identificado el pasado 30 de septiembre.
La familia del joven empresario se rehusó dar declaraciones durante el proceso de re-exhumación, en el panteón de Cuautla, labor que realizó la fiscalía en presencia de las organizaciones civiles, de las autoridades y de los familiares. El cuerpo fue trasladado hasta la Fiscalía General, en la capital del estado, y entregado por la tarde.
“Esto no me da tranquilidad, mataron a mi hijo, eso no se puede olvidar”, dijo entre lágrimas María Torres, madre de Israel.
Luego del trámite, que llevó varias horas, Edith, hermana de la víctima, recriminó que las autoridades hayan actuado sin claridad. “A pesar de tener los datos, los rasgos físicos de mi hermano y su vestimenta el día que lo secuestraron, al realizar la exhumación las autoridades no nos comentaron que con el cuerpo de un hombre encontraron una vestimenta similar a la descrita, especialmente la playera que usaba“, acusó. Asimismo declaró que en diciembre pasado, el “expediente” de su familiar sólo constaba de una hoja pero actualmente el grueso es de 300.
Los padres de Israel Hernández Torres fueron recibidos por el fiscal Javier Pérez en las oficinas centrales de la institución, en tanto Semefo procedió con los dictámenes de mecánica de hechos y mecánica de lesiones, informó la dependencia a través de un boletín.
Además fueron girados los oficios a la Comisión Ejecutiva de Atención y Reparación a Víctimas del Estado de Morelos, para solicitar la reparación del daño, y a la Fiscalía de Apoyo a Víctimas y Representación Social a fin de que preste asistencia sicológica a la familia Hernández Torres.