Por Leticia Villaseñor

 

“Han pasado 19 meses sin tener una noticia de ti, de mirarte o escucharte, sin embargo la esperanza de volver a abrazarte sigue en pie. Tu hijo y tu familia te esperamos con los brazos abiertos”, escribió en octubre pasado en su red social de Facebook Lucía Salas Díaz, madre de Neyda Lucía, una joven reportada como desaparecida desde el pasado 26 de febrero de 2016 en el municipio de Jiutepec.

 

Neyda, madre de un pequeño, salió del poblado de Tejalpa en Jiutepec con dirección a Cuautla, al oriente de Morelos, a una presunta cita de trabajo pero no volvió a casa.

 

Lizbet Cerón, integrante de la organización Víctimas y ofendidos del estado de Morelos, AC, relató que la joven presuntamente fue víctima de una trampa de la que no salió con vida. La activista no pudo revelar más detalles de la situación.

 

El 7 de junio del año pasado, la Fiscalía General del Estado informó sobre el hallazgo del cuerpo de una mujer en un domicilio en San Pedro Apatlaco del municipio de Ayala; las indagatorias de la desaparición condujeron hacia dicho domicilio donde los canes adiestrados detectaron el cuerpo enterrado en el patio.

 

Un mes después, el 5 de julio, la Fiscalía informó sobre el hallazgo de otro cuerpo femenino también inhumado en un domicilio en la colonia 24 de febrero del municipio de Yautepec, dicha casa presuntamente estaba resguardado por la Procuraduría General de la República.

 

La víctima fue identificada como Dalila Tlaseca Campos, quien desapareció de la ciudad de Cuautla un día antes que Neyda.

 

Sus cuerpos permanecieron en calidad de desconocidas en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) de la Fiscalía Regional Oriente en Cuautla.

 

Por año y medio, las familias Salas Díaz y Tlaseca Campos continuaron con las acciones para dar con el paradero de sus hijas sin resultado.

 

Fue hasta el pasado 26 de diciembre que ambas familias fueron notificadas. La madre de Neyda insistió en ver el cuerpo de su hija, que según el informe, cuando fue localizada había sido asesinada con pocos días de antelación.

 

El impacto de ver el cuerpo descarnado de su hija mandó al hospital a la mujer, quien sufrió una crisis nerviosa y al menos reingresó en tres ocasiones al nosocomio derivado de las crisis.

 

Un par de días después, el pasado 29 de diciembre, la familia Calle Martínez también fue notificada sobre el hallazgo de María Flor de 36 años y madre de un pequeño. La mujer desapareció la noche del pasado 2 de diciembre del poblado de Tetelcingo, sobre la carretera principal México-Cuautla.

 

La mañana del 4 de diciembre, un cuerpo calcinado de una mujer fue localizado en el poblado de Casasano, a poco más de 5 kilómetros de distancia del sito donde desapareció María Flor. Tres semanas más tarde la víctima fue identificada.

 

Las tres mujeres fueron localizadas en municipios donde está activada la Alerta de Violencia de Género desde el pasado 10 de agosto de 2015, sin resultados óptimos, desde su implementación al cierre de ese año 25 mujeres fueron asesinadas, en 2016 la cifra de víctimas llegó a 89 y este año 76.

 

A más de dos años, Cuernavaca es el municipio con el mayor índice de violencia en contra de las mujeres con 46 casos, seguido de Temixco con 18, 14 en Yautepec, 11 en Jiutepec y 10 en Cuautla y Huitzilac. En suma desde la emisión de la AV, han muerto de forma violenta 190 mujeres a la fecha.

 

Feminicidios atribuidos al narco

 

Morelos fue el segundo estado en el país en el que se decretó la Alerta, luego del estado de México, instalándose en los municipios de Cuernavaca, Cuautla, Jiutepec, Yautepec, Xochitepec, Temixco, Emiliano Zapata y Puente de Ixtla.

 

Las muertes de mujeres presuntamente relacionadas con miembros del crimen organizado son de los casos más opacos. El 21 de enero, la joven Diana Villa Reyes de 24 años de edad fue reportada como desaparecida, fue localizada muerta el día 28 en una barranca del poblado de Tlatenchi. Su cuerpo estaba maniatado, semidesnudo y con huellas de tortura. La joven tenía un embarazo de 4 meses, aun así fue ejecutada.

 

Su muerte está relacionada con la de otro joven de 20 años de edad, Lisandro Villanueva Garfias de oficio taxista, a quien no conocía pero quien presuntamente atestiguó cuando unos sujetos la privaron de su libertad. La desaparición del joven quedó registrada el día 27 de enero y su cuerpo fue localizado el 31 con huellas de tortura, muy cerca de donde fue localizado el cadáver de Diana.

 

El 17 de abril se perdió el rastro de Dulce Arely Delgado Estrada, de 24 años de edad y vecina de Jojutla. A finales del mes se localizó la cabeza de una mujer, días más tarde, se encontró el cuerpo decapitado en el mismo poblado que Lisandro y Diana, en Tlatenchi. Ambas jóvenes presuntamente se relacionaron son alguien del crimen organizado sin sus asesinatos hayan sido esclarecidos ni las teorías confirmadas.

 

En un caso idéntico, la cabeza de una joven de nombre Amairani fue localizada en las inmediaciones del panteón municipal de Tlaltizapán, el cuerpo atado fue hallado una semana después en el poblado de Alpuyeca en Xochitepec a unos pasos de un local de comida.

 

A principios de febrero, la vendedora de ropa Karen Paola Sáncez Castrejón de sólo 20 años de edad y vecina de Amacuzac, lugar de origen de Santiago Mazari “EL Carrete”, operador del cartel de Los Rojos y uno de los criminales más buscados por la PR, fue privada de su libertad, su cuerpo destazado se encontró flotando en el Río Amacuzac.

 

En mayo, el cuerpo desmembrado de Adriana Cecilia de 29 años y vecina de Jojutla fue localizado en el Río Apatlaco, un par de semanas más tarde, el cuerpo de una joven sin identificar fue localizado enterrado y destazado en un patio de una casa en Huitzilac, la mujer fue víctima de secuestro.

 

A finales de junio, parte de otro cuerpo femenino fue localizado en el Río Apatlaco, en Jojutla. Sólo en el caso de la comerciante de ropa hubo detenidos, los demás asesinatos siguen sin avance aluno.

 

El cierre del año fue el más violento para las mujeres, ya que registró 11 feminicidios seguido de enero, febrero y noviembre con 10 y junio con nueve.

 

La noche del 29 de diciembre, el cuerpo decapitado de una mujer de unos 40 años fue localizado en un sembradío de avena en el municipio de Huitzilac. La víctima estaba semidesnuda y la cabeza no fue localizada, sólo unas bolsas plásticas ensangrentadas.

 

Multihomicidios con Alerta de Género

 

Entre los crímenes violentos de mujeres se cuenta lo ocurrido el pasado 30 de noviembre elementos de la policía Morelos Cerca de ti participaron en un presunto fuego cruzado en un domicilio en la colonia Rubén Jaramillo de Temixco donde murieron Faustina Chapa Ávila de 65 años, Camelia Rodríguez Vázquez de 40, María del Rosario Valdez Chapa de 27, Leticia Valdez Rodríguez de 22 y Kendra Valdez, de 2 meses de edad, madre, esposa, hermana, hija y nieta de José Alberto Valdez Chapa “El señor de la V”, señalado por el comisionado estatal de Seguridad, Jesús Alberto Capella Ibarra de liderar un cartel de Guerrero.

 

A un mes del hecho ninguno de los siete policías implicados en el presunto fuego cruzado fue detenido por las muertes de las cinco mujeres y un adolescente de 14 años.

 

A pesar del llamado de las Organizaciones No Gubernamentales a mejorar las acciones para prevenir y erradicar la violencia en contra de las mujeres, las autoridades federales y estatales no han presentado un plan de acción alterno que dé resultados positivos.

 

Durante la primavera el secretario de gobierno, Matías Quiroz Medina, declaró que la Alerta se había cumplido en un 80% y sólo el municipio de Cuernavaca administrado por el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco no presentó acción alguna, pese a ello la medida emergente se levantaría.

 

Diversas organizaciones levantaron la voz y el grupo de trabajo multidisciplinario que revisa periódicamente el avance de las medidas de la AV contradijo al responsable de la política interna del estado, y exhibió que ninguna de las 15 recomendaciones fue atendida ni por el gobierno de Graco Ramírez ni por los 8 municipios donde se decretó.

 

Las ONG advirtieron que la alerta tiene fallas severas, como es la no sanción en contra de los servidores públicos omisos, la falta de fechas límites, consecuencias y acciones a seguir, tampoco decreta un tiempo estimado para levantar la propia medida o que esta se haga extensiva a otros municipios, como en el caso de Morelos, donde se observa que a más de dos años de la alerta, localidades como Huitzilac, Tlaltizapán, Jojutla, Atlatlahucan, Ayala, Miacatlán o Coatlán del Río, presentan más casos que municipios donde se decretó la medida emergente.