Por JUSTINO MIRANDA
AMILCINGO, Mor.- En la comunidad no hay duda sobre el crimen de Samir Flores Soberanes: fue el Estado, dicen. Todos están ciertos de que su líder, el segundo en importancia del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla, Tlaxcala (FPDTA-MPT), fue acribillado por su oposición a la Planta Termoeléctrica, un gasoducto y un acueducto construido en Huexca, municipio de Yecapixtla.
En su pueblo y los municipios contiguos de la zona oriente del estado, por donde pasan el gasoducto que viene de Tlaxcala para conectarse con la Termoeléctrica de Huexca, reconocen la combatividad de este hombre. Su féretro lo rodean hombres y mujeres, le llevan flores pero en vez de rezos y oraciones elevan consignas para mantener la resistencia popular.
“Samir vive, la lucha sigue y sigue. De norte a sur de este a oeste, ganaremos esta mucha cueste lo que cueste. Aquí nadie se raja”, gritan los dolientes y en cada tiempo aplauden al féretro, al cuerpo inerme de su líder, cuya caja esta expuesta para que sus amigos y familiares se despidan.
Samantha César, habitante de Amilcingo e integrante del FPDTA-MPT, afirma que el Estado mexicano es responsable del crimen de su compañero y considera que esa fue la respuesta ante la actividad de Samir contra la propaganda gubernamental y la imposición de la consulta ordenada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Para los vecinos y líderes comunitarios el señalamiento de la Fiscalía General del estado en el sentido de que los homicidas de Samir pertenecen al crimen organizado, es sólo una treta para desviar la atención y la responsabilidad del Estado y sus organizaciones formadas luego del pronunciamiento del presidente Andrés López Obrador, que descalificó la lucha de los pueblos y su oposición a la Termoeléctrica.
Sobre el crimen, la Fiscalía informó que durante la madrugada hombres armados llegaron hasta el domicilio de Samir a bordo de un auto Sentra y cuando el líder social Salió de su casa fue acribillado.
Pero los vecinos de la calle Vinh Flores dicen que faltaban unos tres minutos para la seis de la mañana cuando escucharon cuatro detonaciones de arma de fuego. “Fui uno de los primeros en llegar al lugar y nunca vi la cartulina que supuestamente dejaron con un mensaje del crimen organizado. Dicen que el auto en que viajaba el hombre que disparó se fue rumbo a la autopista, que queda como a cinco minutos de aquí”, dice el vecino quien reserva su nombre.
Otra versión indica que el auto se estacionó sobre la calle y descendió un pistolero. Ingresó al callejón y desde ahí gritó a Samir. La madre de Samir escuchó los gritos y despertó a su hijo y cuando salió fue acribillado.
En el sitio hay un ramo de flores marchito por el sol, una veladora a media quema y una fotografía con el cuerpo de Samir delante de la iglesia de Amilcingo.
Samantha César afirma que la determinación de los pueblos es solicitar que la Fiscalía General de la República atraiga el caso, se cancele la consulta ciudadana y también la Termoeléctrica.
¿Y si eso no sucede?
Pues los pueblos de Morelos se van a enojar
Pero de todos modos habrá Termoeléctrica, se le subraya.
Ya veremos, afirma.
El crimen de Samir Flores fue condenado con mayor severidad por Jorge Zapata, nieto del general Emiliano Zapata Salazar, y prácticamente llamó a la sublevación y a defenderse “con todo” contra los gobiernos municipal, estatal y federal, así como impedir la colocación de casillas en la consulta y pensar en que “ya cayó uno de nosotros y de ellos cuándo”, cuestionó.