JUSTINO MIRANDA

CUERNAVACA, Mor.- En el caso Ayotzinapa “las autoridades no buscan la verdad histórica, al contrario buscan desaparecer. La PGR ha tenido un comportamiento consistente en donde lo que menos busca es (saber) lo que pasó a los desaparecidos, encontrarlos con vida, y en cambio efectúa el último paso de la desaparición”, afirmó Roberto González Villareal, profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

Previo a la presentación de su libro “Ayotzinapa. Rabia y Esperanza”, Gonzalez sostuvo que cuando el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, dice que a los estudiantes los asesinaron, los cremaron y que dispersaron sus cenizas en el río, está diciendo “ya no los vamos a encontrar”.

En el auditorio de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), el investigador afirmó que el caso Ayotzinapa pasará a la historia como la etapa en la que las autoridades mostraron su técnica de desaparición en su mas clara expresión.

“La desaparición es una tecnología política que busca desaparecer al adversario, al enemigo y no es encontrarlo. Todas las acciones de la PGR, de las instancias de gobierno, son para borrar el rastro de los desaparecidos, entonces no podemos esperar nada de ello”, dijo González Villareal, doctor en Economía.

Investigador nacional en temas de movimientos sociales, violencia escolar y educación laica, el profesor afirmó que el libro ofrece una reconstrucción de un movimiento social inédito en nuestro país, de los primeros cinco meses, que empieza con la denuncia de la presentación con vida de los 43 estudiantes y que para diciembre era eso y mucho mas.

¿Qué se puede reconstruir si el movimiento en marcha?

“Justamente es un movimiento que esta en marcha, a pesar de que muchos quieren que se acabe. Por eso tenemos que hacer un alto para saber cuáles son las novedades y bifurcaciones”, dijo.

González Villareal propuso ver a los movimientos sociales como una confrontación no solo de quienes protestan sino de los “otros” como el gobierno y los partidos políticos.

“En el libro se hace una relación entre las fuerzas de la protesta y las fuerzas contra los que se protesta, entonces permanentemente hay ese juego de cuáles son las estrategias de uno y otro”, adelantó.

Acompañado del director de la Facultad, Raúl Vergara Mireles, integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas y José Martínez Cruz, de la Comisión Independiente de Derechos Humanos, el investigador dijo que los escenarios inmediatos del caso Ayotzinapa es la huelga política nacional como una protesta contra el régimen político, lo que implicaría un enlace de las resistencias civiles.

Otra vía es que se dé un movimiento social de los desaparecidos porque no son 43 sino 30 mil, más de los que no sabemos. “Un movimiento de los desaparecidos porque nunca en la historia de ningún país se había enfrentado a que un gobierno desaparezca a 30 mil de sus habitantes y no sepa qué hacer, dónde están; eso nunca había pasado”, dijo.

El investigador de la UPN consideró también la posibilidad de un movimiento más grande aunque precisó que no surgirá un Pancho Villa, “pero puede haber ahora muchos Panchos Villa y eso implica que no solamente sea por las armas sino hay muchas otras opciones. Las formas de irrupción de los movimientos donde hay decenas, centenas, millones de personas en las calles eso es una posibilidad y para muchos es la alternativa”, consideró.

En la mesa de opciones inmediatas también se encuentra el boicot de las elecciones de junio venidero en estados de como Guerrero, donde se avizora una importante abstención y voto nulo.