Por Leticia Villaseñor

CUERNAVACA, Mor., 15 de julio.- El «sembrador de amor» cosecha el cariño de un público que se arremolina en la catedral de Cuernavaca para despedir a su ídolo, Joan Sebastian.

Más de 40 años de cantarle al pueblo se le retribuyen. Desde las 9:00 horas familiares, amigos; pero especialmente admiradores llenan los rincones del convento franciscano.

Un séquito de religiosas y jóvenes coordinan su acomodo y en menos de una hora solo los lugares reservados a los familiares más cercanos han quedado libres.

El cortejo del rancho en Teacalco, Guerrero parte a Cuernavaca poco después de las 10:00 horas.

La muerte del rey del jaripeo, a las 19:15 horas del lunes consternó al país pero especialmente a Guerrero y Morelos. El primero, su estado natal, el segundo, el estado que lo vio nacer como cantante.

El atrio de la catedral está rebasado de seguidores. «Te irá mejor sin mí» suena en los celulares al igual que «Tatuajes» y «Secretos de amor».

Las pancartas y los aplausos resuenan para darle el último adiós a quien tanto le cantó al amor.

A las 11:30 de la mañana, José Manuel Figueroa, hijo del poeta del pueblo llegó al recinto sagrado a recibir el pésame de sus familiares.