Por Antonella Ladino

Cuernavaca, Mor., 25 de octubre.-   Comerciantes establecidos del centro histórico de Cuernavaca requirieron al diputado federal Javier Bolaños Aguilar una “verdadera” reforma fiscal a fin de reacomodar el comercio informal.

Eduardo Peimbert Ortiz, presidente la Asociación de Comerciantes establecidos Pro Centro Histórico, manifestó que debido al comercio informal, la inseguridad, marchas y plantones que se realizaron en los últimos días, sus ventas disminuyeron en más del 50 por ciento.

Apuntó que el padrón de contribuyentes sigue estancado y la economía informal sigue avanzando, por eso es necesario replantear el tema y aplicarlo  a un sistema que lleve al ambulantaje a la formalidad, dijo Peimbert Ortiz.

En marzo la Dirección de gobernación, normatividad y comercio en vía pública municipal, indicó que solo en el primer cuadro de la ciudad se ubican 40 vendedores ambulantes “carretilleros” y más de 3 mil están adheridos al Nuevo Grupo Sindical, los cuales carecen de permiso para circular y que fueron tolerados en la administración de Manuel Martínez Garrigós.

De igual modo, Eduardo Peimbert dijo que mediante una mesa de diálogo con el presidente de la Cámara de Diputados, Javier Bolaños, solicitarán una verdadera reforma fiscal y mayor seguridad en las calles de la ciudad a fin de que las pequeñas y medianas empresas obtengan un mejor desarrollo económico.

Además expresó que la inseguridad es otro de los problemas que enfrentan los locatarios  y de enero a la fecha por lo menos 20 se vieron obligados a “bajar sus cortinas” de manera definitiva.

A pesar de que al menos cien comerciantes ubicados en la calle guerrero cuentan con 42 cámaras de vigilancia pero hace casi dos años están desactivadas por la desaparición de Manuel Guerra,  quien estuvo a cargo de la vigilancia en esa zona, por lo cual solicitaron apoyo al ayuntamiento capitalino para su reactivación.

En días pasados comerciantes establecidos en las calles Morrow, Degollado, No Reelección y Matamoros bajaron sus cortinas, por espacio de una hora, como protesta por la inseguridad y falta de alumbrado público.