Por Leticia Villaseñor
Cuernavaca, Mor., 14 de octubre.- «El Chapo» anda en Jiutepec y desde ahí se desplaza a distintos lugares del mundo. Quienes lo han visto dicen que su cara es elástica, con pintura en algunas zonas, y algunas veces viste la ropa de presidiario.
Este «Chapo» es consumible, cae bien a la mayoría y convive con hombres de mujeres de todas las edades. Dicen que su aparición masiva será la primera semana de noviembre, durante los días de muertos. Se trata, pues, de la máscara de latex de moda de «El Chapo», cuyos espacios de exhibición comparte con Donald Trump, el precandidato del Partido Republicano en Estados Unidos de Norteamérica.
De hecho Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera es una leyenda en el crimen organizado, pero su mito se magnificó al escaparse por segunda ocasión de una cárcel de máxima seguridad, el pasado 11 de julio.
El hecho fue tomado con ironía, con la picardía propia del mexicano, el que se ríe de la adversidad porque parece que no le queda más.
Y es así que en una pequeña oficina una junta de creatividad tomó forma, la forma de “El Chapo” Guzmán. De broma en broma, la fuga concretó la idea del diseñador Héctor Bustos, egresado de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, para hacer la máscara del narcotraficante más buscado.
Para Diego Esponda Mendoza, director general de la empresa Caretas REV, la idea daba miedo por ser el personaje que es pero al final, hombre de retos, aceptó reproducir el rostro de uno de los criminales más buscado dentro y fuera de México.
“No vanagloriamos a nadie, en realidad es un llamado de atención al gobierno”, dijo.
Joaquín cobró forma en las manos de Héctor, con apoyo de toda el área de diseño. Sus manos artísticas y una creatividad efervescente lograron captar un rostro común, lo que significó un reto más.
La empresa se dedica a la manufactura de máscaras desde 1948. Todo empezó cuando Rafael Esponda Vila, de profesión dentista, creó una máscara para el Día de Muertos, le quedó tan bien que la gente le pidió para venta. De ahí surgió la empresa familiar.
Don Rafael inició en el patio de su casa, con su esposa e hijos en un proceso totalmente artesanal. Actualmente hay una línea de producción que atañe a 300 empleados durante el año, y en la época fuerte ascienden a 400.
Demonios, diablos, políticos, animales y personajes de películas, series y comics toman forma en el boceto, de ahí el ingenio y habilidad del diseñador detalla rasgos, gestos, formas y lo más característico del personaje en cuestión.
Según el personaje es el tiempo empleado, que va desde horas a meses, como en el caso de los famosos personajes de Los Simpson, que por requerimiento de la empresa que torga la licencia, lleva un año, pero finalmente están listas y aprobadas para su venta.
Una vez terminado el modelado en plastilina, se lleva para hacer el molde en yeso y de ahí sacar “la madrina”, que será usada un máximo de 20 veces si la máscara es muy compleja, y 30 si es sencilla. Luego deben desecharse y reiniciar el proceso del moldeado en yeso para que no se pierda detalle.
Hecho lo propio, se vacía el látex líquido que se deja secar según el grosor requerido.
Las máscaras pasan por un proceso de quitar imperfecciones en máquinas industriales de secado, se revisa cada una y se procede a pesarlas; cada lote debe pesar lo mismo.
El último paso es el pintado, el cual se hace a mano.
Los trabajadores de cada área reciben capacitación especial para el manejo del material e incluso la empresa tiene una pequeña escuela de pintura para enseñarles la técnica.
En proceso de expansión
Los principales mercados de la compañía son México y Estados Unidos, explicó Diego Esponda, pero han recibido peticiones de Europa, como la de una compañía francesa que les pidió las máscaras de la clase política imperante.
Sus productos llegan a 30 países, incluidos Canadá, China, su principal competencia y región que se “piratea” sus diseños, en especial los de payasos y zombis, así como Europa.
La empresa, abundó Esponda, actualmente abarca el 10% aproximadamente del mercado, pero su meta es llegar al 30%. Actualmente tienen 25 tiendas en todo el país, 25 temporales en esta época del año (Halloween) donde venden disfraces y accesorios, mercado que deben mejorar y expandir.
La producción diaria es de 2 mil máscaras, aproximadamente.
Los más buscados
Los payasos, zombis, calaveras, vampiros, hombres lobos y políticos son las máscaras más buscadas; pero el cliente puede encontrar desde la ex líder magisterial, Elba Esther Gordillo, los futbolistas Javier Hernández “El Chicharito”, el exentrenador d la selección nacional de México, Miguel Herrera con su característico gesto de triunfo, el brasileño Ronaldinho, el exgobernador de Morelos, Marco Adame Castillo hasta los expresidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo y el actual Presidente Enrique Peña Nieto..
Pero no están solos, les acompañan Barak Obama, George Bush y el personaje más odiado por los mexicanos, el empresario y polémico Donald Trump, quien está en proceso de fabricación para su aprobación y futura comercialización principalmente en Estados Unidos.
Así que “El Chapo” Guzmán tiene competencia, y férrea, pero aquellos que quieran parecerse al líder criminal tienen la oportunidad de portar hasta la camisa de reo, con el número que por escasos meses portó en el penal del Altiplano, 3578-AJ.
Hasta el momento, ningún otro capo se “pelea la plaza” por ser inmortalizado por estos artistas morelenses, que están ávidos de explayar sus ideas, gustos, traumas y emociones en la fabricación de máscaras.