Por Antonella Ladino
CUERNAVACA, Mor., 14 de julio.- “Joan Sebastian fue un hombre alegre, estable, y unido con su familia. Devoto de la iglesia católica, su último deseo fue la bendición para su familia y sus seguidores. Aun cuando su médico le había prohibido ofrecer conciertos lo hacía, para complacer a su público que tanto quería”, así lo recuerda José Alberto Alarcón, párroco de la iglesia La Candelaria en Taxco, Guerrero.
En sus últimas horas de vida se confesó con el sacerdote, quien es amigo cercano a los familiares de Joan Sebastian, quienes lo contactaron para que le diera el último adiós.
El cantautor quiso pasar sus últimos días en su rancho “Cruz de la Sierra” ubicado en el municipio de Taxco, Guerrero, en la comunidad de Teacalco. Nombrado así por el compositor de Julianta y donde acostumbraba a pasar mucho tiempo al lado de sus caballos.
Un hombre que siempre transmitió alegría y amor a sus espectadores, murió en paz y está con Dios, dijo el sacerdote.
El cantante vivió de los aplausos de sus seguidores, en su habitación, sus familiares le brindaron un aplauso que escuchó hasta el cielo.
Mariel González, fan y vecina de Joan Sebastia, lo recordó como un padre que la aconsejaba, “…siempre que pasaba por mi casa me saludaba. Me dio dinero para comprar una computadora. Fue un hombre muy sonriente, buen persona, nunca nos hizo menos” y lamentó no despedirse de él
En la Catedral de Cuernavaca el día miércoles 15 de julio se oficiará una misa de cuerpo presente a las 12:00 horas.