Por Justino Miranda

CUERNAVACA, Mor.17 de julio.- Antonio Rivapalacio López regresó a la sede que le permitió gobernar Morelos de 1988 a 1994, cuando ganó las elecciones bajo las siglas del PRI. Su homólogo, el perredista Graco Ramírez, instruyó rendirle un homenaje póstumo en el salón Bicentenario.

Rivapalacio murió la noche del martes víctima de un paro cardíaco, informó su hijo Carlos, actual secretario de Administración estatal. Su féretro, una caja en caoba color café claro fue colocada debajo de un mural pintado por el paisajista Jorge Cazares.

Se trata de un José María Morelos montado en su caballo que, brioso y en relincho, avanza triunfante sobre el campo de batalla.

El salón elegido por el gobernador Graco Ramírez para recordar la trayectoria política de su homólogo resultó insuficiente para alojar a los visitantes, que pretendían despedirse del último líder moral del PRI en el estado.

Desde temprano, en Cuautla, en su primer evento oficial, el gobernador Graco Ramírez pidió guardar un minuto de silencio en memoria de Rivapalacio López, su consejero político desde octubre de 2012.

Graco Ramírez se refirió al ex gobernador como un gran artífice de la aprobación de la reforma electoral de Jesús Reyes Heroles.

“Antonio Rivapalacio fue siempre un hombre de diálogo, uno de los responsables de la plática en nuestro país con el programa ‘Charla con tu gobernador’, foro desde el cual escuchaba en vivo, vía telefónica, las problemáticas de la ciudadanía”, dijo el gobernador.

Lo catalogó como un referente ético político y moral de su partido, así como un gran activo de la vida política del estado y del país. El ex gobernador será sepultado esta tarde en el panteón de La Paz.

 

Pendientes

Ajeno al homenaje, el presidente de la Comisión Independiente de Derechos Humanos (CIDH) de Morelos, José Martínez Cruz dijo que con la muerte del ex mandatario quedan pendientes y sin justicia al menos 12 casos de desapariciones en el oriente de Morelos, en el municipio de Temoac, durante su gestión. Uno de ellos fue José Ramón García Gómez, activista por la defensa del voto y quien desapareciera el 16 de diciembre de 1988 en Cuautla. Su ausencia es considerada como la primera desaparición política en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.