Tomado del portal soyhomosensual.com
Por Mildred Pérez de la Torre
El domingo recibí una notificación en Facebook: una amiga me había taggeado en una publicación que me indignó de inmediato. Al parecer, las empleadas del restaurante Cardamomo, ubicado en el corazón de Tepoztlán, pueblo mágico donde vivo desde hace cuatro años, habían sacado a golpes y empujones a una pareja homosexual por el simple hecho de ser gays.
Me molesta todo tipo de discriminación, especialmente cuando la causa es por tu orientación sexual. Me han discriminado por eso entonces siempre que veo algún post, tweet o noticia así me enojo, me dan ganas de denunciar el hecho y que se castigue a la persona o al establecimiento. Lo mismo me pasó cuando leí el post de Daniela Bedder Cornell (así está en Facebook).
Sí, yo también sentí rabia y quería hundir a Cardamomo, pero la historia no es como la pintan. Rápidamente voy a desacreditar los cinco primeros párrafos del post de Daniela, del cual, por cierto, ahora estoy bloqueada.
«Decidimos entrar a esta cafetería Cardamomo a comer algo».
De acuerdo con Rosario Ramos Martínez, cocinera y mesera tepozteca de Cardamomo, y con Carlos Flores Ávalos, dueño de Cardamomo, oriundo de CDMX, l@s jóvenes solo pidieron «un café turco». Y, según lo que vi con mis propios ojos en los videos de las cámaras de seguridad que Carlos me mostró para intentar salvar la reputación de su negocio, Homero Fernández Segura, Daniela Bedder Cornell y una persona cuya identidad aún desconozco ingresaron al lugar con nieves, producto que se consume mucho en Tepoztlán. Ojo: ya sea en Tepoztlán o en CDMX o en París, es común que los restaurantes o bares no permitan que los comensales entren con alimentos o bebidas ajenas al lugar.
«Nos sentamos en un [sic] de las mesas mientras dos amigos fueron a comprar agua en un local de a [sic] lado».
La mañana de este lunes yo misma fui al «local de al lado». Se llama Villa Gardel y venden tacos, enchiladas, refrescos y, entre otras cosas, micheladas o cervezas para llevar. Conversé con Buenaventura, empleada de dicho establecimiento. Le pregunté por el altercado del sábado en Cardamomo, si recordaba a los dos chicos altos (Homero es más chaparrito) con vestimenta oscura y si en efecto esos chicos habían comprado agua aquel día en su local. Buenaventura sí se acordaba de ellos, pero me aseguró que no compraron nada. De hecho, estaba un poco molesta porque le habían pedido el menú y hasta habían dicho «unos taquitos, ¿no?», y luego «a la mera hora se fueron sin decir que ya no querían los tacos y sin haber comprado nada».
Asimismo, como pude constatar en los videos de las cámaras de seguridad de Cardamomo —a los cuales tuve acceso sin edición—, cuando un chico de camisa oscura (presuntamente llamado Jeoshua) entra al lugar, viene con un vaso de plástico escarchado con sal, lleno hasta la mitad; mis ojos creen que es un clamato con cerveza, pero bien podría ser una michelada, debido a que el vaso está escarchado. ¿Dónde quedó el agua que fueron a comprar, según el post de Daniela?
«Al ingresar ellos a la cafetería venían tomados de la mano (son una pareja gay)».
Como pueden ver en el video de arriba, la pareja homosexual NO ENTRÓ DE LA MANO, como afirma el post de Daniela y varios medios de comunicación (FATAL QUE NO INVESTIGUEN Y DAÑEN ASÍ A UN ESTABLECIMIENTO). Les comparto este video de otra de las cámaras de seguridad de Cardamomo, donde queda más que claro cómo Jeoshua entra con un trago ajeno al lugar y que él y su pareja NO ESTÁN TOMADOS DE LA MANO cuando Rosario se acerca a negarles el servicio. Con esto comprobamos que NO fueron discriminados por ser gays, como ell@s alegan. No había manera de que Rosario supiera que eran gays.
Como pudieron ver, la pareja homosexual NO SE TOMA DE LA MANO hasta que, indignados, se retiran del lugar. De hecho, cuando entran al restaurante hay un metro de distancia entre ellos y el poco tiempo que pasan ahí, el novio de Jeoshua tiene las dos manos metidas en los bolsillos del pantalón prácticamente todo el tiempo. ¿No que los habían corrido «de manera violenta por tomarse de la mano»?
FALSO. Los corrieron ANTES, amig@s. ANTES. Primero, por entrar con una bebida alcohólica ajena al lugar (de hecho, Cardamomo NO vende bebidas alcohólicas, según Carlos), y segundo, porque de acuerdo con Rosario, ellos «estaban ebrios, ya habían estado afuera del lugar tomando y hasta la mesa 1 se había quejado». La mesa 1 está en el rincón, cerca de la entrada, donde comían un hombre y una mujer.
«Al percatarse la mesera de que eran pareja se mete a la cocina y le dice a otra empleada “oye hay dos weyes besándose y agarrándose de la mano, pueden estar adentro?” [sic] a lo que la empleada contestó “no! Claro que no!” [sic] (Alcancé a escuchar la conversación ya que yo estaba en el baño el cual se encuentra a lado de la cocina) [sic]».
A continuación, nuevamente gracias a las cámaras de seguridad de Cardamomo, podrán apreciar cómo DANIELA MIENTE una vez más, ya que cuando ella estuvo en el baño (que efectivamente está al lado de la cocina), la pareja homosexual NI SIQUIERA ESTABA DENTRO DEL LUGAR. ¿Cómo escuchó que dijeran eso de la pareja homosexual si esta no había entrado todavía? ¡WOW! Qué vergüenza, de veras.
Otra cosa que podrán ver con sus propios ojos, es que es falso que la mesera (Rosario) se metió a la cocina después de negarles el servicio. De hecho, Rosario se queda ahí hablando con ell@s y no se retira hasta que el grupo se pone de pie para irse, después de decirle: «Gorda tenías que ser», según el testimonio que Rosario me dio la mañana del lunes 19 de febrero, dos días después del incidente. Fue ahí la primera vez que alguien insultó. Y no fueron las empleadas, fueron los comensales. También notarán cómo la chica cuyo nombre desconozco y Homero recogen sus nieves de la mesa antes de marcharse, productos también ajenos al establecimiento.
«Preguntamos cual [sic] era el motivo y nos dijo que su jefe se lo había ordenado».
Odio los dimes y diretes, y aquí es la palabra de Daniela contra la de Rosario. De entrada, el jefe de Rosario es Carlos, esposo de Natalia Rey Canudo, la propietaria de Cardamomo, y ninguno de ellos se encontraba en el lugar. Carlos estaba en su casa, a unos minutos del restaurante, y Natalia estaba nada más y nada menos que ¡en España! ¿A quién creerle? Esto es lo que Rosario me respondió cuando le pregunté si era cierto que ella dijo que se les negaba el servicio porque «su jefe así se lo había ordenado»?
«No, yo les dije (a Homero, Daniela y la otra chica) ‘no les puedo dar servicio porque ellos vienen en estado de ebriedad’».
Rosario se refería al chico presuntamente llamado Jeoshua, quien entró con una bebida que parece una michelada y medio se tropieza al ingresar al lugar, y a su novio, el que va como un metro detrás de Jeoshua SIN DARLE LA MANO.
Según Rosario, después de que les dio dicha razón, «ellas (Daniela y la otra chica que aparece en el video) me contestaron ‘ellos son así y no vienen ebrios’ y yo ‘bueno, disculpen, pero no les puedo dar servicio’ y ya, se salieron a la calle».
Lamentablemente no hay audio que pueda comprobar qué se dijo exactamente, ya que las cámaras de Cardamomo no tienen micrófonos. Juzguen ustedes mismos y saquen sus propias conclusiones.
Aquí pudo haber terminado todo, pero no: el grupo se quedó afuera y Daniela (la chica que viste una blusa negra sin mangas y unos jeans rotos) empezó a tomar fotos de la fachada de Cardamomo.
Segundos después, Homero (el que tiene una cola de caballo) grita algo hacia dentro del local, frente a los clientes que están sentados en dos mesas que dan a la calle. Miren cómo hasta junta las manos a la altura de la boca para que se escuche bien lo que grita. Después, noten que Jeoshua (el de camisa oscura) sigue con su bebida en la calle y, en compañía de Homero, hasta sonríen, burlones. ¿Y qué es lo que grita Homero? Según Rosario, coreaba: «¡Que salga, que salga! ¡Tiene miedo, tiene miedo!».
«Insistimos en que nos dieran una explicación concreta de por que [sic] no se nos estaba negando el servicio, salió una empleada de la cocina con una actitud muy agresiva exigiendonos [sic] que nos fuéramos, fue entonces cuando comencé a grabar y nos empezó a agredir físicamente como se puede ver en el video».
Según los videos de las cámaras de seguridad de Cardamomo (que ustedes ya vieron), cuando se les niega el servicio, el grupo se indigna y sale en menos de un minuto del lugar. Pero es falso que quien los corrió fue «una empleada de la cocina con una actitud muy agresiva», fue Rosario, quien (como ya vieron), lo hace de forma tranquila y civilizada. A pesar de esto último, es agredida verbalmente por su sobrepeso, según su declaración.
Cuando aparece Antonia López, «la empleada de la cocina con actitud muy agresiva», fue después de que el grupo salió de Cardamomo y estuvo unos minutos afuera, provocando. Como podrán ver a continuación, minutos después de que el grupo salió, Homero vuelve a entrar a Cardamomo y se dirige al baño, el cual está al lado de la cocina. Nadie le impide el acceso. Noten también cómo los comensales de la mesa 6 (dos mujeres y un hombre que están con un niño) se dan cuenta de que Homero vuelve a entrar y no dejan de mirar hacia el baño. Ellos ya sabían que había bronca.
Aquí les dejo otra toma de otra cámara de seguridad, donde se aprecia que Homero entra al baño y nadie lo ataca. Rosario, Antonia y Luisa (la otra empleada que estaba en el lugar y que también aparece en los videos) están dentro de la cocina y no salen de ahí.
Ahora sí viene la trifulca. Cuando Homero sale del baño, Luisa López (hermana menor de Antonia) le cobra 5 pesos por haberlo utilizado. Si viven o han visitado Tepoztlán (o las Trajineras o los baños de las terminales de camiones o muchos otros lugares en cualquier ciudad o pueblo), saben que la gente cobra 5 pesos cuando alguien pasa a usar su baño. Creo que no es nada nuevo que los restaurantes solo dejen que sus clientes lo ocupen y, si no son clientes, les cobren. Esto indignó mucho a Homero, quien, según la declaración de Luisa, le contestó que «él sí iba a consumir pero no pudo porque los echaron por gays» (durante todo el lunes busqué a Homero para conocer su versión de los hechos, pero ignoró todos mis mensajes. Daniela también. Y a pesar de que a Homero se le proporcionó el número de celular del director editorial de Homosensual, nunca nos contactó).
De acuerdo con Luisa, ella dijo a Homero que no era por gays, sino porque sus amigos venían en estado inconveniente. «Nosotros no damos servicio a gente que llega en estado de ebriedad», me aseguró Carlos. Y eso es común en Tepoztlán: muchos lugares niegan el acceso a personas en estado de ebriedad. Insisto: es una pena que no haya micrófonos en las cámaras de seguridad, pero noten cómo Homero se enfada y hasta le truena los dedos, actuando con altanería. Y vean también cómo de pronto Daniela reingresa a Cardamomo armada con su smartphone, grabando todo, y luego Jeoshua, aún con la bebida en mano. Fue entonces que, según Luisa, Homero la insultó y le aventó una moneda de diez pesos. Yo no podía creerlo, pero así fue. Noten cómo después de que Homero le avienta la moneda a Luisa, ella se queda inmóvil, sin reaccionar. «Me quedé en shock», me dijo Luisa con un nudo en la garganta, aguantándose las lágrimas después de semejante humillación. «Y fue ahí cuando él (Homero) me dijo: “Cóbrame, maldita criada o maldita sirvienta, una de esas”».
Antonia, quien estaba dentro de la cocina, escuchó y vio que agredían verbalmente a su hermana y que la habían humillado al aventarle una moneda, por eso salió con «una actitud muy agresiva» y los «empezó a agredir físicamente, como se puede ver en el video». Vean también cómo Rosario sale de la cocina y está hablando por teléfono; le estaba llamando a la policía. Les comparto el testimonio que Antonia me dio la mañana del lunes cuando le pregunté por qué reaccionó de forma tan violenta.
«Yo oí que la estaban ofendiendo (a Luisa), por eso reaccioné de esa manera. Yo lo que lamento es haber caído en una provocación. Yo pienso que voy a perder mi trabajo. Pero yo sentí su discriminación, yo estoy de acuerdo en su movimiento, porque tanto ellos tienen muchos derechos porque todos somos iguales sin importar su orientación sexual. Yo tengo amigos gays, muchos me mandaron mensajes, ¿necesitas ayuda? Yo me he ido a empedar con ellos, he cenado con ellos. Incluso uno está enfermo y lo estoy yendo a visitar, y no porque sea gay lo voy a hacer a un lado. Si estamos haciendo una lucha de derechos, o sea, todos tenemos derechos. No nos debemos de discriminar unos a otros y no porque sean de otra orientación sexual me estoy enojando. No, yo me enojo con el público en general cuando discriminan. A mí me molesta que nos discriminen a los indígenas, eso, eso eso… ESO me da MUCHA rabia. Me pone rabiosa, porque los indígenas somos originarios de México, y yo me pregunto: ¿hasta cuándo va a terminar esa discriminación? Y no porque sean gays, es a toda la población. Igual ellos pelean sus derechos, ¿hasta cuándo va a terminar la discriminación hacia ellos? Pero no, este lugar no está discriminando a nadie. Ni yo, en lo personal: tengo amigos así y me han llamado lesbiana. No importa, digo, no me afecta. No me siento mal por eso. Sí lamento mucho, lamento haber caído en una provocación, eso es lo que yo lamento. Y es que aquí en Tepoztlán somos muy guerrilleros, nos defendemos así. No me ofendas, eres bienvenido pero no me ofendas. Tú ven, diviértete pero no me ofendas ni me digas que eres muy influyente y que por eso me vas a destrozar, o sea, ¿porque yo carezco de economía me van a pisar? Esa es mi pregunta: ¿me pisarán eso? ¿Eso es lo que yo merezco por pertenecer a otra, cómo se dice, sociedad económica?»
Otro punto importante que verán en el siguiente video: por primera vez los otros comensales se involucran y hasta forman una barrera, pero no parecen estar del lado del grupo. ¿Por qué será? Y algo más: vayan al minuto 01:04 y verán que Daniela avienta su celular sobre la mesa que está a su izquierda, este cae al piso sin que ella se percate y luego se lanza al ataque. Ahora adelántenle al minuto 01:44. ¿Ven cómo Luisa, Homero, otros comensales y hasta Daniela están mirando al piso? Es porque, según Luisa, Daniela les estaba gritando: «¡Ladronas, rateras, se robaron mi celular!». Seguramente por la agitación del momento Daniela olvidó que ELLA MISMA aventó su celular antes de irse a los golpes con las empleadas, o quizá solo pensó que se lo habían robado, efectivamente, durante la trifulca. Finalmente, en el minuto 03:07 verán cómo uno de los clientes ve el celular en el piso, lo levanta y se lo entrega a Daniela. Y sigan viendo… juzguen ustedes mismos. Vean el rostro de la señora que intenta convencer a Daniela de que ya se vaya. De hecho, todos los comensales están intentando que el grupo se retire. Según Rosario, Antonia y Luisa, durante la pelea las supuestas víctimas les gritaban insultos como ‘indias’, ‘gatas’, ‘criadas’, ‘sirvientas’,‘pueblerinas’ y frases como ‘Gracias a nosotros, tragan’. ¿A qué se refería Antonia cuando dijo que ‘aquí (en Tepoztlán) no van a venir a hacer lo que quieran’? «A que no van a venir a insultarnos, a humillarnos», me contestó.
Es triste ver imágenes así. Recuerden: en uno de los videos subidos por Daniela aparece Homero diciendo: «Yo no estoy haciendo nada, a mí me está pegando la señora». Ahora ya pudieron ver que sí hizo algo: la insultó y humilló, solo que él no se dio cuenta de que Cardamomo tenía cámaras. NADA, nada justifica la violencia. No aplaudo ni defiendo a Antonia o a Luisa, solo quiero demostrarles a tod@s que es FALSO que discriminaron a esa pareja homosexual por homofobia. No se vale que digamos algo así (justo ahora que estos temas se vuelven virales tan rápidamente) cuando NO ES CIERTO.
Momento en que Homero saca de su mochila una moneda para pagar el uso del baño y se la avienta a la mesera, motivo que desató los empujones:
Esto es lo que expresó Natalia Rey, dueña de Cardamomo y esposa de Carlos, en su perfil personal de Facebook, ya que la página oficial de su negocio ha sido bloqueada gracias a tod@ la gente que acusó injustamente al lugar por homofobia sin conocer la versión completa de los hechos.
Lo que Antonia y Luisa hicieron está completamente fuera de lugar. Por más molestos que estemos, tenemos que guardar la calma, aunque francamente yo no sé si hubiera aguantado que alguien me tratara a mí o a mi hermana así. Quizá esta fue la falla más grande de Antonia y Luisa. Esto es lo que opina Luis Manuel Álvarez, dueño del local de maquinitas y videojuegos Luizmark, ubicado en Avenida Revolución.
«Conozco a la empleada (Antonia) de más de 30 años atrás y es mi amiga de confianza. No se vale que por tener una orientación sexual distinta quieras hacerte víctima de una agresión que tú provocas en principio y engañes a la gente con tu versión haciéndote la víctima. En mi pueblo (Tepoztlán) tenemos mucha diversidad cultural, sexual y religiosa. Y jamás hemos tenido este tipo de problemas. La comunidad gay necesita respuestas para así limpiar el nombre de mi pueblo y de mis paisanos que se han visto involucrados en este desafortunado tema. No fue discriminación. Y la agresión es resultado de insultos y discriminación hacia las empleadas por su condición laboral y quizá física, no justifico la agresión, claro que no, pero como tratas serás tratado».
Y como dijo Carlos, «ellas (Antonia y Luisa) van a tener que responder por sus actos; lo que debieron hacer fue meterse en la cocina y esperar a que llegara la policía». Pero bueno… ya todos saben lo que sigue, solo que ahora conocen la primera parte de la historia. Los dejo con nuestra entrevista exclusiva con Carlos Flores, dueño de Cardamomo, quien en todo momento colaboró para la realización de este reportaje.
Grabación: Lily Duhne
Al igual que yo, José Luis Mora Villamil, presidente del Comité por la Diversidad Sexual de Tepoztlán, quería hundir a Cardamomo por aquel supuesto acto de homofobia. Esto es lo que opina ahora que sabe toda la verdad:
«Yo me siento muy defraudado, triste, indignado. Sabemos que en todas las poblaciones hay gente de todo, y esta parte que viene a embarrar el trabajo de pocos, porque somos pocos los que estamos trabajando en la defensa de los derechos de la diversidad sexual para que TODOS puedan disfrutar de ellos, nos da en la torre porque es un retroceso. Un retroceso muy cabrón. Lo que hace es entorpecer más el trabajo, entonces sí me indigna el hecho de que estas personas utilicen el pretexto de que sus derechos fueron violentados a raíz de la violencia que ellos mismos generaron, con la bandera de homofobia. Tenemos que analizar las cosas para ver qué es y qué no es defendible, y esto no es defendible. Estoy indignado, molesto, y hay que desmentir esto».
Aquí pueden leer el comunicado oficial del Comité por la Diversidad Sexual de Tepoztlán.
Ojalá que tod@s es@s personas que han creído que Cardamomo discriminó a una pareja gay solo por el simple hecho de ser homosexual ayuden a reivindicar la imagen de este lugar, especialmente todos los medios de comunicación que no se molestaron en investigar y han llegado a tanta gente con sus publicaciones. Cardamomo es un negocio familiar, de gente trabajadora, que tuvo la mala suerte de que dos de sus empleadas no aguantaran ser humilladas o llamadas ‘indias’, ‘criadas’, ‘sirvientas’».