Por Ernesto Aroche Aguilar/ladobe.com.mx
El espionaje cibernético que desarrolló el gobierno del panista Rafael Moreno Valle no se limitó a los contrincantes y opositores políticos, los reporteros que cubren las actividades diarias del Partido Acción Nacional (PAN) también fueron objetivo del software de vigilancia que la empresa italiana Hacking Team vendió al gobierno de Puebla en abril de 2013.
Uno de los archivos de infección (o exploits como se le conoce en el mundo digital) solicitados a Hacking Team es un documento que reproduce un boletín –el número 297— que el 11 de diciembre de 2014 distribuyó el equipo de comunicación social del Comité Directivo Estatal (CDE) del partido azul.
Seis días después, el 17 de diciembre a las 2:31 de la madrugada, y de acuerdo con el mail interno que puede ser consultado en la base de datos que Wikileaks subió a su página (número 626223), el equipo de espionaje clonó el boletín y pidió a la empresa prepara un exploit con el documento “BOLETÍN 298-2014.docx”.
El boletín real y el archivo exploit dicen lo siguiente:
El boletín clonado al que se infectó del virus espía
“El Presidente del Comité Estatal del Partido Acción Nacional en Puebla, Dip. Rafael Micalco Méndez celebró el anuncio que diera la Dirigencia Nacional en el sentido de que no habrá coalición electoral del PAN con ningún partido político para la elección federal de 2015”.
Cuestionado al respecto, Javier Ramírez Ponce, director de comunicación en el PAN estatal, descartó que el archivo pudiera servir para infiltrar a la directiva panista, pues asegura que la oficina a su cargo usa otras herramientas para sus borradores y que los boletines se mandan en versión PDF y como texto plano en el correo, pero que en todos los casos se les anexan los logos institucionales, cosa que el archivo de infección no tiene.
Y si no fue al CEN poblano al que se dirigió el exploit, el único target visible son los reporteros de la fuente política que cubren de manera cotidiana las actividades de Micalco Méndez.
Al respecto, el dirigente albiazul en la entidad aseguró que hasta el momento en el Comité Directivo no tienen indicios de que estén bajo vigilancia por parte del equipo de espionaje gubernamental, y que no tiene elementos ni para negar la existencia del software de vigilancia, ni para afirmar que haya sido comprado por la administración de Rafael Moreno Valle.
El boletín original que fue enviado por el equipo de comunicación del PAN en diciembre de 2015
Cuestionado sobre si el gobierno del estado, que hasta el momento ha guardado silencio en torno al tema, debería fijar una postura sobre la compra del software ilegal el panista respondió:
–No, no tenemos indicios de filtración al interior del partido, de otros partidos no sé pero creo que la investigación hay que dejársela a las instancias, y entiendo que están en ello. Y las decisiones del Ejecutivo respecto de las personas involucradas en el tema pues ya es una decisión de él.
–Hay militantes de su partido que sí recibieron el virus del espionaje, incluso correligionarios suyos como a Violeta Lagunes le usurparon el nombre para poder infiltrar equipos de cómputo de otros panistas, dentro de un contexto en donde se definía la elección interna de su partido para ver si Gustavo Madero se mantenía o no al frente de la dirigencia nacional, con estos antecedentes hay elementos para pensar que el software se usó para espionaje político electoral…
–Bueno, se ha dicho mucho al respecto incluso a nivel nacional y federal, en otros estados, pero no tengo información sobre lo que me refieres, y no me consta, por el momento no podría darte una postura sobre el tema.
Pero mientras al interior del Comité Directivo Estatal del PAN se estima que estuvieron fuera del radar del equipo de espionaje un reportero reconoce, off de record que a él le llegó uno de los archivos de infección que se han conocido en las últimas semanas luego del hackeo a la compañía italiana y la posterior filtración de los más de 400 gigas de documentos y correos internos, pero no, no fue el boletín clonado sino un documento diferente, por lo pronto el reportero no dice más.