Por Agencia EFE
Madrid, España.- Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha querido destacar la labor y el compromiso con la libertad de información de diez mujeres periodistas de diversos lugares del mundo.
Así, el trabajo de Zaina Erhaim (Siria), Farida Nekzad (Afganistán), Hla Hla Htay (Birmania), Marcela Turati (México), Noushin Ahmadi Khorasani (Irán), Mae Azango (Liberia), Khadija Ismayilova (Azerbaiyán), Brankica Stankovic (Serbia), Solange Lusiku Nsimire (República Democrática del Congo) y Fatima Al Ifriki (Marruecos) ha sido reconocido por RSF.
Se trata de mujeres con perfiles diferentes y procedentes de diversas latitudes del mundo «que hablan de su oficio y de su compromiso, así como de los desafíos y los riesgos que afrontan en el ámbito de su profesión».
En una nota de prensa, RSF recuerda que cada vez más mujeres ejercen el oficio de periodista, que durante mucho tiempo estuvo reservado a los hombres.
Algunas de ellas optaron por la investigación y denuncian las violaciones a los derechos humanos, la corrupción o abordan temas tabú en una sociedad determinada.
Su trabajo sobre temas delicados molesta y, al igual que sus colegas masculinos, son víctimas de intimidaciones, amenazas, agresiones e incluso asesinatos.
Pero, por el hecho de ser mujeres, en ocasiones las presiones toman ciertas formas, desde campañas de difamación a violencia de tipo sexual hasta amenazas a sus familias, explica RSF.
Los resultados del Informe Global sobre el Estatus de las Mujeres en los Medios de Comunicación, publicado en 2014 por la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios (Global Report on the Status of Women in the News Media, International Women’s Media Foundation, IWMF), «son indiscutibles», recuerda RSF.
Cerca de dos tercios de las 977 periodistas entrevistadas han sufrido intimidaciones, amenazas o abusos relacionados con su actividad profesional y, en una tercera parte de los casos, el responsable era su jefe.
Más de la mitad de las periodistas se han enfrentado al acoso sexual y más de una quinta parte a la violencia física.
«Y pese al impacto psicológico de estos abusos, el silencio sigue siendo la regla, la denuncia, la excepción», señalaba el informe.
La seguridad física sigue siendo un reto constante para la siria Zaina Erhaim, que forma a periodistas ciudadanos en el norte del país, así como para la afgana Farida Nekzad, fundadora de la Wakht News Agency.
Hla Hla Htay, corresponsal de la Agence France Presse en Birmania, y Marcela Turati, periodista freelance que colabora con la revista Proceso en México, señalan las dificultades de ser una mujer en un «oficio de hombres».
Noushin Ahmadi Khorasani en Irán y Mae Azango en Liberia dan testimonio del acoso padecido por su compromiso periodístico en la defensa de los derechos de las mujeres.
Khadija Ismayilova, figura destacada del periodismo de investigación en Azerbaiyán, y Brankica Stankovic, de Serbia, han sufrido amenazas de carácter sexual.
En la República Democrática del Congo, Solange Lusiku Nsimire, la única directora de un diario en Kivu, se preocupa por su familia, víctima de ataques y de amenazas.
Una inquietud que también padece la marroquí Fatima Al Ifriki, quien suspendió sus publicaciones para proteger a los suyos.
Tomando nota de los peligros a los que estas profesionales están expuestas, el Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad subraya la necesidad «de un enfoque sensible al género», concluye RSF.