Por Leticia Villaseñor
Cuernavaca, Mor., 18 de octubre.- Abucheado, ignorado y reducido quedó el legislador local del PRI, Francisco Moreno Merino, durante la visita de su líder nacional Enrique Ochoa Reza en un hotel al norte de la capital morelense, en un evento falto de organización y descontrolado.
Alrededor de las 11:30 horas, el acceso fue restringido por el personal del lugar lo que enardeció a los simpatizantes de diversos funcionarios quienes estuvieron a punto de romper la puerta de cristal templado, que sólo se entreabría para dar paso a los invitados «palomeados».
En una estampida humana se transformó el ingreso a un auditorio escaso para los más de mil asistentes quienes portaron pancartas, mantas, banderolas, matracas y hasta batucada en apoyo a sus líderes estatales para catapultarlos a la presidencia local del tricolor.
Al viejo estilo del partido en el poder federal, Ochoa Reza llegó con más de una hora de retraso a ritmo de banda y chinelos, se tomó selfies y besó a toda mujer que se lo pidió, se abrió a paso entre la muchedumbre y tomó al menos media hora para que llegara al lugar de honor en espera de su turno para el tradicional discurso.
El maestro de ceremonias anunció su llegada, así como la presencia de diversos personajes públicos como la senadora Lizbeth Hernández; los diputados federales Matías Nazario y Rosalina Espín, quien llevaba la porra más grande y escándalosa; los legisladores locales Alberto Martínez y Aristeo Rodríguez; el exalcalde de Cuernavaca Jorge Morales Barud; el dirigentes estatal del partido, Rodolfo Becerril Straffon, quien fue recibido entre chiflidos y algunos aplausos, hasta el aún diputado Francisco Moreno Merino, ignorado por el dirigente nacional y abucheado por el grueso al ser mencionado, lo que provocó el enojo del expresidente de la mesa Directiva del Congreso e intentó salir del lugar lo que le fue impedido por la multitud que bloqueó todos los accesos.
El primero en hablar fue Becerril Straffon, reducido por el murmullo de cientos y la mala organización. Cuando al fin captó la atención del respetable habló sobre la mala gestión del PRD en la entidad, dijo, con Graco Ramírez al frente a quien no mencionó, lo que le ganó incluso la simpatía de los asistentes quienes alcanzaron a expresar un tibio “Fuera Graco”. Luego hizo un llamado a la pluralidad, a la unión, a los falsos profetas, asestó.
El discurso de Enrique Ochoa se enfocó en los jóvenes y en las mujeres, a quienes prometió empoderar y preparar para cargos públicos de relevancia, “no más Juanitas”, advirtió, “a ver si es cierto», gritó una mujer.
Otro de los asistentes recriminó la imposición en la dirigencia estatal, a lo que Ochoa Reza respondió que se hará una reestructuración para lograr que el PRI asuma el poder en la entidad de nuevo. “Nos ha hecho falta la unidad política, convencer a los jóvenes y reconquistar a los adultos”, exclamó lo que causó una «involuntaria» mueca de disgusto del excandidato a gobernador y líder campesino Amado Orihuela, quien perdió las elecciones ante Graco Ramírez en 2012.
El líder nacional concluyó su discurso y salió del auditorio en una accidentada carrera al estacionamiento donde personal de seguridad del hotel y del propio partido causaron estragos, ya que intentaron hacer una muralla humana que causó empujones, sofocamientos, algunos golpes, rasguños y bravatas verbales ante la presión de los propios simpatizantes en la parte posterior, quienes sin mediar riesgos empujaron al personal de prensa escaleras abajo.
Obligado ante los reclamos de la prensa por la mala organización, Ochoa Reza bajó de su camioneta y en improvisada entrevista habló poco del caso del exgobernador de Veracruz Javier Duarte, pidió sean las autoridades pertinentes las que den cauce a las investigaciones y se sancione conforme a la ley, ello en caso de que Duarte sea localizado ya que ante las órdenes de aprehensión en su contra liberadas una vez que tomó licencia del cargo, presuntamente huyó hacia Canadá.
Sobre el tema de Francisco Moreno, su posible expulsión del partido y el servilismo hacia el gobernador de la oposición, Graco Ramírez, el líder nacional del PRI se dijo ignorante del actuar de su propio militante. Asimismo rehusó hablar sobre el espaldarazo hacia él u otro aspirante a la presidencia estatal del partido o a la candidatura para gobernador en 2018.
Foto: Tony Rivera/CiudadanosMx