Por Antonella Ladino
CUERNAVACA, Mor., 11 de junio.-Alejandro Amaro Díaz presentará “Los últimos años de vida de la Arena Isabel, en cuyo libro relata los testimonios y fotografías de los luchadores que le dieron vida y diversión al espectador desde el 2000 hasta el 2009.
Dice Alejandro Amaro que es un privilegio escribir las historias, las técnicas y todo lo que se vivió aquellos años de lucha libre, por lo que consideró importante que los aficionados y espectadores vean el trabajo que se realizaba en la arena.
Amaro Díaz, corresponsal en Morelos de la revista “Luchas 2000”, destacó que este libro es un homenaje a los luchadores que le dieron alegría y satisfacción al espectador, además de representar la cultura mexicana de la lucha libre.
En entrevista explicó sobre los mitos de la Arena Isabel en donde se creía que había fantasmas ya que algunos aficionados veían sombras o los luchadores escuchaban como tronaba la lona.
Después de muchas experiencias en este lugar, Amaro Díaz decidió escribir este libro y plasmar las tradiciones que tenía como centro de espectáculo. Las habas, patitas, mollejas, aspectos que fueron característicos del lugar. Cada aspecto de los luchadores, las técnicas y máscaras que dieron vida se reflejarán en este compendio.
Este material es una recopilación de 10 años de trabajo, “para mí llegar a la Arena Isabel era como transformarme, me olvidaba de los problemas y creo que el público hacía lo mismo. Llegabas a este lugar y la adrenalina que allí se presentaba te transformaba completamente, dicen que todo hombre debe dejar sembrado un libro y para mí es muy satisfactorio lograr ese sueño, que alguien vea el libro y diga aquí está mi papá o mi amigo o un admirador», mencionó Alejandro.
Destacó que la gente debe reconocer lo que fue este lugar, aunque para algunos no era un lugar agradable, para muchos fue una satisfacción ver peleas locales e internacionales. Con este libro espera darle una gusto al público espectador y que los familiares lean las historias de sus ídolos.
“Yo para la Arena fui como una “cuacuana”, -animal que se cree canta la muerte de alguien-, en estos años, vi morir a muchos luchadores, incluso hubo uno que estaba en el hospital me avisan que estaba muy grave y por la tarde fallece. Muchos de los luchadores me contaban sus experiencias de todo lo que vivieron y cómo disfrutaron darle satisfacción al espectador”, finalizó Alejandro Amaro.